La cuarentena desnudó el intenso contrabando de cigarrillos en la Argentina

Las organizaciones narco están agazapadas, esperando que la cuarentena se libere y las fronteras se abran. El parate obligado en el tráfico de drogas puso de manifiesto otra actividad ilegal que inunda desde hace varios años a la Argentina: el contrabando de cigarrillos.

 

Con las tabacaleras cerradas y un sistema aceitado de ingreso y distribución, los contrabandistas tienen una oportunidad única gracias a la pandemia y, aunque el número de incautaciones es similar al de años previos, fuentes del sector estiman que el contrabando puede crecer en estos meses. La mayor cantidad de paquetes ingresan, vía Paraguay, por las provincias del Litoral (Formosa y Misiones, principalmente), pero la Justicia federal de Salta y Jujuy está en alerta por cargamentos que entran desde Bolivia.

 

Según fuentes oficiales, no se registró un aumento del contrabando de cigarrillos, si no una mayor visibilidad por la ausencia de en la red de consumo local y formal. También porque no hay tantos procedimientos vinculados al narcotráfico u otro tipo de delitos típicos de la zona de frontera. No destacan que el número se dispare.

 

«No son cantidades significativas, pero sí una detrás de la otra», admitieron. «Ante la necesidad, los balseros o lancheros que solían pasar otro tipo de cargamento, empezaron a ingresar cigarrillos. Son situaciones de supervivencia», detallaron.

 

«Son lanchas que pasan diez bultos o una camioneta que trata de pasar cajas. No estamos viendo un incremento acelerado», aseguraron. «Buscan pasos ilegales lacustres o alguno seca hacia el norte. Prefectura ha visualizado más el contrabando de cigarrillos en los patrullajes», agregaron.

 

Aunque es sabido y comprobado el efecto nocivo del cigarrillo sobre la salud, los ilegales no tienen ningún tipo de control de calidad, cuidado de materias primas, ni cuidados en el almacenamiento o el transporte.

 

Incautaciones millonarias en abril y mayo

En los últimos dos años, el número de cigarrillos incautados pegó un salto significativo. En 2017, las fuerzas de seguridad secuestraron unos 100 millones (unidades); en 2018, 280 millones. En 2019, descendió a 260 millones, una cifra que equivale a 26 contenedores de 40 pies.

 

Solo durante abril, Prefectura decomisó más de 13.600 cartones de cigarrillos que habían sido ingresados irregularmente al país, valuados en más de 18 millones de pesos.

 

Ese mismo mes, Gendarmería secuestró 155.380 paquetes en distintos operativos en Formosa (79.050), Salta (31.910), Misiones (44.340) y en San Juan (80).

 

La misma fuerza de seguridad decomisó en la primera semana de mayo otros 83.760: 13.780 en Formosa, 14 mil en Misiones, 15 mil en Buenos Aires, 2420 en Mendoza y 9010 en Tierra del Fuego.

 

Los últimos 29.550 paquetes fueron detectados por efectivos del Escuadrón «Catamarca» en el paraje «Las Salinas», ubicado en el kilómetro 940 de la ruta nacional 60. Fueron valuados en unos $5.910.000.

 

En algunos casos, indicaron que se trata de tabaco de mala calidad que exporta la Argentina a Paraguay, donde se clasifica, se envasa y vuelve al país en forma de contrabando. Una de las principales tabacaleras cercana a la triple frontera, Tabesa S.A, produce «Rodeo» y «Eight», las marcas de cigarrillos más incautadas de este lado del Río Paraná. Incluso, representan el 60 por ciento de los decomisos.

 

El volumen del contrabando

Las tabacaleras son una de las industrias que reclaman reactivar la actividad. En la calle, se nota el cese en la producción: en el país hay unos ocho millones de fumadores y ya no hay stock. El valor de los atados aumentó un 50 por ciento: están entre 150 y 180 pesos. Los «truchos», en cambio, se consiguen por 50 pesos.

 

Privados señalaron a este medio que el volumen de la industria es de 34 billones de cigarrillos anuales. Estiman que el mercado ilegal mueve 5.5 billones de unidades.

 

Según esos números, el Estado argentino se pierde de recaudar unos 15.000 millones de pesos por año: estudios de la industria tabacalera argentina señalan que el contrabando y la falsificación de estampillas representan un 14 por ciento de las ventas a nivel nacional.

 

Las fuentes que el contrabando puede explicarse por la carga impositiva: mientras que en Paraguay representa el 14 por ciento del precio de venta, en Argentina es del 80 por ciento.

 

Estampillas falsas hechas en el cornurbano de Buenos Aires
El contrabando desde Paraguay no es la única actividad ilícita relacionada a los cigarrillos. Existe en el mercado, además, un 7 por ciento de unidades vendidas con estampillas fiscales falsificadas casi a la perfección.

 

El robo al empresario tabacalero Norberto «El Tano» en su casa de country es solo una muestra de las ganancias que puede traer el rubro: los asaltantes se llevaron unos 40 millones que guardaba de la recaudación.

Los contrabandistas y falsificadores se enfrentan a tres frentes legales: pueden recibir tres meses a dos años de prisión, con multas potenciales de $4000 a $100.000 por violar la Ley de Marcas (N° 22.362). Eso sí, a pedido del damnificado se decomisa y se destruye el producto. En tanto, el Código Aduanero considera una contravención si el monto secuestrado no supera los $170.000. Si los supera se considera delito de contrabando que prevé hasta ocho años de cárcel.

 

Fuente: TN

D.A.

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