Arístides Álvarez: «La ESI en la escuela es clave para prevenir casos de grooming»

El docente y presidente de la ONG «Si nos reímos, nos reímos todos» -dedicada a prevenir el ciberacoso- advierte sobre los cuidados en el mundo digital.

En este tiempo de aislamiento los chicos están muchas horas utilizando internet y en ese espacio «están expuestos a que sean engañados o acosados por adultos». La advertencia es de Arístides Alvarez, ex director de escuela y presidente de la Asociación Civil “Si nos reímos nos reímos todxs”, una ONG conformada por casi treinta docentes, padres y profesionales de distintas disciplinas, que realiza charlas y talleres en escuelas, clubes y espacios culturales sobre convivencia y prevención de la violencia.

 

El grooming (acoso de adultos a menores a través de medios electrónicos) es otro de los temas que aborda la organización. Esta semana se conoció en Rosario el caso del ex utilero de un club de barrio que tenía cuatro denuncias por grooming (pedía a adolescentes que le enviaran por WhatsApp fotos “de sus partes íntimas” a cambio de ropa deportiva). En lo que va del año se denunciaron en Fiscalía 16 casos de este delito en Rosario y 48 durante todo 2019-

 

Hace diez años, cuando era director del Instituto Zona Oeste, Arístides Álvarez comenzó a involucrarse en el tema. Docentes y estudiantes también se sumaron y años después comenzó a darle forma a la ONG que preside. En diálogo con La Capital, Álvarez llamó a estar atentos al grooming y afirmó: “La recomendación es que las escuelas, de la forma en la que estén manteniendo el vínculo pedagógico con sus alumnos, no dejen de hablar de Educación Sexual Integral (ESI)”.

Arístides Álvarez en Misiones, para recibir Premio «Docente Innovador en las Tecnologías» 2017 del Concurso Mejor Promedio de Misiones Online .

 

¿Qué situaciones advierten en este tiempo de cuarentena?

—Lo que está pasando en estos tiempos de aislamiento es que todos utilizamos muchísimo más internet, tanto los adultos como los niños y adolescentes. Eso es inevitable y está bien que así suceda, porque mantiene la comunicación. Para la escuela, al menos para las que pueden y para las familias que tienen conectividad, es un canal primordial para mantener el vínculo con los chicos y es maravilloso ver las distintas estrategias que utilizan los docentes. Pero este contexto también trae una problemática, que es que los chicos están muchas horas utilizando internet y ya no está el control de los padres, que antes por ahí se ocupaban y preocupaban de ver que sus hijos no estén tanto tiempo conectados. Bueno, en esa conectividad con internet, redes sociales, servicios de mensajería como WhatsApp, Tik Tok o los videojuegos en línea, los chicos están expuestos al ciberbullying, que es el acoso entre pares. Pero también al grooming, a que sean engañados o acosados por adultos

 

Si tuvieras que sintetizar qué es el grooming y cómo detectarlo, ¿qué responderías?

—El grooming es el acoso de un adulto a un menor de edad a través de medios tecnológicos, como internet, servicios de mensajería o videojuegos. Una posibilidad es que el adulto que establece la relación con el o la menor sea alguien del entorno cercano, que puede ser un familiar, un vecino, un docente o alguien de una iglesia. Alguien que tiene una relación de poder con el menor, quien confía plenamente en esa persona o le teme. Entonces se entra en un juego perverso. Pero también puede ser un desconocido con un perfil falso en una red social, donde el adulto gana su confianza. De ahí que viene el término groomer —hacerse el amigo— y se establece una relación, a veces utilizando una foto falsa, fingiendo ser un par, usando estrategias de acercamiento y todo un estudio de ingeniería social sobre el menor. Para saber qué sube a las redes, qué gustos musicales tiene, qué videojuegos les gustan o hasta de qué equipo de fútbol es hincha. Hasta que en algún momento empieza esto del intercambio de fotos o videos. Primero en situaciones “normales” y después de contenido sexual. En esta estrategia el menor puede empezar a mandarle fotos a esta persona que la está engañando y a partir de ahí pueden ocurrir varias alternativas: que siga con ese intercambio y que después venga la extorsión del adulto, que le dice «si no me mandás más videos o fotos voy a publicar todo lo que me mandaste y se van a enterar tu familia y tus amigos». O que quiera tener una cita con el menor. Esto ha pasado, el chico o la chica no cuenta a nadie que va a ir a esta cita y eso puede terminar en abuso, secuestro u homicidio, como pasó con Micaela Ortega (el caso de una nena de 12 años asesinada en abril de 2016 en Bahía Blanca por un hombre que la contactó por Facebook haciéndose pasar por una chica de su misma edad. La condena al criminal fue la primera en el país por grooming seguido de muerte).

