Día Mundial de acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria: ¿de qué se trata y cuáles son los signos de alarma?

Hoy, 2 de junio, se celebra el día mundial de acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCAs) con el objetivo de concientizar a la población sobre estas alteraciones y prevenirlas. Nuestra sociedad suele comprender perfectamente que una persona puede tener distintas enfermedades, pero cuando se trata de trastornos de la alimentación, enfermedades como la anorexia y la bulimia, por ejemplo, son vistas como algo que debe sobrellevarse en la intimidad o de lo que avergonzarse, por lo cual es muy importante informarse para actuar y ayudar a quien lo padece.

Los trastornos de la conducta alimentaria son alteraciones y desórdenes mentales que afectan a la ingesta y al peso de la persona que los padece. Pero, más allá de estos síntomas más aparentes, se esconden dificultades psicológicas graves y complejas que repercuten en el funcionamiento normal de la vida diaria de la persona enferma.

Dentro de los trastornos mas comunes se encuentran la anorexia, la bulimia, la vigorexia y ortorexia. Si bien, la población más afectada por estas alteraciones son los adolescentes, actualmente se conocen muchos casos de adultos e, incluso, y, más grave aún, en niños.

La anorexia se trata de un temor intenso a aumentar de peso y la percepción distorsionada del cuerpo. Para quienes la padecen es muy importante controlar su peso y su figura corporal, y hacen todo tipo de sacrificios, principalmente una reducción significativa de la ingesta de alimentos, que interfieren en su vida de forma significativa.

La bulimia puede presentarse con episodios de atracones con vómitos posteriores a la ingesta, ayunos prolongados, consumo de laxantes y diuréticos. También puede provocar muchas deficiencias nutricionales y alteraciones metabólicas con graves consecuencias para la salud.

Otro trastorno de conducta alimentaria actual es la ortorexia, que es la obsesión por comer de manera saludable. La preocupación patológica por la comida sana lleva a consumir exclusivamente alimentos procedentes de la agricultura ecológica, es decir, que estén libres de componentes transgénicos, sustancias artificiales, pesticidas o herbicidas, además de aquellas sustancias que hayan sufrido alguna clase de “condena o superstición”. Esta práctica se vuelve obsesiva dificultando la estabilidad emocional del paciente.

La vigorexia se manifiesta como la obsesión por el ejercicio físico, todos los días, muchas horas. Estas personas no descansan adecuadamente, además, se suele sumar a la reducción de alimentos similar a la anorexia, utilizando la actividad física como “compensador” de cualquier alimento que se consuma.

La gravedad de estos trastornos radica en que si no son tratados adecuadamente de manera interdisciplinaria (psicología, clínica, nutrición y otros profesionales que sean necesarios para cada caso), puede llevar a cuadros realmente graves de deficiencias, e incluso, a la muerte.

Hay signos que suelen presentar las personas que están sufriendo un trastorno de la conducta alimentaria y pueden ser de ayuda para detectar a tiempo y pedir ayuda a profesionales:

Relacionados con la comida:

  • Utilización injustificada de dietas restrictivas.
  • Estado de preocupación constante, que puede llegar a la obsesión por todo lo que esté relacionado con la alimentación.
  • Interés exagerado por recetas de cocina, dietas, tablas de calorías, entre otras.
  • Preferencia por no comer en compañía.
  • Interés por cocinar para los demás y hábito de encontrar excusas para no comer.
  • Sentimiento de culpabilidad por haber comido.
  • Comportamiento alimentario extraño (comer de pie, desmenuzar la comida en trozos muy pequeños, jugar, esconderlo, etc.).
  • Levantarse de la mesa y encerrarse en el baño después de cada comida.

Relacionados al peso

  • Pérdida de peso injustificada o detención del aumento.
  • Miedo y rechazo exagerados con respecto al sobrepeso.
  • Práctica del vómito autoinducido o del ayuno y utilización de laxantes o diuréticos con el objetivo de controlar el peso o perderlo.

Relacionados con la imagen corporal:

  • Percepción errónea de tener un cuerpo graso.
  • Intentos de esconder el cuerpo con la utilización de ropa ancha, evitando ropas ajustadas o trajes de baño.

Relacionados con la actividad física

  • Hacer ejercicio en exceso y mostrar nerviosismo o desesperación si no se hace.
  • Utilización del ejercicio para “quemar” cada comida que se consume.

Relacionados al comportamiento

  • Insatisfacción personal constante, estado depresivo e irritable, con cambios de humor frecuentes.
  • Disminución de las relaciones sociales, con tendencia al aislamiento.

Es importante aclarar que estos son signos, que se pueden presentar o no, en distintas intensidades y formas en cada persona. La idea es dar información que pueda servir para prestar atención a quienes estén pasando por una situación de trastorno y acudir a un profesional para hacer un correcto diagnostico y tratamiento.

*Lic. Romina Krauss-Nutricionista – M.P. n° 147

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