España: inédita caravana ultraderechista contra el gobierno por la gestión del coronavirus

Con la bandera española como estandarte miles de simpatizantes del partido de extrema derecha Vox se lanzaron hoy en coche y moto a las calles en las principales ciudades de España para protestar en caravana contra el gobierno progresista de Pedro Sánchez por su gestión de la crisis del coronavirus.


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La primera movilización de este tipo coordinada a nivel nacional por Vox llega en medio del proceso de desconfinamiento de la población iniciado hace dos semanas una vez controlado el brote local de coronavirus, que hasta el momento dejó más de 28.600 muertos en el país.

 

Emulando las protesta «trumpistas» que tuvieron lugar en Estados Unidos para pedir el levantamiento del confinamiento, centenares de personas, en su mayoría con el barbijo puesto, salieren con sus vehículos en las capitales de provincia de España al grito de «¡Libertad!» y «Gobierno dimisión«.

 

 

Desde Madrid, subido junto a otros dirigentes a un ómnibus descapotable con el lema «FaseLibertad», Santiago Abascal, el líder de Vox, se dirigió por radio y Youtube a los manifestantes de toda España para inflamar su indignación lanzando graves acusaciones contra Sánchez y su vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, del partido Unidas Podemos (UP).

 

«La amenaza a la libertad de España está protagonizada por un Gobierno ilegítimo que se ha convertido en un Gobierno criminal, incapaz de proteger a su pueblo», dijo Abascal, cuyas palabras resonaron en el interior de los vehículos en distintos puntos del país.

 

Sánchez «ha dejado morir los ancianos» o «ha tratado a los niños peor que a los perros», subrayó el líder ultra, quien cree que la situación que atraviesa España es «más grave» que cuando se consumó «el golpe separatista» de Cataluña en 2017.

 

De ahí que Abascal animó a sus simpatizantes a seguir saliendo a las calles para «defender la unidad de España, su futuro y su libertad».

 

La arenga incluyó las acusaciones recurrentes del argumentario de extrema derecha, repetido por los militantes, que advierten de las supuestas intenciones «totalitarias y sectarias» del Gobierno español, al que califican de «socialcomunista».

 

 

Con su convocatoria a nivel nacional, Vox buscó capitalizar el incipiente descontento que con los días se fue extendiendo a otros barrios y ciudades, principalmente entre seguidores de la derecha y extrema derecha, arrebatándole la iniciativa al conservador Partido Popular (PP), y principal fuerza opositora al gobierno.

 

En las calles de Barcelona, al paso de los manifestantes, se produjeron enfrentamientos verbales y momentos de gran crispación entre los seguidores de Vox y sus detractores, que les lazaron huevos, corchos con clavos para pinchar las ruedas de los vehículos y les gritaban: «Fuera fascistas».

 

«El fascismo también es un virus», dijo Gabriel Rufíán, vocero del partido independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), en Twitter, donde compartió imágenes de la caravana de Vox en Barcelona.

 

El presidente Sánchez, por su parte, evitó confrontar con los simpatizantes de Vox: «Son libres de movilizarse como consideren oportuno, siempre que se respeten los criterios de las autoridades sanitarias», aseguró.

 

El líder socialista también negó que se haya producido un incremento de la tensión social por la crisis del coronavirus y destacó que «los mensajes de odio e irá son minoritarios» en España, después de que algunos funcionarios de su gobierno, entre ellos el vicepresidente Pablo Iglesias, hayan sido blanco de escraches de militantes de la ultraderecha.

 

DL / Télam

 

 

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