Domingo Paiva, del SOIME: «Ante la crisis económica, la variable de ajuste sigue siendo el trabajador en la industria de la madera»

Por la crisis económica y la declaración de emergencia sanitaria por la pandemia por COVID-19, el Ministerio de Trabajo de la Nación no contó con los tiempos administrativos para homologar el acuerdo salarial de la última revisión de paritarias que cerraron en febrero del corriente año entre el sector empresario representado por la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA) y el gremio Unión de Sindicatos de la Industria de la Madera de la República Argentina (USIMRA).

 

Por esta razón y previas negociaciones en el marco de la cuarentena, se acordó entre las partes suspender el pago de un incremento del 3% de abril y 3% mayo, y se posterga para percibir ese aporte remunerativo al salario en octubre, noviembre y diciembre próximo, explicó el secretario general del Sindicato de Obreros de la Industria de la Madera de la zona norte, Domingo Paiva.

 

En el acta firmada se indica que «se posterga la aplicación el 9% establecido en tres tramos de 3% c/u, en los meses de febrero, abril y mayo 2020, los que deberán imputarse a los meses de octubre, noviembre y diciembre respectivamente de 2020. En el caso de que el empleador haya abonado el primer tramo del 3% desde el mes de febrero a la fecha (mayo), el mismo quedara integrado como parte del salario básico a todos sus efectos constituyendo un derecho adquirido. En el caso de que el empleador hubiere abonado el siguiente tramo, ello no generara derecho a deducir el importe por tal concepto a efectuado en ninguno de los pagos futuros», informaron desde USIMRA.

 

La pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores es cada vez más pronunciada, y esta noticia los golpea en el marco de una situación económica crítica por la que se atraviesa, ya que habría menos horas extras para compensar el salario. “El trabajador maderero vive de su salario, no tiene otra entrada. No es como el empresario que puede generar otro ingreso porque el aserradero es solo una parte de su negocio. Hay mucha preocupación entre los trabajadores de la madera porque además, si bien están las empresas que cumplen, hay muchas otras donde la patronal paga como quiere, en cuotas, o menos de lo que corresponde al operario. Hay muchas irregularidades en la zona norte que de continuar tendremos que pedir la intervención del Ministerio de Trabajo para regularizar la situación laboral de la industria de la madera, ya que en el marco de la pandemia hay muchos que se aprovechan”, adelantó Paiva, en una entrevista con ArgentinaForestal.com.

 

El sindicalista evitó por el momento dar los nombres de las empresas madereras que incumplen con los derechos laborales de sus empleados “hasta tanto no se presente toda la documentación ante los organismos competentes, pero tenemos varias situaciones de extrema vulnerabilidad. Otra situación que durante estos meses de cuarentena no logramos resolver es la ayuda para más de cien trabajadores de la empresa de terciados Henter que no figuran en el sistema para percibir la ayuda del Programa de Asistencia en la Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), y no están cobrando nada, están totalmente excluidos de toda ayuda económica hasta ahora”, expresó.

 

Por otra parte, relató que una de las irregularidades de las más graves que se presentaron en el contexto de los meses de cuarentena obligatoria es que habría una treintena de trabajadores de riesgo, de más de 60 años y con antigüedad en algunas de las empresas madereras, que no estarían percibiendo su salario como corresponde. “Además de que desde la patronal se los maltrata, porque el industrial está molesto porque por el COVID-19 no pueden ir a la planta industrial a trabajar por su edad, no se les paga lo que por ley les corresponde. Esta es una pandemia a la que hay que cuidar a las personas de riesgo, respetando sus derechos y las normativas sanitarias vigentes. Sin embargo, hay empresarios que no entienden, e incluso reciben el apoyo del subsidio del Estado por medio del Programa de Asistencia en la Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) para “aliviar” el peso del pago de sueldos en un 50%, del salario de su plantel para compensar de alguna manera su situación económica y asegurar la fuente laboral, pero de los 16.500 pesos del mínimo vital y móvil, hay empleados mayores de 60 años que solo están percibiendo 6 mil pesos o un poco más, aduciendo que es porque “no están trabajando”. Esto es un atropello, porque lo el trabajador queda totalmente vulnerable ante esta situación. Eso que hacen está fuera del marco legal, es injusto para un trabajador mayor que durante años trabajó en esa empresa, y además es de miserables hacer eso”, calificó con indignación el sindicalista.

