Dos hermanos murieron atropellados en el mismo lugar y con un poco más de un mes de diferencia

Lucas Carrión falleció en junio al tratar de cruzar el acceso sur, en esa localidad de Mendoza. Gisela, su hermana, perdió la vida el lunes por culpa de un conductor alcoholizado.

La familia Carrión, de la localidad mendocina de Godoy Cruz, fue golpeada por la tragedia dos veces y de manera casi absurda: dos de sus integrantes murieron luego de ser violentamente atropellados en el mismo lugar y prácticamente de la misma manera, pero con 40 días de diferencia.

Este podría ser el resumen del increíble final de los hermanos Lucas y Gisela Carrión, dos jóvenes que perdieron la vida al ser embestidos mientras trataban de cruzar el Acceso Oeste, a la altura de la calle Rawson, sólo que en fechas distintas y con algunas diferencias. Pero en líneas generales, la misma trágica coincidencia.

El primer episodio ocurrió el lunes 8 de junio pasado, en horas de la tarde. Ese día, Lucas (30), padre de dos chicos, quiso atravesar la autopista para visitar a sus abuelos, que viven en el barrio Huarpes, ubicado del otro lado del Acceso. Sin embargo, cuando estaba en el medio de la calzada fue embestido por un auto Fiat Mobi que circulaba en dirección al Norte. El joven salió despedido varios metros, mientras que el conductor -un hombre de 55 años- perdió el dominio del vehículo y volcó completamente. Lucas, por su parte, murió en el acto.

De acuerdo con el diario Los Andes de Mendoza, las pruebas revelarían que la persona que manejaba el Fiat no estaba alcoholizada ni circuló con exceso de velocidad, por lo que fue liberado. En la causa intervino el fiscal de Tránsito Fernando Giunta, quien a pesar de que pasaron más de 40 días, todavía espera el informe completo de la autopsia y la declaración de un perito de Policía Científica. Incluso, el vehículo aún sigue secuestrado para más peritajes.

Lo cierto es que el conductor nunca fue imputado y también se estableció que Carrión cruzó por un lugar no permitido, ya que a metros se encuentra la pasarela de calle Rawson. De esta manera, se configuró la “autopuesta en peligro de la víctima”. La versión familiar es que el coche se fue solo a la banquina y arrolló a Lucas, hipótesis que por ahora.

Cuando aún la familia todavía trataba de recuperarse por la pérdida de Lucas, la tragedia volvió a golpear su puerta. Ocurrió el lunes pasado, casi a la medianoche, cuando Gisela (25) y su pareja, Rodrigo Fernández (30), fueron embestidos por un conductor alcoholizado mientras cruzaban la autopista.

Al igual que Lucas, la pareja quiso evitar el puente peatonal porque, según contaron los vecinos, es peligroso hacerlo por la serie de robos que ocurren allí diariamente. Una de las diferencias es que Gisela y su pareja estaban del otro lado del Acceso y querían cruzar hacia el barrio La Gloria. Fue en ese momento que recibieron un impacto violento.

El conductor fue identificado como Francisco Zárate, un joven de 19 años que los embistió a bordo de su Fiat Cronos. Pasando la calle Rawson fueron arrastrados unos 150 metros. La pareja murió inmediatamente.

La investigación en este hecho es distinta. A Zárate le descubrieron una graduación alcohólica de 1.28 gramos del alcohol en sangre y, según las primeras pericias, iba a alta velocidad.

El acusado fue imputado por doble homicidio culposo agravado, por la cantidad de víctimas y por su estado de ebriedad. Al ser un delito excarcelable con penas de 3 a 6 años, la fiscal Liliana Giner le impuso una fianza de $500.000 para recuperar la libertad. Hasta anoche, el pago no había sido efectuado. El único punto a favor del joven -que es hijo de un policía- es que la pareja, al igual que Lucas, también cruzó por un lugar indebido.

Delia, una de las tías de las víctimas, habló de la doble tragedia en diálogo con Radio Nihuil. “Lucas fue atropellado el 8 de junio pasado pero con la diferencia de que estaba del otro lado de la calle y el conductor se fue para la banquina. “Gisela y Rodrigo vivían apenas cruzás el Acceso. Habían salido para buscar un remedio para uno de sus hijos. No vieron que venía el auto porque su velocidad no era adecuada. Venía como a 170″, comentó la mujer, quien agregó que “ahora cinco chicos quedaron huérfanos” (los dos hijos de Lucas y tres de Gisela).

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