Coronavirus: Olga Simsolo y una mirada misionera sobre cómo se vive la pandemia en la Ciudad de México

Periodista, comunicadora y productora Olga Simsolo, es posadeña, vive en la capital de México desde casi dos décadas y comparte hoy su visión particular de cómo se vive la cuarentena en el país de América del Norte que con más de 127 millones de habitantes contaba hasta este martes con 8.135 decesos por Covid-19.

 

El mismo día en que la misionera compartió su experiencia a la distancia, las autoridades de ese país contabilizaron la mayor cantidad de muertos por coronavirus en lo que va de la pandemia, con 501 en 24 horas, 74,560 casos positivos acumulados, 3,455 nuevos contagios respecto al día anterior y una cifra aproximada de 716 fallecimientos “sospechosos”.

 

“Estamos confinados desde el 18 de marzo pero por decisión personal. En aquel momento todo era muy confuso, no había una definición clara del gobierno sobre lo que había que hacer. Poco a poco fueron tomando medidas un poco más acertadas. Estamos confinados, pero podemos salir. Podemos ir a caminar al parque; hay policías pero nadie se acerca a decirte que vuelvas a tu casa. Hay mucha cartelería pidiendo que te quedes en tu casa. Sí está clausurada, por ejemplo, una pista de skate que está dentro del parque que está acá en el centro”, comenta Olga justo al final del día en que México contabiliza números que no esperaban y elevan la curva que creían controlada.

 

El avance de la pandemia y la disyuntiva ante la imperiosa necesidad de apertura económica, como en todos los países, en la tierra de los mariachis las decisiones se toman por regiones y según la mayor o menor incidencia de los contagios. Así, la comunicadora misionera residente en Ciudad de México distinguió cierto grado de libertad de circulación en la capital, donde “se puede caminar libremente”, de otros “estados de la república como Sonora, Michoacán, Colima, Jalisco u otras donde el confinamiento es obligatorio. Incluso hay otros lugares como en Quintana Ro, por ejemplo, donde está Playa del Carmen y en Progreso, Yucatán, donde desde las 7 de la tarde hasta las 5 de la mañana del día siguiente hay Toque de Queda”. Diferenció la situación de la capital, donde «hay 16 alcaldías de la ciudad (distritos) dónde hay más movimientos que en la Cuauhtémoc; aquí (dónde hay 33 colonias -barrios-) una de ellas es el Centro Histórico. Allí, los trabajadores ambulantes no pueden trabajar»

 

Respecto de las medidas restrictivas sectorizada por regiones, Olga comentó que “en Yucatán, por ejemplo, además hay ley seca, como en algunas otras ciudades del norte del país. En la ciudad de México no, pero sí hubo desabastecimiento de cerveza porque las nacionales dejaron de producir y en los lugares donde se conseguía, las vendían al doble del precio”.

 

En cuanto al movimiento en las calles, «disminuyó bastante, pero como no es obligatorio, más o menos el 40 por ciento de la población , no está confinado. El 50 o 60 por ciento de la gente que trabaja de manera informal continúa trabajando. Los comercios y servicios no esenciales están cerrados. Los restaurantes y fondas que venden comida, solo venden para llevar, las más grandes; las más pequeñas pueden llegar a tener comiendo gente allí, aunque no está permitido. La oficinas abren el 1 de junio y los restaurantes, por el momento a partir del 15 de junio».

 

 

«Vivo en una zona céntrica, en la alcaldía Cuauhtémoc -cerca del Centro Histórico-, somos unos 600 mil habitantes aproximadamente. En esta zona hubo mucho control, hay parques que están vallados, otros que cerraron solo los sectores que estaban habilitados para correr o hacer otro tipo de deportes”, subraya esta posadeña a quien el encierro opcional la afectó “más en lo anímico que laboralmente”. “Por decisión propia y prevención comunitaria decido no salir todos los días a la calle. Solo salgo sábado o domingo, una hora para andar en bicicleta; me organicé de tal manera que hice una compra y recién un mes después volví a salir para ir al supermercado; congelé mucho; evité ir a esos lugares adonde va mucha gente y es más factible que te contagies”, completa.

