Héroes cotidianos: construyó una mesa en la puerta de su panadería y entrega meriendas para los niños carenciados de Garupá

Desde una chocolatada o mate cocido, acompañado de panificados, más de 40 niños de Garupá se reúnen todos los días para disfrutar de una merienda preparada por los trabajadores de la panadería Petri. Y es que todo se remonta a la infancia de Sergio y Ester Petri, una pareja que no tuvo mejor idea que invitar a su familia y trabajadores para ayudar a los niños de barrios cercanos a su local.

 

Sergio Petri y su esposa Ester nacieron en hogares muy humildes, es por ello que al ver la necesidad que vivían los niños de los barrios cercanos a su panadería en Garupá, decidieron emprender este proyecto que consiste en entregar meriendas a más de 40 niños todos los días.

 

 

“Todo se  basa en nuestras raíces, mi esposa y yo venimos de familias muy humildes,  tanto que muchas veces no teníamos ni siquiera alimentos básicos, por eso es que vemos las cosas desde un ángulo distinto  y en agradecimiento a Dios, a la vida, la salud, al trabajo, a nuestros clientes y al excelente grupo humano de trabajo que nos acompaña empezamos a gestar esta idea”.

 

Y aunque la merienda no ha dejado de entregarse en cuarentena -con todas las medidas de seguridad-, el proyecto data de mucho antes, específicamente desde el 2018 “En pascuas de ese año, con mi esposa Ester y mis hijos Alex, Belén y Nahuel  armamos algunos paquetitos y nos fuimos a repartir dulces a los niños más humildes. Yo manejaba y ellos entregaban los presentes, ese día observaba y  fui feliz al ver a lo que hacía mi familia, pero a la vez veía tanta necesidad”.

 

Al recordar sus inicios, Sergio pensaba en el día a día de estos niños y buscó alternativas para ayudarlos. “Comenzó en mí una preocupación por esos niños, pensé y me preguntaba a mí mismo: ¿qué ocurre con estos chicos los días normales?  Es decir, no los días de fiesta como pascuas o Navidad (…) es ahí que le pido a Dios capacidad y fuerza para poder ayudarlos con algo todos los días, y sabiendo que el hambre  no solo lo sentimos en fechas especiales, decidimos dar un pequeño refrigerio a todos los niños que necesiten  y quieran acercarse  todos los días a nuestra panadería”, dijo.

 

Para lograrlo, construyó cerca de la panadería una mesa rústica de madera y pusieron de techo una lona de media sombra. “Es ahí donde compartimos con ellos siempre, algunas  veces chocolatada, otras mate cocido, siempre acompañado con algunos panificados”, cuenta Petri.

 

 

Con el objetivo de cumplir con los niños todos los días, invitó a sus trabajadores a involucrarse y la respuesta de ellos ha sido más que positiva. “Hicimos un organigrama incluyendo a todos nuestros compañeros de trabajo, cada día le toca a uno distinto. Cuando llega la hora, el trabajador deja su tarea habitual y se dedica al servicio de los chicos, de esa manera participamos todos los que conformamos  la panadería Petri”.

 

Entregan  meriendas a unos  50 niños, todo los días. “Esperamos que se sigan sumando”.

 

Esta tarea le ha dado muchas satisfacciones a él, su familia y equipo. “Hoy ya van más de 2 años y vivimos momentos muy especiales por ejemplo una niñita que estuvo desde el principio participando, hace  unos días cumplió  sus 15 años y para festejarlo organizamos una merienda especial, cocinamos algunas hamburguesas,  hicimos la torta y le cantamos el feliz cumpleaños” .

 

El emprendedor señaló que no reciben ningún tipo de ayuda para este proyecto. “Dependemos más que de Dios, de nuestros clientes, de nuestras fuerzas para llevar a cabo esto».

 

También invitó a las personas a sumarse a esta iniciativa. “Acá son todos bienvenidos si alguien quiere compartir  un simple chocolate calentito con los chicos a las 17 horas puntual ya estamos o  si alguien quiere traer algo, los niños lo  van a recibir con mucho cariño”.  

 

SPM

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