En el Paraje Procediño de San Javier un proyecto escolar resolverá la falta de agua potable de 14 familias

Lusmila García Da Rosa es una de las alumnas del secundario que en Misiones quedó “varada” por la pandemia, pero no en un lugar físico, sino en su interesante proyecto de investigación socio-comunitario que solucionará en el Paraje Procediño de San Javier el problema de falta de agua potable que sufren 14 familias.

 

“Manejo de Cuenca y Protección de Vertiente” es el nombre del proyecto que en primera instancia, cuando comenzó a delinear su idea, estaría destinado a solucionar un problema familiar ocasionado por la deforestación lindante a las vertientes que hay en la zona y hoy, en medio del caos generado por la pandemia de coronavirus se convirtió en una idea ampliada que abarca la solución del agua potable para todos sus vecinos.

 

Inventiva y compromiso se suman a los objetivos de la educación para la acción que destaca a las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA) en toda la provincia; en este caso la EFA 110004 “Santa Teresita” de Leandro N. Alem, a la que en “épocas normales” concurre con la modalidad característica de permanecer una semana internada en el establecimiento y una semana en sus hogares, aplicando lo aprendido.

 

Con el cambio de ritmo impuesto por la obligatoriedad del asilamiento preventivo, Lusmila, como toda la comunidad educativa debió quedarse en casa, desde donde continúa con los contactos de asesores, profesores y profesionales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de San Javier.

 

“Mi meta es obtener 10 mil de agua de buena calidad, óptima para el consumo y para ello tuve que cambiar un poco el proyecto original”, comenta entusiasmada y sorprendida por la visita sorpresa que le hiciera en la mañana de este viernes la ministra de Agricultura Familiar de la Provincia, Marta Ferreira, interesada en “dar una mano para llevar adelante el proyecto”.

 

Detalles del proyecto

“Surge esta idea a partir de que mi familia y mis vecinos del paraje “El procediño” no contamos con agua potable ni tampoco con una cantidad suficiente de la misma. Tras varios años de observación en las chacras que limitan con la nuestra se constató que por la deforestación, la cantidad de agua disminuyó. Esto provoca que en épocas de sequía tienen que llamar a los bomberos para que les traigan agua. En cambio, en nuestra chacra no deforestamos el sector donde está la vertiente pero sí tenemos el problema que en épocas de lluvias, viene la correntada con agua sucia y basura y ensucia la vertiente”, es la explicación más o menos técnica con la que introduce un video de producción propia para contar los pormenores de una obra que comenzó, sigue a ritmo lento y que espera poder continuar cuanto antes.

 

“Mi objetivo general es realizar un proyecto de manejo de toda la cuenca y la protección de la vertiente”, precisa y para ello la zona donde su familia tiene la chacra -el lote 23 del paraje El Procediño de San Javier- cuenta con algunas características que le son favorables: clima subtropical propio de toda la región, abundante vegetación, cerros que rodean a la vertiente, buena entrada de luz solar.

 

Presentado el año pasado como idea, la obra está bastante avanzada a partir del trabajo de toda la familia y ahora se sumaron los vecinos, pero a un ritmo mucho más lento. Con las manos en la obra, Lusmila misma comenzó a limpiar la zona de vertiente de su chacra, continuaron con la construcción del brocal donde estará el reservorio y continúa en la lista de obras pendientes la plantación de árboles autóctonos de Misiones en las laderas de los cursos de agua, cercar el perímetro y comprar caños, arena, ripio y demás elementos para ahora sí, extender su proyecto hasta alcanzar una red de agua potable para las 14 familias que habitan en la zona.

 

Para la concreción de este sueño hecho realidad la adolescente contó con el apoyo permanente del asesor técnico del INTA San Javier, Daniel Babi, el de sus profesores y por supuesto toda su familia.

 

Enfoque de gestión ambiental

Explica la joven en su trabajo final que “se trabaja con un enfoque de manejo de cuencas que asocia gestión ambiental, ordenación del territorio, desarrollo regional y acciones orientadas al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de la cuenca”. Y aclara que cuando se habla de “manejo, no se refiere a la cuenca en sí, sino a las intervenciones que el ser humano realiza en la misma, considerando el efecto que esas intervenciones ocasionan en la dinámica de la cuenca.

 

“Las ventajas y fortalezas de una fuente protegida de agua se traducen en que se trata de un sistema sencillo, de bajo costo, que brinda soluciones concretas, tanto individuales como grupales; que utiliza y aprovecha recursos locales (piedra, mano de obra, conocimientos, y saberes)”, explica Lusmila en la parte teórica de su trabajo escolar aplicado a su comunidad.

ZF

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