 

Planes postergados, proyectos renovados

 

“Trabajo con mi pareja que es artista plástico y yo me encargo del contacto con la prensa, presentando los proyectos en museos, galerías, ferias. Tuvimos una exposición en el Museo de la Ciudad de México, situado en el Centro Histórico; la muestra afortunadamente se clausuró el 8 de marzo, pudimos cerrar este ciclo, justo el día de la marcha de Mujeres, con lo cual fue toda una gran movilización. Teníamos otra exposición planteada para el Museo de las Américas de Washington para octubre y obviamente, eso no va a salir este año. Los museos, como todos los espacios públicos se van a tener que reconfigurar, reinventarse, ver cómo organizan sus agendas, sus calendarios, entonces tenemos que ver qué pasa. También íbamos a viajar a la Feria de Arco en Lisboa, Portugal, que iba a ser en mayo y se suspendió y solo va a hacer virtual”, dice sobre la obra de su compañero de ruta, el artista plástico español, oriundo de Segovia, Luis Moro, nombrado Embajador de la Paz y la Cultura por el Frente Nacional para la Paz en México, con premios nacionales de pintura, grabado y escultura en certámenes de Artes Plásticas de España y México, así como exhibiciones de su trabajo en Europa, Asia y América.

 

     

 

Los proyectos cerrados por el artista incluían un viaje a Argentina y Uruguay entre abril y mayo de este 2020 de pandemia. “Íbamos a presentar la carpeta Mariposas con 4 litografías de Luis Moro (dos de ellas con realidad aumentada) y dos poemas de Ida Vitale en Buenos Aires y en Montevideo (Uruguay).… otra de las cosas que se cancelaron. Otros proyectos importantes también tuvieron que ser cancelados”, explica.

 

Sobre la “nueva normalidad”

 

Antes de la divulgación de los tristes números de este martes, Olga compartía animada la información pública sobre la posible reapertura de algunos y el regreso de algunas actividades previstas para los primeros días de junio. “Es todo muy relativo pero porque se esperaba una determinada curva de contagio que hoy no es la esperada. En toda la república hay más de 7.500 muertos, que no era lo que se esperaba; y hay más de 71 mil contagios. En proyección se estima que puede multiplicarse por 8 o por diez, en teoría, por el método Centinela que multiplica por 8”, comentaba.

 

Según esas mismas proyecciones, se esperaba -decía Olga- que “los restaurantes abrirían con un 30 por ciento de aforo, como se dice aquí; eso quiere decir que se va a reducir mucho. Lo mismo ocurriría con los cines y teatros, donde también se habla de un 30 por ciento de aforo. Sabemos que vamos a salir por fases, aunque todavía no está todo tan definido. Las decisiones se tomas conforme continúa la pandemia. Por ejemplo, el 1 de junio acá en la Ciudad se van a abrir algunas oficinas de atención al público y seguramente va a ser con horarios restringidos y con menos gente, ahora la mayoría de los funcionarios están haciendo home office cinco días en la semana y uno van a la oficina. Las privadas casi todas están haciendo home office desde que comenzó esto”.

 

Con panoramas y expectativas diferentes, afirmó que “lo que se está haciendo es un poco como en Argentina, aperturas escalonadas y por zona. Hablan de semáforos rojo, amarillo, verde. Por ejemplo, la construcción ya retomó y en las casas particulares, salvo situaciones excepcionales, no entra nadie a nuestras casas”.

 

En cuanto a las medidas obligadas a la población en general, en el país del norte, las “mascarillas son de uso obligatorio solo desde hace tres semanas; algunos no las usan, otros las llevan bajas, no se cobran multas por no llevar barbijos. En Mérida (capital y ciudad más poblada de Yucatán) por ejemplo, un policía se puede acercar y darte una si no tenés una. Están bastante más estrictos en Yucatán y en los estados donde el confinamiento es obligatorio”.

 

 

ZF

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