Neuquén: superó el coronavirus y volvió a abrazar a sus hijos tras 70 días

Una policía de Las Lajas,ubicada a 250 kilómetros de la capital de Neuquén, pudo reencontrarse con su familia tras transitar la enfermedad y permanecer más de dos meses aislada.

Una policía de la localidad de Las Lajas, ubicada a 250 kilómetros de la capital de Neuquén, pudo ver y abrazar a su familia tras 70 días de padecer coronavirus. El reencuentro se dio previo a una desinfección total de su casa y tras tres hisopados para corroborar que tenía el alta definitivo.

Laura tiene 37 años, es policía y trabaja en la Comisaría 27 de Las Lajas. La mujer advirtió que podía estar contagiada tras notar la pérdida de olfato.

“Nunca tuve fiebre, pero un compañero dijo en la comisaría ‘¡qué feo olor que hay!’ y yo no sentía nada», recordó Laura, quien rápidamente asistió al hospital local para el chequeo. Sin embargo, pasaron diez días hasta que le hicieron el hisopado, que dio positivo.

A partir de ahí, Laura quedó aislada en su casa. Sus dos hijos se tuvieron que mudar a la casa de su abuela, de 71 años, y un hermano se encargaba de llevarle la comida que se la dejaba en el portón de la vivienda.

“Durante esos días se me pasaron muchas cosas en la cabeza y tenía miedo no solo de lo que me pudiera pasar a mí sino también a mis hijos”, contó Laura a LMNeuquen.

Después de 70 días le dieron el alta. Le realizaron dos hisopados la semana pasada de los cuales el primero dio positivo y el segundo negativo. Pese a esto, tuvo que esperar una semana más para que los bomberos de la localidad neuquina desinfectaran su casa.

Sobre el momento del reencuentro con su familia, contó: “Fue el mejor día de mi vida, el que tanto esperé para poder volver a abrazar a mis hijos, mis amores, por quienes doy la vida. Pasé 70 días sin verlos y muchas veces llegué a pensar que este día nunca llegaría”.

«Estoy contenta porque ya no tengo que pedirle a Dios todas las noches para despertarme al día siguiente”, agregó.

Según indicó, iniciarrá un reclamo a la ART debido a las secuelas que le dejó la enfermedad como “afonía, malestar en la vista, tengo partes del cuerpo brotada, sigo con poco gusto y sin olfato”.

“El mejor remedio fue mi familia, mis amigos, la gente que realmente me quiere. Ellos me ayudaron a salir de esto”, concluyó.

 

(MinutoUno)

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