Coronavirus: la difícil y gratificante tarea de enseñar y aprender a la distancia, en el relato de la EPET 18 de Puerto Esperanza, Misiones

La pandemia de coronavirus que obligó al mundo a permanecer encerrados entre cuatro paredes durante meses, despertó incontables virtudes que estaban ocultas o adormiladas en muchísimos estudiantes y docentes, transformados hoy en verdaderos productores audiovisuales, poetas de palabras antes desconocidas, creadores de un sinfín de resultados que ayudan, incluso, a salvar vidas.

 

Uno de esos productos surgidos de la creación grupal y el trabajo individual, sintetiza en un video de la comunidad educativa de la Escuela Provincial de Educación Técnica (EPET) 19 de Puerto Esperanza solo una parte de lo que fue hasta el último día antes de las vacaciones de invierno, la tarea de uno y otro lado. Y más allá del relato, se expone en las imágenes las condiciones en las que se produjo el proceso de enseñar y aprender durante los días de confinamiento.

 

Como en otras producciones, también acá, los sonidos de fondo van narrando sobre circunstancias, contextos y realidades que durante el año escolar, cuando las clases se desarrollan según “el reglamento” en las aulas, directamente se desconocen.

 

“Dejamos timbres, horarios, carpetas y planillas para dar lugar al contenido, espacio y tiempo”, reza la frase descriptiva del documental que armó la EPET 18, de Puerto Esperanza, para relatar cómo transcurrió el primer semestre del año con la emergencia sanitaria y social.

 

El material audiovisual ofrece una visión parecida a lo sucedido en la mayoría de los establecimientos educativos misioneros. Entre plataforma, WhatsApp, zoom, acercar la tarea a quienes no tenían conexión, la creatividad docente y el compromiso de las familias, se sostuvo el ciclo lectivo.

 

Un producto colectivo

El video, difundido por el Ministerio de Educación de la provincia está acompañado de una reseña. “Desde mediados de marzo las clases presenciales se suspendieron en Misiones como una de las medidas sanitarias para controlar el avance del Covid-19. Docentes, equipos técnicos, directivos, autoridades educativas se enfrentaron el desafío de llevar las actividades educativas a la virtualidad. Así, la capacidad pedagógica y didáctica de la comunidad educativa superó las expectativas de todos”, explican.

 

Mencionan luego que “el puntal de trabajo fue la Plataforma “Guacurarí +, que se convirtió en el lugar de encuentro por excelencia, como parte de esa evolución de las prácticas educativas. Pero hubo que sumar otras herramientas para llegar a las familias que no aún no sabían utilizarla o no tenían conexión. Así, en el transcurrir de los meses, los zoom se hicieron el lugar de encuentro, los videos tutoriales el contenido a compartir y cada uno fue afirmando su rol en el complejo andamiaje que se había vuelto la educación misionera”.

 

“Aprendimos a sostenernos con la voz y a abrazarnos con palabras”, fue el mensaje que encontraron en la EPET para encausar el relato audiovisual. Y así describieron lo sucedido en una frase: “No somos mejores por lo que hicimos sino por aquello que dejamos de hacer. Dejamos los timbres, horarios, carpetas y planillas para dar lugar al contenido espacio y tiempo, un audio, un mensaje virtual”.

 

Al respecto Tania Vázquez, estudiante de dicho establecimiento, aseguró que tuvo muchos problemas con esta nueva modalidad “pero tuvimos el acompañamiento de los docentes que hicieron que fuera más llevadero”.

 

En ese mismo video, que dura 14 minutos, explicaron las herramientas que utilizó la institución, como así también las diferentes variables que encontraron en la interacción con los contenidos que se iban alojando en la Plataforma Guacurarí ya que, ese mismo entorno virtual de aprendizaje, sumaba contenidos y mejoraba su interfaz a medida que pasaban los días.

 

“Dejamos los horarios rigurosos y que lo indispensable en este tiempo de pandemia es brindar contención al otro. Dejamos de estudiar para los exámenes, pero aprendimos valores para toda la vida” mencionó el docente Alejandro Rivas, en su participación en el material.

 

El relato de la EPET se hace propio por la mayoría de las instituciones educativas misioneras que vivieron situaciones familiares. Se privilegió el relato por sobre la calidad audiovisual y las emociones por sobre todas las cosas. La educación misionera se mantuvo en pie gracias al esfuerzo de todos los que fueron parte.

 

En estos días de merecido descanso, el debate pasa por si el regreso a “las clases presenciales” será el 3 de agosto, o después del 30 de septiembre, si mañana o pasado…Cuando fuere, la experiencia habrá fructificado en incontables resultados, algunos más conocidos, otros totalmente desconocidos, pero todos, con la satisfacción de haber descubiertos, juntos, nuevas y maravillosas fórmulas para aprender.

 

ZF

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