El violín de Geniolito llora en silencio su partida

Nacido en Paraguay, único hijo varón entre cinco hermanas mujeres, Lorenzo Benítez de muy joven se trasladó a este lado del Paraná, ignorando los límites dispuestos por los estados blancos y como paisano mbya se instaló en una aldea en las inmediaciones de Capioví.

 

Conocido en Posadas por su violín con el que se instalaba en una esquina céntrica y ejecutaba melodías que iban desde la música mbya, que explicaba a quién lo quisiera escuchar que “tiene una nota nomás” y chamamés, siendo el más festejado por sus oyentes el inconfundible Kilómetro 11.

 

En una entrevista realizada para Canal 12 en 2018 contó que hacía 45 años que tocaba el violín y que aprendió solo, “de oído” mirando ejecutar a su tío en la aldea de Capioví y que además de “Geniolito”, como todos lo conocían, tenía otro apodo y por su preferencia por la carne, en particular el asado, también lo llamaban “yaguareté”.

Recordó además su paso por la tarefa en la zona de Puerto Rico y la anécdota por la cual se granjeó el apodo. Según contó cuando no se sentía bien para trabajar, su patrón lo mandaba al hospital y él le respondía que solo le dé un Geniol (marca de un analgésico muy popular en los años 50/60).

 

Este jueves 21 de mayo, a los 70 años, Geniolito dejó la tierra sin mal y partió, tal vez a encontrarse con Tupá, o en una de esas solo a acariciar las cuerdas de su violín en una esquina sin nombre del ancho cielo guaraní.

EP/E.J.

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