#Coronavirus: el desolador panorama de la Terminal de Ómnibus de Posadas que espera por el regreso de los colectivos y su universo en torno a los viajes

No ingresan micros desde marzo y eso obligó al cierre temporal de locales de diferentes rubros. Hay atrasos de alquileres, taxis y remises que buscan pasajeros en otras zonas y un administrador que sostiene “que por ahora podemos aguantar y confiamos en que todo se reactive pronto”, dijo Luis Fiege.


El paisaje desolador de la Terminal de Ómnibus de Posadas, contrasta notablemente con lo que ocurre a pocos metros en la Estación de Transferencia de Quaranta, donde los servicios del transporte urbano no se detuvieron un minuto durante la pandemia. La emblemática parada de la avenida Santa Catalina y calle 124 hace casi tres meses perdió su ritmo normal y no sólo afectó a empresas y pasajeros de media y larga distancia, sino también a rubros asociados que “viven de la Terminal”.

“Desde el 19 de marzo se fueron cerrando los locales entre boleterías, kioscos, bares y tampoco hay servicios de taxis y ni siquiera los chiperos que habitualmente se instalan”, contó a Misiones Online Luis Fiege, administrador de la Terminal de Ómnibus de Posadas. “Si pasas por enfrente te vas a dar cuenta que no hay nada”, ilustra el empresario que espera con ansiedad la habilitación protocolizada para comenzar a recuperar lentamente un movimiento que no será frenético en un primer tramo, pero si necesario para conectarse entre ciudades de Misiones.

El gobernador Oscar Herrera Ahuad deslizó el domingo último que se estudia con mucha atención, el protocolo para autorizar el transporte de media distancia en la provincia. No hay fecha concreta aún porque el pulso lo marca la situación epidemiológica que “no es una foto, es una película”, repite el primer mandatario provincial. Mientras tanto, en la Terminal de Ómnibus de Posadas, unos 30 locales permanecen cerrados, “sin posibilidad de facturar y tampoco de pagar el alquiler. Nosotros entendemos la situación y estamos aguantando el atraso, porque por más que se acumule la deuda, no hay posibilidad alguna de que ahora paguen”, admite Fiege.

En el análisis del administrador de la Estación que a diario activa el mantenimiento de las instalaciones “con personal de seguridad que vigila los locales y los encargados de la limpieza que siguen trabajando” está la sensación de cierta impotencia, por no poder al menos permitir las tareas de rubros que en otros puntos de la ciudad, ya tienen movimiento. “Acá hay bares y varios locales gastronómicos que ya tienen su protocolo y autorización, pero como están dentro de la Terminal y dependen exclusivamente del movimiento de los colectivos, no están en condiciones de abrir”.

Fiege no precisó el monto que por alquileres deja de percibir la administración en estos meses, aunque admitió que “los valores de los locales son los mismos que se manejan en el mercado, dependiendo de las dimensiones”. El mínimo ronda los 15 mil o 20 mil pesos y en el caso de los espacios más grandes (en el lugar también funciona un tragamonedas) la cifra puede superar los 50 mil pesos. “Cuando se retome la actividad nos vamos a juntar con cada locatario y vamos a formalizar algún plan de pago para cumplir con la mora. Seguramente, en una primera etapa, el gobierno va a habilitar los servicios provinciales porque los de larga distancia es mucho más difícil, ya que varios servicios van a Buenos Aires que es una zona de mucho contagio del coronavirus”, consideró el administrador de la Terminal.

El personal que trabaja en la Terminal se mantiene “porque cobró los subsidios nacionales, pero hay gente que no recibió ninguna ayuda. Acá está la concesión de los taxis y remises que por ahora no tienen pasajeros para llevar. En muy pocos casos tienen viajes a otras ciudades, pero sabemos que la gente recurre a ese tipo de traslados en situaciones extremas. Un viaje de Oberá a Posadas en remis tiene un valor de 5 mil pesos y hay situaciones como la de pacientes oncológicos que necesitan si o si venir a Posadas y a veces nos les queda otra que pagarlo. Por eso es necesario que se reactiven pronto los viajes”, relató Fiege.

Boleterías, servicios de encomiendas, bares, comedores, kioscos, venta de regalos y artesanías, chiperos, maleteros, taxistas, vendedores ambulantes, pasajeros, toque de andén y colectivos es el universo de un gigante dormido al que le urge un protocolo para dejar de ser un testigo que observa casi con envidia, como el vecino, no para de recibir colectivos del servicio urbano.

 

 

DG

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