Así fue el proyecto Biósfera 2, el ecosistema artificial donde ocho personas permanecieron aisladas durante dos años

En 1991, un grupo de ocho personas ingresó en un complejo de 1,27 hectáreas construido en el desierto de Arizona (EE.UU.) y aislado del mundo exterior bajo extensas cúpulas de cristal. Allí permanecieron dos años, en el marco de un experimento a una escala sin precedentes.

 

El proyecto, llamado Biosfera 2, tenía como objetivo recrear y combinar múltiples ecosistemas naturales en un solo lugar, para lograr su sustentabilidad tanto ecológica como económica. Las instalaciones fueron construidas en cuatro años con ayuda del magnate petrolero Ed Brass, detalla el portal Space.com.

 

Sostener la vida

 

Los habitantes del complejo debían lograr sobrevivir de manera absolutamente independiente del mundo exterior, produciendo su propio oxígeno, reciclando el agua y filtrándola y cultivando sus alimentos.

 

Para tales fines contaba con 3.800 especies de plantas y animales, entre ellos colibríes y gálagos, recuerda The New York Times. Asimismo, la purificación del agua se hacía filtrándola a través del suelo, donde los microbios se encargaban de eliminar los elementos de contaminación.

 

La idea no tardó en atraer el interés de los medios y fue seguida con gran expectativa, dando lugar a planes para aplicarla incluso en una posible colonización de la Luna y Marte. Pero con el paso del tiempo se hizo evidente que el complejo carecía de autosuficiencia para siquiera sostener la vida en nuestro propio planeta.

 

 

Fin del proyecto

 

Durante los primeros meses, un clima permanentemente nublado dificultó el cultivo, obligando a los participantes del proyecto a utilizar una reserva secreta de alimentos para tres meses, colocada allí a escondidas de la prensa.

 

Pronto las instalaciones registraron un crecimiento explosivo de bacterias que consumían oxígeno, con lo cual sus niveles en el aire comenzaron a descender, provocando que el grupo experimentara efectos similares a los que se sienten a más de 4.200 metros de altura. A raíz de esto, se les suministró oxígeno desde un tanque exterior.

 

En septiembre de 1993, los participantes finalmente abandonaron el recinto y al año siguiente un nuevo equipo inició una segunda misión. Sin embargo, la compañía organizadora, Space Biosphere Ventures, se disolvió al poco tiempo y el proyecto fue suspendido.

 

Ejemplo inspirador

 

A diferencia de los reportajes de aquel momento, que calificaban a Biosfera 2 como un fracaso, el nuevo documental de Wolf ofrece una mirada que destaca el esfuerzo inspirador de los participantes por crear un estilo de vida libre de toda contaminación.

 

Después de todo, el proyecto dejó una enorme cantidad de información útil sobre la agricultura, en particular sobre el cultivo en condiciones de altos niveles de dióxido de carbono y la modernización de los sistemas de purificación de aguas residuales, e incluso ayudó a inventar métodos para proteger los arrecifes de coral.

 

Actualmente, el complejo pertenece a la Universidad de Arizona y sirve para diversas investigaciones, entre ellas la geoquímica de suelos y el cambio climático. Asimismo, sus instalaciones hospedan un prototipo de centro de agricultura lunar y un experimento de granja vertical.

 

 

DL  / RT

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