Si bien el objetivo del congreso de Tucumán era declarar la independencia, sobre lo cual existía un amplio consenso entre los diputados, en el resto de los temas no ocurría lo mismo. Esto era lógico debido a la variada representación territorial del congreso, que iba desde Buenos Aires hasta provincias del actual Bolivia.
Pero, además, porque dentro de la propia elite revolucionaria ya estaban bien perfilados dos grupos con un perfil específico sobre el camino que debía seguir el naciente país: los diputados del liberalismo porteño y los diputados del ala más radicalizada, que respondían a San Martín y a Martín Miguel de Güemes.
La propuesta de Belgrano fue un motivo de arduo debate en el congreso y dividió las aguas. San Martín y Güemes apoyaron la idea, al igual que los representantes altoperuanos. Por su parte, los diputados bonaerenses la rechazaron de plano. San Martín, por ejemplo, le expresó a Godoy Cruz que “yo le digo a Laprida lo admirable que me parece el plan de un inca a la cabeza, las ventajas son geométricas”.
Por otro lado, los diputados porteños fueron acrecentando su rechazo, incluso con argumentos discriminatorios que no hacía más que reflejar su mirada elitista sobre el sentido que, para este grupo, tenía la revolución y la independencia. Tomás Manuel de Anchorena será el vocero principal de esta postura, cuya prédica logrará frenar la propuesta y dilatar la decisión en forma definitiva.
El documento de San Martín, en Documentos del Archivo del General San Martín, Comisión Nacional del Centenario, Buenos Aires, Imprenta Coni, 1910, Tomo V, p. 546.
Por Pablo Camogli
PE
Las independencias rioplatenses
Especial de Misiones Online (Cap.VII): La monarquía constitucional de origen incaico que propuso Belgrano para garantizar la unidad plurinacional
