Nueve de cada diez individuos capturados mueren en el traslado antes de llegar a ser vendidos. La captura y comercio de la fauna silvestres de están prohibidos en todo el territorio argentino. Además de aves, muchas otras especies silvestres sufren esta problemática, por eso pedimos que denuncien ante los organismos competentes y no compren ni capturen aves. La mejor manera de disfrutar de las aves silvestres, y a la fauna en general, es observándolas en libertad”, sostiene Cecilia Maqueda, coordinadora del Programa Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre para la ONG Aves Argentinas.
El tráfico ilegal de fauna silvestre, junto a la pérdida de hábitat y la introducción de especies exóticas invasoras, está llevando a muchas especies de aves a la extinción, como por ejemplo es el caso del cardenal amarillo. A nivel mundial el tráfico ilegal de animales ocupa uno de los primeros puestos dentro de las principales actividades ilícitas, luego de la venta de armas y drogas.
En la Argentina, gran parte de los animales silvestres capturados ilegalmente tiene como destino final el mercado de mascotas o colecciones privadas. Los principales puntos de venta son ferias, veterinarias y petshops, sitios de e-commerce y redes sociales. A su vez, pieles, cueros y otros subproductos son objeto de una gran demanda, tanto nacional como internacional.
En el caso de las aves, su destino principal es venderse como “aves de jaula” o como parte de una colección privada, ya sea por sus colores, cantos o simplemente por su escasez en la naturaleza y así ser considerada un objeto de valor.
También son buscadas para consumo, taxidermia o los productos, como las plumas por ejemplo, para distintas manufacturas o artesanías.
“Nueve de cada diez individuos capturados mueren en el traslado antes de llegar a ser vendidos; debido a las malas condiciones desde que se lo captura, se transporta y llega al punto de venta. (Hacinamiento, falta de alimentación, etcétera) por eso decimos que el tráfico de fauna mata más de lo que vende”, explicó Cecilia Maqueda, coordinadora del Programa Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre para la ONG Aves Argentinas.
Algunos datos
– Más de 180.000.000 de dólares mueve anualmente en el mundo el tráfico ilegal de fauna
– 60% de los animales capturados son aves.
– Más de 100 especies de aves, 20 de reptiles y 15 de mamíferos de nuestro país son afectados por el tráfico de fauna. De todas ellas, unas 20 entran en una categoría de amenaza.
-En una feria callejera de la Ciudad de Buenos Aires se ha llegado a observar en un mismo día la venta ilegal de 700 individuos de aves silvestres.
Legislación vigente prohíbe tenencia y venta
La captura y comercio de la fauna silvestres de están prohibidos en todo el territorio argentino, ya que rigen leyes nacionales, provinciales y convenios nacionales e internacionales que protegen a la fauna silvestre.
En la Constitución Nacional (en su art 41), las Leyes Nacionales sobre Maltrato Animal (14.346/54) y sobre la Conservación de la Fauna Silvestre (22.421/81), hasta la adhesión al Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (Ley Nacional 24.375/94) y la Convención de Naciones Unidas sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Ley Nacional 22.344/80). La Ley nacional de conservación de la fauna (Ley 22.421) prohíbe la captura, traslado, comercio y tenencia de animales silvestres, sus productos y subproductos.
Cada provincia, a su vez, tiene sus propias leyes sobre esta temática. Es decir, existe un gran número de normas de distinta jerarquía que velan por la protección de la fauna.
Sin embargo, este flagelo sigue afectando la biodiversidad debido a la falta de conocimiento y a que dicha problemática no es tomada como política de estado.
Foto: César Giarduz
Mascota sí, mascota no
“Es importante poder distinguir entre aquellas especies que están permitidas para la tenencia como mascotas que provienen de criaderos como por ejemplo canarios, manones, diamantes y cotorritas australianas (en el caso de las aves), hamsters, coballos, etc (dentro de los mamíferos); de aquellas silvestres que son extraídas ilegalmente de la naturaleza con tal fin”, explica la especialista.
