Una cautelar interpuesta por la empresa argentina IMPSA ordena detener las obras del brazo Aña Cuá en Yacyretá hasta que la Secretaría de Energía se expida

Una orden judicial ordenó a la Entidad Binacional Yacyretá a detener la ejecución del contrato con la empresa alemana Voith Hydro, que incluye la fabricación y colocación de tres turbimas electromagnéticas en el brazo Aña Cuá, obra que sumaría 276 MW de potencia a la principal hidroeléctrica del país, distante solo unos 70 kilómetros de Posadas, Misiones.

 

La decisión la tomó la jueza Cecilia de Negre, del Juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal 9, quien otorgó la medida cautelar a la empresa mendocina IMPSA (ex Pescarmona) e implica que las obras que se están llevando adelante deban detenerse, hasta que la Secretaría de Energía -donde todavía permanecería el misionero Sergio Lanziani- se expida sobre el tema en un plazo que no supere los seis meses.

 

El proceso administrativo fue iniciado por IMPSA, como parte del consorcio Araverá, compuesto además por la firma paraguaya CIE y la estatal Power China.

 

Según publica este miércoles El Cronista, IMPSA habría solicitado recientemente ayuda financiera al gobierno de Alberto Fernández, ya había cuestionado el proceso de adjudicación y sostiene una oferta de 116 millones de dólares, considerada “más económica por tener mayor contenido nacional” tanto en Argentina como en Paraguay.

 

Mientras tanto, el Gobierno argentino, como parte integrante, de manera igualitaria con Paraguay, deberá definir si procede rever la adjudicación a favor de una empresa de Alemania que cuenta con el aval de la canciller Angela Merkel, a la sazón, una de las más importantes figuras en la cúpula del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo con el que Argentina tiene pendiente la renegociación del préstamo de 44 mil millones de dólares (solo de capital) o defiende a la industria nacional que se declara en situación crítica.

 

Alemania también brinda su aval a Voith Hydro, interessada em el proyecto de construcción de la represa hidroeléctrica Chihuido, en Neuquén, que ya fue licitado por 2.000 millones de dólares a favor de Helport, de Eduardo Eurnekian, con financiamiento de capitales rusos.

 

La obra

La represa situada sobre el Paraná a orillas de Ituzaingó, Corrientes tiene dos vertederos, el principal que alberga al parque generador que funciona actualmente y uno secundario denominado Aña Cuá por donde pasa el agua sin generar un solo vatio de energía. Para que eso cambie, Yacyretá proyecta instalar tres turbinas tipo Kaplan con capacidad para generar 2.000 GWh por año cada una.

 

Para llevar adelante la obra se abrieron varias licitaciones internacionales de las que participaron consorcios de empresas de distintos puntos del planeta. Después de un arduo proceso de selección, hoy se adjudicaron las dos licitaciones principales: la correspondiente a las obras civiles, por un monto de más de 193 millones de dólares y la correspondiente a las turbinas, con una inversión de más de 99 millones de dólares.

 

Las obras civiles se definieron que estarían  a cargo del consorcio integrado por ATE Aña Cuá ART, integrado por las empresas Astaldi, Rovella Carranza y Tecnoedil; mientras que la provisión y el montaje del equipamiento electromecánico consistente en tres turbinas Kaplan, serán responsabilidad de VoithHydro.

 

El día del anuncio de la adjudicación, el entonces director ejecutivo de la EBY por Argentinta, Martín Goerling, había señalado: “La licitación y la adjudicación de la obra civil se realizó en los plazos previstos, lo cual contribuirá a incorporar rápidamente la mayor potencia al sistema energético nacional”.

 

Por su parte, el director por Paraguay, Nicanor Duarte Frutos, había destacado  que merced a «la transparencia, la libre competencia y el cumplimiento estricto del pliego se logró una reducción significativa en los precios de la obra». Y precisó que «las adjudicaciones se realizaron sin intervención del poder político o sectores económicos. Estamos orgullosos del trabajo realizado hasta aquí».

 

En el mismo sentido, Goerling había afirmado que “el resultado final de las licitaciones permitió lograr una reducción del precio de la obra en el orden del 40% en relación a los montos originalmente presupuestados”.

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