A 26 años del atentado a la AMIA se repitió el pedido de “Memoria y Justicia” a través de un acto virtual

“Cada 18 de julio es otra bomba” dice la madre de Sebastián (5 años), el niño que se convirtió en la víctima más joven que dejó el atentado terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires, ocurrido ese día de julio de 1994, cuando murieron 85 personas y otras 300 resultaron heridas en el peor ataque que sufriera el país a lo largo de su historia contemporánea.

Marcos Alfici – Radio Libertad

 

Esta semana el presidente Alberto Fernández recibió en la Quinta de Olivos a la familia de quien “soñaba con ser Presidente de la Nación» y en el marco del 26° aniversario del ataque terrorista se colocará una placa en la Casa Rosada haciendo mención a este anhelo con la aspiración de mantener viva la memoria y el reclamo de justicia por cada uno de los 85 fallecidos.

 

Por primera vez, este año no hubo ni habrá actos masivos para recordar y pedir justicia. Fue, como siempre, a las 9.53, hora exacta del estallido, por streaming y un día antes, debido a las medidas de prevención ante la pandemia de coronavirus. En Posadas, el presidente de la Comunidad Israelita, Marcos Alfici, recordó que en consonancia con los tiempos que se viven, este año, el lema es “Que la Justicia no se lave las manos”.

 

“Lo que quiero decir hoy, porque después de tantos años, la gente ya está perdida en el tema. La línea que había comenzado Nisman (por Alberto Nisman, murió en extrañas circunstancias cuando actuaba como fiscal en las causas vinculadas al atentado a la AMIA)  la continuó luego el fiscal federal Sebastián Basso). Está en el expediente acreditado, con tristeza, muchos datos interesantes que descubre quiénes fueron los responsables intelectuales y materiales inclusive de la voladura de la AMIA con un coche bomba. Lamentablemente, por razones que todos conocemos, nadie fue preso, todo quedó en procesamiento, pero nadie pagó semejante crueldad con la cárcel. Los perpetradores siguen sueltos”, expresó en comunicación con Radio Libertad, con la misma angustia que se reaviva diariamente y de manera más intensa toda vez que se acerca el 18 de julio.

 

Para Alfici, “es todo un tema difícil de asimilar como ciudadanos comunes porque hay toda una conexión local que nunca fue descubierta. Uno termina teniendo una paranoia que lo lleva a pensar que hay un Poder oculto dentro del Poder, que está en la sombra y que maneja a su voluntad las causas. Esto fue gravísimo porque el terrorismo es terrible, no solo por los 85 fallecidos ni los heridos, sino por el terrorismo en sí, que fue lo peor que le pasó al mundo; porque no hay ningún fin superior que justifique conductas tan crueles e inhumanas”.

 

“Llegamos a los 26 años con una sed de justicia no saciada, nos sentimos desprotegidos por la falta de justicia”, añade el misionero que liga lo ocurrido en la AMIA con el primer atentado ocurrido en Argentina, dos años antes, también en Buenos. “Lo más triste es que esto fue una réplica de lo que había pasado dos años antes con la voladura de la embajada de Israel. Aquello fue como un piloto de prueba para esta gran catástrofe que lastima no solo a la república sino a todo el mundo occidental que se une a nosotros en este clamor de justicia”.

 

Consideró necesario recordar qué es la AMIA. “Es un centro cultural adonde concurren judíos y no judíos. La bomba no distingue religiones ni nacionalidades, ni pertenencia de ningún tipo. Eso es lo trágico, que gente inocente paga con su vida la locura demencial de ciertos grupos nihilistas del mundo”.

 

AMIA: video homenaje

El audiovisual de “Rosa y Sebastián”, dirigido por Sebastián Mignona, forma parte de uno de los tantos homenajes que los argentinos realizan cada año, como acto que reitera el pedido de Memoria y Justicia.

 

En el video, la narración en primera persona es el relato de una madre que perdió a su hijo, representa también la valiosa palabra de una sobreviviente. En el preciso momento de la explosión de la bomba, Rosa y Sebastián, quienes habían llegado a la ciudad de Buenos Aires desde Villa Bosch, caminaban por la vereda de la AMIA, en la calle Pasteur. De la mano, se dirigían hacia el Hospital de Clínicas, ubicado a 200 metros de la institución, cuando fueron alcanzados por la explosión de la bomba que en el acto mató a otras 84 personas.

 

Fue presentado durante los actos del 24 aniversario del atentado y forma parte de las acciones de memoria y justicia que lleva adelante la mutual judía con el nombre de “Sueños quebrados”, que busca reconstruir algunos de los anhelos de las personas que murieron para dejar sus testimonios y, con ellos, homenajear a cada una de las víctimas.

 

Antes de participar del acto que este año se realiza un día antes y por internet, Alfici cierra: “Creo que encontraron un campo fácil en la Argentina, seguramente este debe ser la disputa que hay en Medio Oriente entre Israel y los grupos árabes. Más allá de los atentados que hubo luego en varias ciudades del mundo, da la pauta de que podría ser contra el mundo occidental, casi una disputa cultural entre dos mundos muy distintos. Hay que ver políticamente qué piensan estos grupos demenciales sobre la vida, al menos desde el concepto occidental que tenemos judíos, cristianos y musulmanes que privilegian la vida por sobre todas las cosas”.

 

ZF

 

 

 

 

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