Reflexión del pastor David Decena: «Cultura del Reino II- Visión Apostólica»

Lo único que necesita el mundo para ser transformado es que la iglesia cambié su visión de sí misma. Porque ya tenemos a la esperanza del mundo, que es Jesús, pero nuestros paradigmas lo han limitado para que sea revelado a la creación a través de nosotros. Por eso Romanos 8:19 dice que la creación aguarda con ansiedad nuestra manifestación. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios.

 

Los evangelios relatan cómo, una vez iniciado su ministerio, “Jesús subió a un monte a orar y oró a Dios toda la noche. Al amanecer, llamó a todos sus discípulos y escogió a doce de ellos para que fueran apóstoles” (Lucas 6:12-13 NTV). Estos mismos apóstoles serían las columnas de la iglesia una vez que Jesús se fue a la diestra del Padre. Esto significa que su formación y asignación como enviados fue la misma que recayó sobre la iglesia y, por lo tanto, lo que hoy mismo debe pesar sobre nosotros.

 

Estamos llamados a transformar la tierra que nos rodea. La cultura del Reino está esperando que una iglesia consciente tome su rol, y salga a las ciudades para que el Rey tome su lugar. Esto significa que debemos cambiar nuestra visión de nosotros mismos. Lo único que necesita el mundo para ser transformado es que la iglesia cambié su visión de sí misma. Porque ya tenemos a la esperanza del mundo, que es Jesús, pero nuestros paradigmas lo han limitado para que sea revelado a la creación a través de nosotros. Por eso Romanos 8:19 dice que la creación aguarda con ansiedad nuestra manifestación. ¿Nos estamos moviendo con la visión correcta?

 

 

I. ¿Qué es lo apostólico?

¿Qué era un “apóstol” antes de que Jesús usara la idea? Esta palabra, en el griego original, significa “enviado”. La palabra en cuestión fue utilizada en el Imperio Romano para denominar a quienes eran enviados como representantes de Roma, con la misión de cambiar la cultura de un territorio conquistado.

 

¿Por qué Jesús llamó apóstoles a sus doce discípulos más cercanos? Porque los apóstoles conducirían a una iglesia que debía traer la cultura del cielo sobre la tierra. Jesús nos introdujo a un Reino espiritual que, desde adentro hacia fuera, transformaría la vida de todo ser humano que lo abrazara, para reconciliarlo con el Padre.

 

¿Qué es una iglesia con visión apostólica? Es una que entiende que ha sido enviada al mundo para transformarlo. Somos representantes del Reino de Dios, habitando un territorio extranjero que necesita un cambio de cultura. Por eso, cuando el Señor oró por nosotros en la última cena, afirmó que nosotros no somos de este mundo, pero que necesitamos permanecer en él para continuar con su tarea. Así que pidió al Padre que nos proteja del maligno, pero sin quitarnos del mundo. Y, como si eso fuera poco, concluyó enviándonos al mundo, así como el Padre lo había enviado a Él (Juan 17:14 al 18).

 

II. Cuando lo apostólico falta

Efesios 4:11-13 NTV Cuando no tenemos una visión apostólica, no tenemos una comprensión global de nuestra tarea. El apóstol conecta a la iglesia con la cultura del Reino, haciendo que la realidad sobrenatural de Dios esté mucho más accesible para el cuerpo de Cristo. En Efesios 4, Cristo dio cinco dones a la iglesia: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Estos no son títulos, sino roles que Cristo nos asignó para equipar a la iglesia.

 

Puede que nuestra asignación sea otra que nada tiene que ver con equipar a la iglesia, pero aun así somos parte de ella (por ejemplo, siendo un médico, mecánico, empresario, periodista, o un trabajador de una empresa maderera). Cuando todos los oficios ministeriales están formando parte de la iglesia, ésta crece sin límites, y todos pueden desarrollar sus capacidades y propósitos para impactar el mundo. No importa en qué lugar nos toque estar, somos santos, y como santos, somos parte del cuerpo de Cristo. Efesios 2:19-20 NTV.