 

La ATP  es un “auxilio salarial”, un subsidio que otorga la Nación a empleados d PyMES que por la emergencia sanitaria por COVID-19 no pueden realizar su actividad o trabajan en un rubro que enfrentan dificultades económicas por el impacto de la cuarentena obligatoria. El Decreto 332/2020 establece que el monto de la asignación será equivalente al 50% del salario y no podrá ser inferior a un sueldo mínimo vital y móvil que va de $16.875 ni podrá superar los $33.750.

 

El secretario del SOIME adelantó que, respecto a esta situación en particular y otras irregularidades en la forma de pago de los haberes correspondientes, se encuentran preparando desde el gremio la documentación necesaria con el apoyo de USIMRA, ya que de persistir estas prácticas de algunos empleadores de la zona norte se presentarán ante el Ministerio de Trabajo de la provincia y la Nación para denunciar las diferentes situaciones que se dan en un contexto de emergencia sanitaria y de crisis económica, en la que “la variable de ajuste siempre es el trabajador”, dijo Paiva.

 

Domingo Paiva, secretario general del SOIME.

Menos ingreso de bolsillo

Desde el SOIME también confirmaron que quedó suspendido hasta el último trimestre de 2020 los aumentos salariales acordados en febrero para los trabajadores de la industria de la madera. “Serian entre 1.000 a 1.500 pesos menos, que no se cobrarán ahora, se posterga”, dijo Paiva.

Explicó que ante el contexto de la pandemia por coronavirus, los empresarios explicaron las consecuencias económicas ante el Ministerio de Trabajo de la Nación y firmaron un acuerdo entre la Unión de Sindicatos de la Industria de la Madera (USIMRA) y la Federación Argentina de la Madera (FAIMA).

 

De esta forma, se resolvió postergar la aplicación del acuerdo celebrado entre las partes que establecía un incremento por el valor horario a ser aplicado en un 3% para el mes de febrero,  3% para abril y un 3% para mayo de 2020. “Para no perder el beneficio, dichos incrementos por abril y mayo que debíamos cobrar ahora, se liquidarán ese 3% entre octubre, noviembre y diciembre”, explicó.

 

Asimismo las partes acordaron que el convenio suscripto se extenderá desde el 1 de abril hasta el 31 de mayo de 2020 con relación a las sumas que se abonen  encuadrados en el Art. 223 BIS de la Ley de Contrato de Trabajo (sumas no remunerativas) dejaran a salvo los aportes y contribuciones a la Obra Social y la Cuota Sindical.

El punto cuarto del acuerdo establece que será aplicable a todos los trabajadores y empleadores comprendidos dentro del ámbito del convenio colectivo de trabajo N| 335/75 (Industria de la Madera) en todo el país.

 

El nuevo convenio está en proceso de trámite para su homologación por ante el Ministerio de Trabajo y Empleo de la Nación. Este acuerdo de partes, es similar al suscripto por otras ramas laborales como consecuencia del escenario económico generado por la pandemia. «La cadena siempre se corta por el eslabón más fino. En el sector maderero hay empresas que cumplen y otras que están pagando como quieren, cuando las PyMEs están recibiendo medidas de apoyo como el ATP o el descuento del pago de la factura de energía. Ellos se sostienen en que conservan la fuente de trabajo, pero la verdad que al trabajador siempre le restan, con la promesa de no despedirlo o mantener la fuente laboral. Es una situación que, aunque el Presidente le cueste entender, angustia y mucho, porque al trabajador no le llega ningún descuento de los servicios, no está exento de pagar nada, y cada vez pierde más poder adquisitivo. Realmente estamos bastantes acorralados”, concluyó.

 

 

 

Por Patricia Escobar 

@argentinaforest

 

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