Quién es el escribano detenido por matar y descuartizar a su jardinero

Ricardo Baladía (56) estuvo dos años internado en un hogar para pacientes psiquiátricos. La víctima ya fue reconocida por sus familiares.

Ricardo Baladía (56), el escribano detenido cuando descartaba en el río Luján el cuerpo descuartizado de su jardinero, estuvo dos años en el hogar San Juan de Dios, para pacientes psiquiátricos, en esa ciudad bonaerense.

«Cuando lo detuvimos, estaba como ido y fuera de sus cabales», describió al diario Clarín un investigador. Le secuestraron un hacha, con la que había cortado las partes del cadáver, al que trasladó en una valija, pero que fue descubierto tra el llamado de un vigilador a la Policía.

El detenido es hijo de Marta Sánchez de Baladía, una escribana muy conocida y respetada de Morón, actualmente internada en un geriátrico.

Según el medio porteño, el sospechoso es «una persona muy extraña, que primero trabajó con la madre y cuando ella se jubiló quedó a cargo del negocio, aunque en el último tiempo no tenían casi actividad», debido a sus problemas psiquiátricos por los que estuvo en el hogar.

Además, hace unos años había protagonizado un escándalo porque se habían viralizado unas fotos íntimas suyas.

«Tiene una personalidad cerrada, muy negado, no iba a reuniones. Se daba muy poco, es bastante parco. Es soltero y creen que tuvo alguna pareja homosexual», añadieron las fuentes.

En una autoincriminación sin valor legal, Baladía le confesó a la Policía que había matado al hombre a balazos y lo había descuartizado porque lo encontró robando en su escribanía. Primero encontraron el torso y luego, con los rastrillajes, demás restos.

Fuentes del caso dijeron que se trata de Miguel Alejandro Pereyra (42), domiciliado en Castelar, quien era su jardinero y cuyo DNI fue hallado en el auto del detenido, un BMW plateado modelo 528, de 1998. Este hombre tiene antecedentes penales por robo.

A Pereyra lo reconocieron sus familiares por sus tatuajes. Ahora investigan si el asesino tuvo un brote psicótico al momento del crimen, por lo que podría ser inimputable.

( Clarín)

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