Violencia de género: una mujer denunció más de 30 veces a su ex y perdió la tenencia de sus hijos

Cecilia Silva no puede ver a sus chicos desde hace más de 10 meses, luego de que su ex pareja acusara al abuelo materno de abusar sexualmente de su hija menor. Las frases denigrantes en un calvario de cinco años: «Si seguís así vas a terminar como las mujeres de la tele».

 

Cecilia Silva, oriunda de Florencio Varela, tiene 27 años, es madre de tres hijos y está desesperada. Hace por lo menos cinco años que acumula una frondosa colección de denuncias por violencia de género contra su ex pareja y padre de sus hijos, 31 en total, presentadas en los últimos cinco años.

 

Hace ya 10 meses que perdió la tenencia de los menores, a los que sólo ve a través de fotos que pegó en la pared de su casa. Pero eso no es todo: Cecilia sabe a través de un informe médico que su hija menor fue abusada y, en medio del drama de no poder verla ni estar con ella, aún no sabe ni cómo, ni cuándo, ni por quién fue atacada. La nena tiene apenas cinco años.

 

Miguel Angel Saucedo, de 34 años, su ex, el padre de los chicos, al que denunció por amenazas, golpes y abuso sexual, hoy tiene a su cuidado a los tres hijos que tienen en común.

 

Su relación -que empezó en el año 2009 y duró seis años- terminó cuando ella acudió a la Justicia por primera vez

 

Cuando regresó a Buenos Aires, Cecilia conoció a quien hoy es su actual pareja. Volvió a su barrio en Florencio Varela y se mudó con él a una casa a cuatro cuadras de la de Saucedo. “Bueno, ya que te juntaste vení, busca a los pibes y a mí no me rompas más las pelotas”, fue su reacción cuando se enteró. Cecilia pudo volver a vivir con sus hijos.

 

De acuerdo al relato de Cecilia, Miguel Ángel nunca terminó de aceptar la separación y con su nueva vida en pareja empezaron otros problemas: “Nunca le pasó plata a los nenes, los veía cuando quería y yo le decía que por favor no los hiciera ilusionar porque ellos querían verlo y él no aparecía. Varias veces vino a mi casa drogado o borracho y me pegaba y yo no lo dejaba ver a los nenes en ese estado. Tengo en mi teléfono mensajes y audios de él donde me amenazaba y me pedía que le mandara fotos. Estando mi pareja presente incluso me decía ‘sos una puta, te revolcás con cualquiera’”.

 

En julio de 2019 finalmente se fijó un acuerdo en el Juzgado de Familia N°1 de Florencio Varela. De lunes a miércoles, los chicos estarían con su mamá, de miércoles a viernes con su papá y alternarían los fines de semanas, cumpleaños y fiestas. La casa de Cecilia no tiene numeración, así que la residencia principal de los chicos se fijó en la casa del padre.

 

Las visitas funcionaban bien al principio pero de a poco Saucedo empezó a incumplirlas y renunció a su trabajo para no pagar la cuota alimentaria. “No te voy a dar plata para que te hagas tatuajes”, le dijo a Cecilia. Su preocupación además aumentó con los comentarios de L., una de sus hijas, quien le contaba que recibía malos tratos por parte de “Gigi”, la actual pareja de Saucedo y ante la duda de si él cumplía correctamente con los cuidados que su hijo A. necesita: el chico tiene autismo y realiza un tratamiento especial el Hospital Pedro de Elizalde, ex Casa Cuna. Cecilia decidió denunciarlo una vez más por todo esto.

 

Los primeros días de septiembre, sin embargo, la historia de Cecilia y sus hijos se volvió a torcer. Un día de los que estaban con ella, Saucedo empezó a insistir por mensaje con que fuera a verlo para tener relaciones sexuales con él. La negativa de ella lo enfureció: “Ahora bancate la que se te viene. Si te importan tus hijos me los vas a traer”, le dijo. Los días siguientes los pasaron en lo de su padre.

 

Unos días después, cuando Cecilia debía buscarlos de nuevo, Saucedo aprovechó el momento para entregarle en mano un papel con un informe médico de la Policía Científica donde se daba por confirmado que L., su hija menor, había sufrido un abuso sexual. “Tenés que fijarte porque tu hija se empezó a hacer pis encima”, la retó él. “¿Qué clase de padre se guarda cuatro días esa noticia y no me avisa a mí, que soy su mamá?”, dice ahora ella. Pero había más: en ese momento Saucedo le informó que ya había presentado una denuncia por abuso sexual contra su padre, el abuelo materno de los chicos, que ahora investiga la UFI N°8 de Florencio Varela.

 

Mientras tanto, Cecilia espera definiciones de la Justicia. Quiere volver a vivir con sus hijos, quiere que avancen las denuncias contra Saucedo pero, sobre todo, quiere saber quién abusó de L. Dice que su padre está deprimido, que jura que no le hizo nada a su nieta y que se fue de su casa para facilitar que ella recupere la tenencia. En la causa que tramita la UFI N° 4 de Lanús, dice, no hubo movimientos. Estaba pautada una entrevista con psicológos que nunca ocurrió por las dificultades que llegaron con la pandemia y dice que nadie le avisó si su hija declaró o declarará en una Cámara Gesell para escuchar su versión.

 

“No quiero que me tengan lástima, no hago esto por mí. Si yo supiera que ellos están bien alimentados y están cómodos lo comprendería aunque me duela, pero siento que tengo que ir a buscarlos. La angustia que tengo estos meses me está matando. El juez no los escucha y el papá sabe que soy muy sensible con ellos”, se lamenta Cecilia, que, al igual que Saucedo, sabe muy bien que los tres chicos son su verdadero punto débil: “Sabe que a mí me puede hacer cualquier cosa y que no me va a importar, pero que si se mete con las criaturas me mata”.

 

Fuente: Infobae

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