“Los animales silvestres que pueden ser tenidos en cautiverio deben ser únicamente aquellos provenientes de criaderos habilitados y que presentan la documentación correspondiente con el origen y seguimiento del individuo. De todas maneras, muchos comerciantes suelen rebuscárselas para hacer pasar a los animales como “legales” cuando realmente no lo son, resultando difícil el reconocimiento de dichos documentos, sobre todo para quienes no tienen conocimiento del tema”, agrega Maqueda.
Foto: César Giarduz
Especies afectadas
Las especies de aves silvestres más buscadas son: cardenales copete rojo, cardenales amarillos, rey del bosque, jilgueros, reinamoras, pepiteros, cabecitanegra, tucanes, loros habladores, guacamayos, corbatitas, entre muchos otros.
Muchas de ellas buscadas por su canto y belleza en colores y formas. O simplemente por la búsqueda de mascota de compañía. “Hay que desmitificar a algunas especies. Está en el imaginario popular que un loro es una mascota y sin embargo la mayoría de ellos provienen del tráfico ilegal y de los desmontes de las zonas chaqueñas de nuestro país”, asevera la especialista. “Algunas de estas especies llegan a costar arriba de los $3000, y otras aún mucho más. Muchas de ellas son muy buscadas por ser cada vez más raras en la naturaleza, lo que hace que aumente su valor en el mercado”, explicó.
Además de aves, muchas otras especies de la fauna silvestre sufren esta problemática. Un ejemplo es el caso de las tortugas terrestres, una de las mascotas más populares. Sin embargo, la venta de este animal está prohibida dentro de la jurisdicción nacional como así también su tránsito interprovincial. «Esto quiere decir que todas las tortugas terrestres que vemos a la venta en pajarerías, veterinarias y viveros son ilegales. Lo mismo ocurre con lagartos, monos, zorros, boas y otros”, precisó Maqueda.
El tráfico de fauna, la salud y tiempos de pandemia
Además de la amenaza sobre las especies, otro aspecto importante que ante la pandemia de coronavirus está muy vigente por expertos de la Ciencia, es remarcar que la tenencia de animales silvestres no sólo contribuye al tráfico ilegal de fauna, sino que también puede acarrear graves consecuencias para la salud pública.
“Las zoonosis son aquellas enfermedades que pueden transmitirse de los animales a los seres humanos. En la mayoría de los casos, los animales pueden transmitirlas sin mostrar signos de la enfermedad”, sostiene Maqueda.
“La pandemia de COVID19 comenzó como consecuencia directa del comercio de fauna silvestre”, asevera. “El tráfico ilegal de fauna silvestre no sólo mata animales, también mata personas. ¿Por qué? Porque los animales portan patógenos capaces de transmitirse al ser humano, como el actual Coronavirus, el Ébola, las gripes Aviar y Porcina, SARS y tantas otras. Porque en su utilización como alimento, medicina o mascotas, los animales son capturados y retenidos de manera inadecuada, hacinados sin agua ni comida, estresados. Y claro, intercambiando patógenos y diseminando sus enfermedades”, explica.
Asimismo, señala que al manipular a los animales, las personas entran en contacto con ellos y están expuestas a patógenos que luego podrían transmitir a otras personas.
“Y no solo se trata de «comer murciélagos», las aves pueden transmitir psitacosis, por ejemplo”, recalca la profesional.
¿Qué podemos hacer contra el tráfico de fauna?
En casos de observar caza o trampeo, venta o acopio, lo mejor es que denuncien a las autoridades competentes. En www.avesargentinas.org.ar/trafico se puede encontrar un listado de los organismos a los que se pueden enviar las denuncias de acuerdo a cada provincia.
No comprar animales por lástima, ya que de esta manera solo se está alimentando el ciclo del tráfico y haciendo que se capturen más animales para la venta. Siempre denunciar.
Desde Aves Argentinas sugieren a las personas que la mejor manera de disfrutar de las aves silvestres, y a la fauna en general, es observándolas en libertad. “Para ello proponemos salidas de observación de aves y fomentamos la plantación de especies nativas que las atraigan. En nuestro país hay más de 1000 especies de aves –en cualquier parque de la Ciudad de Buenos Aires podemos encontrar más de 60- y es muy fácil hacer que vengan a nuestros jardines, balcones o terrazas”, comentó.
CP/ PE