La ola de calor llegó a Europa y, con temperaturas que llegaron a los 34 grados, miles de británicos se aglomeraron en las playas de Bournemouth, en la costa sur de Inglaterra en plena pandemia.
Debido al gran afluente de gente y las advertencias por parte del Gobierno británico, la policía se vio desbordada y tuvo que pedirles a los ciudadanos que desalojaran las playas. «El coronavirus volverá a propagarse si no se respeta la distancia social», expresó el asesor médico del Gobierno, Chris Witty. Hasta el jueves, Reino Unido contabilizaba 30.9442 casos de coronavirus y 43.314 muertos a causa de la pandemia, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.
El amontonamiento se produjo apenas tres días después de que el Primer ministro Boris Johnson declarara “el fin de la hibernación nacional” y anunciara la reapertura de bares, restaurantes y hoteles desde el 4 de julio.
Pese a que desde el Gobierno pidieron que se mantuvieran los dos metros de distancia social siempre que fuera posible, las playas de Bournemouth y Durdle Door se vieron saturadas de personas, una al lado de la otra, lo que provocó incluso un colapso en las vías de acceso.
«Son absolutamente chocantes las escenas que estamos presenciando en nuestras playas», advirtió la concejala local Vikki Slade sobre lo que se puede ver en diferentes videos e imágenes de la calurosa jornada. “La conducta irresponsable de mucha gente está poniendo al límite nuestros servicios, hasta el punto en que era imposible garantizar la seguridad», informó Slade.
Los equipos de recolección de basura también sufrieron abusos e intimidación cuando intentaban eliminar montañas de desechos del paseo marítimo, según el comunicado, y ha habido una serie de incidentes relacionados con el consumo excesivo de alcohol y peleas.
Fuente: Minuto Uno
D.A.
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