Tucumán: mataron de 14 puñaladas a un sacerdote dentro de una parroquia

La principal hipótesis es que lo asesinaron en medio de un robo.

El brutal crimen del sacerdote tucumano Oscar Juárez durante un supuesto robo conmocionó a los vecinos de la parroquia San Martín de Porres y en las últimas horas, también, despertó algunas sospechas.

La principal hipótesis hasta ahora apunta a que Juárez habría reconocido a los ladrones que entraron a su parroquia y por eso lo mataron de 14 puñaladas. Sin embargo, algunos indicios que fueron surgiendo con el correr de las horas llevaron a los investigadores a no descartar otras.

La saña con la que fue asesinado el cura de 67 años es uno de los datos que más llamó la atención del caso. Sin embargo, tampoco pasó desapercibido en el marco de un presunto asalto los billetes ensangrentados que se encontraron debajo del cuerpo de la víctima ni los objetos de valor que había en la escena del crimen.

«El móvil del crimen sería un robo y aparentemente los agresores tenían todo listo para escapar del lugar cuando fueron sorprendidos por el padre, quien aparentemente ingresó en ese momento y se encontró con los ladrones», explicó a los medios la titular de la Fiscalía a cargo de la investigación, Adriana Giannoni.

La funcionaria precisó además que si bien el sacerdote «no estaba atado» como señalaban las primeras versiones, tenía «una cinta que le daba vuelta en toda la cara» como si hubiesen querido amordazarlo.

Según las primeras pericias, el ataque se produjo entre la 1 y las 2 de la madrugada, aunque el cuerpo, que estaba tapado con una sábana, fue encontrado 10 horas después por la persona encargada de realizar la limpieza en la iglesia. También determinaron que había «varias puertas violentadas y es casi seguro que actuaron dos o tres personas, aunque por el momento no hay sospechosos identificados».

La víctima tenía 67 años, llevaba 42 años como sacerdote y desde hace 13 estaba a cargo de la parroquia San Martín de Porres. El arzobispo de Tucumán monseñor Carlos Sánchez, se mostró consternado con el crimen: «La muerte de un sacerdote nos genera un dolor profundo, pero en especial la de este cura que estuvo muchos años dedicado a la Iglesia pero tenía pilas para seguir».

Hace casi cuatro años, en octubre de 2016, la comunidad cristiana tucumana también se vio conmovida por la muerte del sacerdote Juan Viroche, un caso que en un primer momento fue tratado como homicidio y se vinculó la causa con la intervención de narcos que operan en la zona este de la provincia.

Sin embargo, meses después la Justicia cerró la investigación al asegurar que se trató de un suicidio, lo que generó una fuerte polémica ya que el caso había alcanzado repercusión nacional e internacional.

(TN)

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