 

El Reino avanzará a mayor velocidad si los santos (la iglesia) están más equipados para su tarea de transformación territorial. Al no poder fluir en un mover apostólico, la visión queda limitada al ámbito más cercano. Recordemos las palabras que Jesús dio a los apóstoles antes de ascender a la diestra del Padre: Hechos 1:8 NTV

 

Un mover apostólico lleva a que la transformación que sucede en el corazón de una persona, cuando acepta a Jesús, afecte a su entorno más cercano, y luego siga expandiéndose más lejos. Empieza en un corazón, afecta a una familia, impacta un barrio, una ciudad, una provincia, la nación, y otras naciones de la tierra. Este es el proceso de transformación del Reino. Va de lo pequeño a lo más amplio.

 

III. ¿Cómo se mueve una iglesia apostólica?

Veamos dos características de una visión apostólica.

a. Entrena a todos para desarrollar su potencial y responder a su diseño:

Todos necesitamos ser equipados para cumplir con nuestro llamado colectivo de hacer discípulos, y vivir en la tierra representando al cielo. Los diseños de Dios en nosotros tienen que desarrollarse. No podemos llevar un cambio a nuestras ciudades, si primero no sacamos a relucir lo que Dios depositó en nosotros en la eternidad. Todos fuimos soñados por Él antes de la tierra fuera formada. Cuando estamos en una cultura del Reino, al volver al Padre, a través de Cristo, nuestro potencial comienza a salir a luz, y nos alineamos al diseño del Creador.

 

Busquemos ser discipulados, para que Jesús crezca en nosotros. Que nuestra vida pueda ser supervisada por un liderazgo sano, al que le demos confianza, para ayudarnos a sacar nuestro potencial. Además, en oración y ayuno, busquemos comprender para qué Él colocó los dones y capacidades que tenemos. Necesitamos descubrir nuestro llamado, para ocupar el lugar que Él diseñó para nosotros. Solo de ésta manera, Jesús tomará su lugar en el mundo a través de nuestra vida.

 

b. No solo apunta al corazón de las personas, sino a los ámbitos de influencia para afectar a las naciones:

 

(Romanos 1:5 NVI) El don apostólico está para persuadir a las naciones a que se rindan a Jesús. Esto significa que una iglesia con visión apostólica capacita a los santos para que brillen en todos los ámbitos de influencia que tiene una sociedad. Estamos hablando de la economía, la política, el arte, la ciencia, la familia, la iglesia, y los medios de comunicación. Desde el principio la iglesia no cerro su influencia a una clase social, sino que trató de afectar a los más pobres y a los más ricos. A Jesús no solo lo siguieron pobres, sino gente de mucho dinero; los incultos, y también los cultos. Para Dios todos son importantes, ¿por qué no serían importantes para la iglesia? Una iglesia conectada con la cultura del cielo, entiende que la sociedad es afectada por todos estos ámbitos de influencia que enumeramos antes. Hay dos niveles en las que el Reino avanza.

 

El primero es porque Jesús transforma el corazón de una persona, cuando escucha el evangelio y se arrepiente. El segundo, es por influencia. Cuando un hijo de Dios, que vive la cultura del Reino, está en un ámbito de influencia (su lugar de trabajo, de estudio o el barrio en el que vive), toma decisiones basado en la voluntad del Padre que afectan para bien a otros con la cultura del Reino.

 

Somos parte de una iglesia que tiene una visión apostólica. Esto significa que fuimos enviados por Jesús a transformar el mundo con la cultura del Reino de los cielos, para que las naciones se reconcilien con el Padre. ¿Estamos realizando esta tarea en la tierra?

 

Que Dios te bendiga, te proteja de todo mal y tengas una semana de completa de victoria!

Pastor David Decena

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