Universitarios de Montecarlo armaron un protocolo y piden la reapertura de la cocina centralizada que depende del municipio

Presentaron una nota en el concejo deliberante con el protocolo y el pedido para ser tratado por los ediles. El intendente, Jorge Lovato, aclaró que, si bien la cocina dejó de funcionar, las familias que se veían beneficiadas reciben mercaderías a través de módulos alimentarios que se adquieren con fondos de la Emergencia Alimentaria y del municipio.

 

Un grupo de jóvenes universitarios de Montecarlo presentó una nota en el Concejo Deliberante local para pedir por la reapertura de la cocina centralizada que depende del municipio y que, según los autores de la iniciativa, dejó de funcionar al principio de la pandemia.

 

“Salimos a caminar los barrios y charlar con los vecinos y recogimos la imperiosa inquietud de que el municipio retome la cocina centralizada y distribuya en los distintos barrios, que como consecuencia del Covid-19 ha dejado y está dejando una manifiesta necesidad de alimentos, pues las industrias están cerradas y las changas cayeron al 100%”, señalaron los jóvenes antes de la presentación del escrito.

 

La nota ingresada al concejo deliberante de Montecarlo.

 

La movida es encabezada por tres jóvenes: Milagros Enciso, Matías Verón y Lutmila Arnold, quienes se encargaron de elaborar un protocolo para la reactivación de la cocina. El proyecto lleva el acompañamiento del concejal Walter Weber (Frente Renovador de la Concordia) y vicepresidente segundo del cuerpo. La nota lleva la firma de algunos dirigentes sociales de la localidad.

 

Enciso le dijo a Misiones Online que para elaborar el protocolo tuvieron en cuenta leyes nacionales y provinciales sobre la pandemia y, además, recibieron asesoramiento por parte de docentes de las facultades donde cursan sus materias. “Recorrimos los barrios hay algunos que tienen merenderos y trabajan con el protocolo. Con la ayuda de ellos, nos dieron la firma y presentamos la nota este miércoles”, detalló.

 

La estudiante afirmó que algunos barrios de la localidad poseen merenderos en los que asisten a los vecinos que menos tienen. “Algunos reciben 10 kilos de azúcar y otros cuatro packs de leche, medio escasa lo que ayuda del municipio. A otros les daban leña, pero era eso nomas”, lamentó Enciso.

 

Cambio de modalidad

 

El intendente de Montecarlo, Jorge Lovato, aclaró que su gobierno es el primer interesado en volver a poner en marcha la cocina centralizada, teniendo en cuenta que la comida llegaba a 32 barrios del municipio y que 2.200 personas recibían su ración diariamente. “Cambiamos la modalidad. Desde la pandemia dejamos de cocinar y repartir por el riesgo que implicaba y la ayuda pasó a ser distribuida a través de módulos de mercadería”, afirmó.

 

Lovato recordó que la cocina centralizada siempre funcionó con una estructura sostenida con fondos municipales, que involucra a muchas personas por lo que funciona desde muy temprano, a la madrugada. “La distribución, desde cada barrio hasta la mesa del que necesitaba, era por voluntarios. Era un engranaje que funcionaba bien. En plena interzafra llegamos a dar cena con un plan que llamamos “Que ningún niño duerma sin cenar”, añadió.

 

El intendente, quien durante las elecciones del año pasado fue electo en el cargo (los dos años anteriores estuvo al frente del municipio porque el exintendente, Julio “Chun” Barreto fue elegido diputado provincial), aseguró que desde 2018 hubo un aumento en la cantidad de comensales que debieron recibir la asistencia: de 800 personas, se incrementó a las actuales 2.200 en los últimos dos años. “Montecarlo recibe 230 mil pesos por mes de la Emergencia Alimentaria. La cocina centralizada costaba 1.200.000 pesos por mes. Ahora (por la pandemia) viene doble, son 460 mil pesos por mes y la diferencia la sigue poniendo el municipio”, puntualizó.

 

Lovato indicó que, para poner la cocina centralizada en funciones, subsisten dos problemas: el primero es sanitario, porque la comida pasa por muchas manos antes de llegar a la mesa del comensal y el segundo es el económico, puesto que a pesar de que el municipio tiene las cuentas y sus obligaciones con los empleados al día, el aporte destinado a la cuestión es muy grande.  “Somos los primeros interesados en que esto continúe”, concluyó.

 

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