Reflexión del Pastor David Decena: «Cultura del Reino I- Choque de culturas»

Desde que nacemos en una familia, que se encuentra en una región específica, de un país determinado, con un conjunto de creencias e intereses que nos son inculcados, vamos siendo moldeados en una cultura particular. Por eso, la cultura se refleja en nuestra forma de pensar y en nuestro estilo de vida, así es que la mentalidad de cada persona es un reflejo de ella. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios.

 

Todo ser humano es parte de una cultura y a veces, no solo de una. ¿Qué es la cultura? La cultura es el conjunto de costumbres, lenguaje, valores y hábitos que caracterizan a un grupo social.

 

Cuando venimos a Cristo nuestra vida es transformada, siendo una nueva creación, naciendo nuevamente, luego de morir a nuestra vieja vida. La vida cristiana implica la adopción de una cultura totalmente distinta a la que teníamos. ¿Por qué deberíamos cambiar la cultura? Porque ella está en gran parte influenciada por el que busca ver a la humanidad atada a la oscuridad. Si el ser humano viera su realidad se desesperaría por un cambio, pero “el dios de este mundo ha cegado la mente” de los que no conocen la verdad, “para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4 NVI).

 

El Reino es el ámbito de influencia del Señor, todo lo que está en él, responde a su voluntad perfecta y a sus planes eternos. La cultura del Reino es el conjunto de valores, lenguaje, costumbres y hábitos que nos mantienen conectados al corazón de Dios.

 

 

I. Una nueva cultura

La vida cristiana es la introducción a una nueva cultura, que choca necesariamente con la cultura anterior. Este deseo de Dios de tener un pueblo exclusivamente suyo ya lo manifestó con Israel. Cuando Moisés fue enviado por Dios para liberar a Israel y llevarlo a la tierra prometida, utilizó su vida para formar una nueva cultura en ellos, y diferenciarlos de los egipcios y de los pueblos que se encontrarían en el camino. Por eso Dios le dijo a Moisés: “Ahora bien, si me obedecen y cumplen mi pacto, ustedes serán mi tesoro especial entre todas las naciones de la tierra; porque toda la tierra me pertenece. Ustedes serán mi reino de sacerdotes, mi nación santa”. Este es el mensaje que debes transmitir a los hijos de Israel. Éxodo‬ ‭19:5-6‬ ‭NTV‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

 

La obediencia fue parte fundamental de la cultura del Reino. Ya no podían vivir la vida como quisieran, debían alinearse a la voluntad de su Rey. Esta nueva cultura para el pueblo de Israel se selló con un pacto, que estaban llamados a cumplir a través de la ley de Dios. Esto los convertía en un “reino de sacerdotes” y una “nación santa”, de pertenencia exclusiva de Dios.

 

El desafío que tenemos es abrazar la nueva naturaleza que tenemos en Cristo Jesús, y que esto se vea reflejado en todo lo que hacemos. Los que aceptamos a Jesús pasamos a ser el pueblo de Dios, y así como con Israel, nos convertimos en “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios,” para proclamar sus obras increíbles a todos los que están en oscuridad (1 Pedro 2:9 NVI). ¡Tenemos una nueva cultura en Cristo!

 

II. Sincretismo Cultural

Al pueblo de Israel, le costó desprenderse de su cultura anterior, y de las culturas que estaban en el territorio que iba a conquistar. Cuando Moisés partió, y Josué tuvo el desafío de llevar a Israel a la conquista de la tierra prometida, la orden dada por Dios fue la de arrasar a los pueblos que encontraran a su paso. Es más, ya Moisés había tenido este problema con Israel, cuando ellos se dejaron influenciar por las mujeres de Madián: (Números‬ ‭25:1-3‬ ‭NVI‬‬‬‬‬‬).

 

El pecado sexual, práctica normal en la cultura de los pueblos de Canaán, desvió el corazón del pueblo de Dios. Cuando se trata de la cultura del Reino no puede haber medias tintas. O abrazamos la cultura que viene del cielo, o seguimos atados a la cultura de la tierra, influenciada por el enemigo.‬ ‬‬‬‬‬‬‬

 

Existe un concepto para hablar de la mezcla cultural que sucedió entre distintos pueblos a lo largo de la historia: sincretismo cultural, es cuando dos culturas se entremezclan y dan lugar a una nueva. Este es el problema de muchos hijos de Dios. Conocieron a Jesús y jamás se deshicieron totalmente de su pasado. El sincretismo no es posible con la cultura del Reino. Por este tipo de mezcla Jesús le dijo a la iglesia de La Odisea que sería vomitada, por no ser ni de un lado, ni del otro (Apocalipsis 3:15 NVI).

 

Pablo también buscó que cada una de las iglesias que habían sido plantadas a través de su ministerio entendieran que eran parte de una nueva creación, con una nueva naturaleza, ¡con una nueva cultura! (‭‭2 Corintios‬ ‭5:17-20‬ ‭NTV) ‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

 

Si conocimos a Jesús, lo aceptamos en nuestro corazón, y fuimos adoptados como hijos de Dios, estamos en la tierra representando al cielo. Nuestra vida debe evidenciar y promover la cultura de nuestra patria celestial. Nuestra vida debe provocar que nuestro entorno se parezca al cielo, al ser afectado por el Reino que llevamos dentro.

 

III. La lección de Acán

Cuando Josué entró en la tierra prometida con Israel el primer desafío grande fue Jericó. Dios le dio una estrategia concreta para la conquista. Josué les había advertido a los suyos que no tomaran “nada de lo que” había sido “destinado al exterminio”, para que no se pusieran “en peligro de exterminio y de desgracia” (Josué 6:18 NVI). El mandato era arrasar todo. En el capítulo 7 cuenta que un miembro del pueblo hizo oídos sordos, desobedeció lo que Dios había ordenado. Esta desobediencia provocó que Israel no pudiera conquistar la ciudad de Hai, hasta que el Señor le dio luz a Josué: (‭‭Josué‬ ‭7:11-12‬ ‭NVI)‬ ‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

 

Necesitamos aprender la lección de Acán. Para nosotros su acción ejemplifica qué sucede cuando intentamos perpetuar parte de una cultura que nada tiene que ver con la cultura del Reino. No hay victoria total sin arrasar por completo a la cultura anterior, y la clave de nuestro acceso a la cultura del Reino es la obediencia absoluta. Toda la cultura del Reino está parada sobre ese principio que Jesús modeló con su vida: debemos vivir una vida rendida a la voluntad de aquel que nos creó con un propósito perfecto, y que nos diseñó en la eternidad para ser uno con Él. Por la entrega y sinceridad en tomar la nueva cultura del Reino, experimentaremos la fortaleza que nos da la gracia. La gracia nos llevará a deshacernos de lo viejo, y abrazar lo nuevo en plenitud.

 

No esperemos una vida de victoria si no somos sinceros en nuestra renuncia a todo lo ajeno a la cultura del Reino. Mientras más conozcamos el Reino mediante nuestra relación con el Espíritu, más seremos convencidos por Él de cuáles son los resabios del pasado o del entorno que deben desaparecer. De este modo, la cultura del Reino en nosotros hará pedazos a la cultura terrenal, e influenciada por el sistema de este mundo, y podremos caminar con la victoria que nos da el cielo.

 

Que Dios te bendiga, te proteja de todo mal y tengas una semana de completa victoria!

Pastor David Decena

Centro Familiar Cristiano Eldorado

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