Nutrición: alimentos en conserva ¿sí o no?

Los alimentos en conserva han ganado espacio en nuestra alimentación debido a sus características principales de ser accesibles, rápidos y fáciles de consumir, pues una gran mayoría de ellos ni siquiera requieren ser cocinados o calentados. No podemos negar que nos sacan del apuro cuando no tenemos tiempo o ganas de cocinar y tienen una larga vida útil, lo cual nos permite almacenarlos por muchos meses.

 

Si bien, en Misiones tenemos una gran variedad de frutas y verduras frescas, las cuales debemos aprovechar al máximo, hay veces que deseamos consumir ciertos alimentos vegetales o pescados de mar, que no se consiguen frescos, ya sea por la zona geográfica o la época del año, o si los hay, el costo es bastante el levado. Entonces, nos queda la opción de consumir los enlatados o conservas en frascos sellados, pero, mas allá de su practicidad, surge la duda sobre si son alimentos realmente saludables o estos métodos de conservación alteran sus nutrientes.

 

Cuando hablamos de alimentos en conserva, nos referimos, básicamente, a los enlatados y a los que vienen en frascos de vidrio o plásticos herméticamente cerrados. Los más consumidos en la región son pescados como atún, caballa y sardinas, paté, salsa de tomate, legumbres como lentejas, porotos, arvejas y garbanzos, vegetales como palmitos, choclo, ensalada “jardinera” (papa, zanahoria, arvejas), aceitunas, picles, entre otros.

 

Para analizar su calidad nutricional, en primer lugar, siempre debemos observar el rótulo del envase. En él, podemos ver, entre otras cosas, la composición nutricional del alimento, fechas de elaboración y vencimiento, aspectos legales y los ingredientes. En estos productos es importante ver la cantidad de sodio que aportan, ya que la conservación de los mismos es fundamentalmente gracias a la adición de sal.

 

En general, una lata de conserva en sí, no tiene que tener ni conservantes ni colorantes porque estos procesos no son necesarios para la esterilización de la lata, ni a la hora de enlatar la comida. No obstante, muchos de ellos tienen agregado de conservantes químicos (benzoato de sodio, el ácido benzoico o el ácido cítrico son los más usados, E-210, E-211, E-309, etc.)

 

Siempre debemos verificar el estado de los envases al comprarlos, como oxidación en los bordes o puntos de unión, abolladuras o curvaturas extrañas en la tapa, espuma en el líquido del interior, color extraño o mal aspecto del contenido y olor fuerte o desagradable, ya que todos estos signos indican que el alimento puede estar en mal estado o haber sufrido daños en el transporte y/o almacenamiento, lo cual favorece su contaminación e implica graves riesgos para la salud del consumidor.

 

Respecto a los pescados en conserva, es mejor elegir aquellos al natural. Si bien, estas carnes tendrán mas sodio que la fresca, el consumo de dichos alimentos debe ser de 1 a 2 veces por semana, lo cual, no implicaría un gran riesgo para la salud, salvo en personas con enfermedades criticas (insuficiencia renal, hipertensión grave, etc.).

 

Las legumbres cocidas en frascos son una alternativa saludable, que mantiene los nutrientes, y supone una manera fácil de integrar este grupo de alimentos a nuestra dieta diaria. Las más recomendables son aquellas que tienen solo líquido de conserva formado por agua y/o vinagre. A pesar de ello, se debe escurrir bien el líquido y enjuagar con abundante agua para eliminar el exceso de sal. Respecto a las legumbres que vienen listas para consumo, como cazuelas de poroto o lentejas con chorizo, panceta, o tocino, son alimentos no recomendables, ya que tienen muchos más ingredientes añadidos para conservar esta mezcla de productos y por supuesto, más aditivos, como almidones modificados, aceites vegetales refinados o incluso azúcar.

 

Por último, en relación a los vegetales, los mismos pierden una pequeña parte de sus vitaminas en los procesos de esterilización de los envases cerrados, pero, igualmente, una proporción de esos nutrientes quedan y son aprovechables por el organismo. Es importante enjuagarlos y eliminar el agua de conserva o almíbar de las frutas y consumirlos moderadamente, prefiriendo SIEMPRE, las verduras y frutas frescas que tendrán muchas más vitaminas, minerales y antioxidantes.

 

El objetivo de esta nota es informar sobre las características de estos alimentos cada vez más consumidos por la población en general, promoviendo el consumo de alimentos frescos y dejando para ingestas eventuales, a los enlatados. Sin embargo, quienes padecen enfermedades siempre deben consultar a un profesional sobre estos productos ya que pueden resultar inadecuados para su tratamiento.

 

Por Lic. Romina Krauss- Nutricionista
M.P. n° 147

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