 

Ante estos casos, ¿cómo trabajar la prevención?

—En esto es fundamentar que se trabaje desde la ESI en las escuelas. La educación sexual integral es clave para prevenir el grooming, porque en la ESI se le explica a los chicos cómo cuidar su imagen y su cuerpo. Cómo no dejar que nadie abuse de ellos, físicamente o psicológicamente, pidiéndoles imágenes privadas. O cómo cuidar la identidad digital. He ido a algunas escuelas confesionales donde no se habla de esto, pero después de la charla de grooming se acercaban algunos chicos a contarme algunas experiencias y esto era porque tenían necesidad de hablar, pero no lo hacían en la escuela. Entonces, si no hablan en la escuela y a veces tampoco en la casa, no tienen con quien dialogar de esto y caen presas de esta gente.

 

 ¿Cómo encontrar espacios para hablar de estos temas en medio del distanciamiento social?

—La recomendación es que las escuelas, de la forma en la que estén manteniendo el vínculo pedagógico con los alumnos, no dejen de hablar de ESI. Creo que es fundamental en estos tiempos dialogar acerca de cómo cuidarse cuando navegan por internet, cómo configurar los perfiles, cómo relacionarse y qué pasa en las reuniones de Zoom, Meet o desde la plataforma que se utilice. Hay sobradísimos ejemplos de situaciones engorrosas para los chicos y para los adultos también. Porque de alguna manera se invadió la privacidad que teníamos como familia y hogar. Y dentro del vínculo familiar estar atentos, porque si un chico es abusado en el seno familiar, ¿a quién le cuenta hoy? Si está encerrado en su casa, no va al club, no va a la escuela, ¿a quien le va a contar? Eso nos preocupa, que los chicos no tienen ahora la posibilidad que tenían, en la presencialidad de la escuela, de hablar con alguien de confianza. Muchas veces los chicos recurren al docente, a la seño, al preceptor o hasta el director. Pero ahora no tienen cómo, porque en una reunión por Zoom no van a poder contar esto. Por eso creo que el rol docente es fundamental para detectar este tipo de situaciones.

 

Los números en la Argentina en tiempos de hiperconectividad

Según un informe de la organización Grooming Argentina, seis de cada diez niños y niñas hablan con desconocidos a través de distintas plataformas digitales. El estudio, realizado a través de una encuesta a 4.276 niños, niñas y adolescentes de entre 9 y 17 años, también alertó que casi la mitad de ellos fueron agregados por desconocidos a grupos de WhatsApp sin su consentimiento. El director de la Grooming Argentina, Hernán Navarro, advirtió que el aislamiento preventivo por la pandemia y la hiperconectividad son un caldo de cultivo para la aparición de este tipo de situaciones y que en la Argentina hay un incremento promedio del 30 por ciento de casos de grooming. El informe sostiene además que al 35 por ciento de los niños, niñas y adolescentes se le pidió que enviaran fotos desnudos o con poca ropa y el 33 por ciento recibió imágenes de contenido sexual de un desconocido o de alguien que conocieron solo por internet.

 

Desde el Ministerio Público de la Acusación confirmaron a La Capital que en lo que va del año, los casos de grooming denunciados en Rosario fueron 16 y 48 los registrados durante todo 2019. Aclararon que no se notó, por lo menos en los casos denunciados, un crecimiento durante el aislamiento.

En el país rige desde noviembre de 2013 la ley Nº 26.904, que establece como delito penal al grooming. La norma incorpora como artículo 131 del Código Penal la pena de prisión de seis meses a cuatro años a quien “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.

 

 

Fuente: La Capital 

 

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