“No hay que bajar los brazos nunca, hay que seguir los sueños siempre”, comentó el posadeño recién recibido de Ingeniero Nuclear en el Instituto Balseiro

Mauricio Debardora es oriundo de Posadas y en los últimos días se recibió de Ingeniero Nuclear en el Instituto Balseiro de Bariloche. Además de ser un apasionado por la ingeniería, el posadeño es amante de los asados e hincha de River Plate. “Van pasando los días y todavía no caigo. Siento un alivio de que terminé un proceso importante, estoy muy feliz”, comentó.

Luego de preparar un año entero su tesis, el 22 de julio defendió su trabajo final a través de la plataforma Zoom y aprobó con un 10. Pero además de ser bueno con las matemáticas y la física, el posadeño se destaca en la parrilla haciendo asados para la familia y sus amigos.

 

Uno de mis hobbies es hacer asado. Me gusta cocinar, te diría que me gusta jugar a la pelota, pero ya hace como dos años que me retiré”, sonrió Mauricio, quien además comentó que le apasiona leer.

 

Con tan solo 25 años, Mauricio es ingeniero nuclear del barrio Villa Urquiza, es hijo de Susana Sosa y de Jorge Debarbora, además tiene un hermano mayor que se llama Matías y actualmente está viviendo en Chile.

En Posadas, terminó la secundaria en el Instituto Politécnico «San Arnoldo Janssen»  con el título de Maestro Mayor de Obra y como todo joven que termina la escuela tenía dudas sobre qué estudiar, Mauricio tenía 3 opciones: psicología, ingeniería civil o arquitectura.

 

Según relató en diálogo con Misiones Online, eligió Ingeniería Civil porque le gustaba lo que hacía en el Janssen  y decidió mudarse a Oberá para estudiar en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Misiones.  “En ese momento ni conocía que existía el Instituto Balseiro”, comentó.

 

Ya en la Capital del Monte, Mauricio estudió por 3 años Ingeniería Civil.  “Me fue bastante bien, no sabía que me iba gustar tanto”, dijo

 

Estudié tres años en Oberá, y me quedó la sensación de que quería saber un poco más. Después conocí a un amigo que tenía una remera del Instituto Balseiro y le pregunté qué era ese instituto y allí me comentó qué se podía estudiar y que él quería estudiar allá, después él fue el que se recibió el año pasado. Conocí el Balseiro por casualidad”, recordó Mauricio.

Cabe mencionar que para ingresar al Instituto Balseiro hay que tener dos años de cursada en cualquier universidad. Mauricio cursó por tres años en la Capital del Monte y finalmente decidió ir hacia el sur del país.  Es más que obvio que su ingreso fue un éxito. “Dejé de cursar y me puse a estudiar para el ingreso y aprobé”, contó

 

Generalmente, la noticia es que el posadeño se recibió, pero para llegar al resultado final de haber finalizado su tesis con un 10, el joven debió pasar momentos lindos y no tan lindos al estar lejos de sus afectos. 

 

Estando acá tenía todo, estaba con mi familia, mis amigos, vivía solo en Oberá, tenía todas las comodidades, si bien eso nunca fue un problema. Yo siempre fui consciente de que iba ser difícil, jamás pensé que esto me iba demandar estar los 7 días de la semana estudiando y tratando de llegar con las cosas que me piden, fue un proceso muy largo, difícil, estresante y el ser bastante constante cuando las cosas están bien. Fue fundamental”, explicó el profesional.

 

Vos podés estudiar muchísimo para un examen y así y todo podes desaprobar. El proceso fue difícil, pero me fortaleció. En Oberá estudiaba mucho y me iba bien, después en Bariloche estudiaba mucho más y a veces me iba mal”, comentó 

Mauricio cursó por tres años en Bariloche, pero el último cuatrimestre y la tesis final la defendió en su habitación, en Posadas debido a la pandemia de coronavirus. “Cuando comenzó la cuarentena volvimos con dos amigos más, viajamos 41 horas”, dijo.

 

Para lograr obtener su título, Mauricio tuvo que rendir en dos partes su trabajo final, en primera instancia tuvo que entregar un  trabajo escrito a la mesa de evaluadores, ellos le solicitaron algunas correcciones y luego tuvo que presentar otra vez. “Fue una charla de avance, tenía que contar todo lo que hice en la mitad del año”, sostuvo.

 

Luego, el 22 de julio, desde la comodidad de su hogar defendió su tesis de manera oral. “ El trabajo consistió en tomar un programa que hace simulaciones de cómo se comporta la radiación, que es un programa que se puede utilizar para calcular reactores nucleares. El programa elegido fue desarrollado por Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), lo modifiqué y le puse algunas herramientas al programa para ayudar  a mejorar la eficiencia del código en algunos tipos de cálculos específicos que se pueden hacer con ese programa”, contó.

 

Asimismo, Mauricio comentó que durante el último año cursó 8 materias y a la vez iba preparando el final para rendir. El trabajo final se llama: Análisis de métodos de reducción de varianza y su implementación al código de Montecarlo OPENMC.

Terminé de dar la exposición, me dijeron que había aprobado y no lo podía creer. Fue sentir una felicidad por terminar esta locura”, bromeó Mauricio.

 

Fue una mezcla entre alivio, felicidad extrema y muchas cosas más, terminé de rendir, me despedí de todos, cerré el Zoom y comencé a festejar con mi familia y amigos que estaban en casa”, comentó el posadeño.

Según cuenta Mauri, ahora se siente una persona “libre”, pero que en un futuro no muy lejano pretende seguir la maestría en el Instituto Balseiro. Pero aclara que es momento de disfrutar de este tiempo, de estar con sus seres queridos, comer asado y disfrutar de los atardeceres en la costanera.

 

Es una felicidad todo, puedo estar más tiempo con mi familia, ver a mis amigos y disfrutar de los lindos días que ofrece la ciudad. Fui a la costanera y estaba hermoso el clima de nuestra provincia”, añadió.

 

Para finalizar, el ingeniero nuclear expresó que la carrera de Ingeniería es un poco “pesada” pero que una vez que inicias te apasionas de estudiar, pero comentó que cada uno debe seguir su instinto y seguir algo que lo apasione. “Hay que buscar cosas que a uno le guste, independientemente de que lo piensen los demás. Y el camino será difícil, pero no hay que bajar los brazos por más que sea cuesta arriba. Constancia y no bajar los brazos cuando las cosas no te salen o que te equivocaste y seguir con el sueño que uno tiene”, concluyó Mauricio, ingeniero nuclear del barrio Villa Urquiza de Posadas.

 


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