El 8 y 9 de mayo se celebran las Jornadas de Recuerdo y Reconciliación en Honor de Quienes Perdieron la Vida en la Segunda Guerra Mundial.
Para Naciones Unidas, estas Jornadas tienen un significado especial porque fue justo después de este conflicto mundial cuando se dieron las condiciones para crear la ONU.
En virtud de la resolución 59/26, la Asamblea General declaró que los días 8 y 9 de mayo son una ocasión propicia para el recuerdo y la reconciliación e invitó a todos los Estados Miembros, organizaciones del sistema de las Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y particulares a que celebraran anualmente uno de esos días, o ambos, en forma apropiada para rendir homenaje a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial.
La Asamblea hace hincapié en que este acontecimiento histórico estableció las condiciones que permitieron crear las Naciones Unidas para preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra, y exhortó a los Estados Miembros de las Naciones Unidas a que aúnen sus esfuerzos para hacer frente a los nuevos desafíos y amenazas, asignando un papel fundamental a las Naciones Unidas, y a que hagan todo lo posible para resolver las controversias por medios pacíficos, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, sin poner en peligro la paz y la seguridad internacionales.
El 2 de marzo de 2010, recordando que en ese año se celebraba el sexagésimo quinto aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General invitó a observar estas fechas para rendir homenaje a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. La Asamblea General celebró una sesión extraordinaria y solemne, en la segunda semana de mayo de 2010, en memoria de todas las víctimas de la guerra.
Durante la conmemoración, el Secretario General describió la Segunda Guerra Mundial como «una de las luchas más épicas de la historia en pro de la libertad y la liberación», agregando que «su costo superó todo cálculo y escapa a toda comprensión: murieron 40 millones de civiles y 20 millones de soldados, casi la mitad de ellos solamente en la Unión Soviética».
La Asamblea General recuerda que la Segunda Guerra Mundial fue un conflicto que causó una aflicción indecible a la humanidad, en particular en Europa, Asia, África, el Pacífico, y otras partes del mundo. También destaca los progresos conseguidos desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial en lo que respecta a la superación de sus secuelas y la promoción de la reconciliación, la cooperación internacional y regional y los valores democráticos, los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular por conducto de las Naciones Unidas, y el establecimiento de organizaciones regionales y subregionales y de otros marcos apropiados.
Fuente: ONU.
A.C.