Lic. Franco Pozzobon: «La palabra se hace necesaria durante la cuarentena, la calidez de la palabra, ante la restricción del contacto»

El aislamiento social, obligatorio y preventivo tiene como objetivo el retardar lo mayor posible, o impedir si ocupa un lugar ideal, el contagio del Covid 19, el enemigo común hoy en día del mundo, que no distingue personas. «No obstante, la palabra se hace necesaria en estos tiempos de cuarentena, la calidez de la palabra, ante la restricción del contacto. Sostener la palabra con aquellos a quienes queremos, optando por un equilibrio y un cuidado de la privacidad de cada quien puede ser una vía para atravesar esta tormenta de arena», recomienda psicoanalista Franco Pozzobon. 

 

Hace algunos días, hemos ingresado a nivel provincial en la fase de su circulación comunitaria del virus, lo que sin lugar a dudas levanta aún más el estado de alarma en las personas, que se manifiesta de distintas maneras: se acentúan algunos padeceres preexistentes como ansiedad, o fobias (es decir miedos) e inclusive se fortifican ciertos manejos, un tanto obsesivos, que buscan la optimización de limpieza y desinfección.

Otra forma también es el inicio o manifestación de algunos síntomas, a partir del aislamiento o a partir de la representación o idea del enfermarse, así como la inminencia de una sensación que derive en dolor, sufrimiento y hasta la muerte.

Todas estas manifestaciones, para el psicoanálisis dan cuenta de un cuerpo afectado en primer lugar por el lenguaje, y ahora por este malestar, nuevamente en la cultura, que interpela a cada uno de los misioneros y misioneras a enfrentarse con algo nuevo que nos mantiene a distancia, que nos aísla, que nos hace pensar en el cuidado individual, y el cuidado para con el otro.

 

Los síntomas anteriormente nombrados entonces, que oscilan entre los ataques de pánico hasta inhibiciones de salir totalmente de un hogar, brindan una manera en que cada sujeto tramita todo lo que sucede en su psiquismo, y en su cuerpo.

El psicoanálisis trabaja con los síntomas, ya que su subjetivación – lo que un paciente puede decir de ellos-, es la forma en que hace su vida más vivible, menos displacentera.

Si cada ser que habla, da cuenta de lo que siente, de cómo se siente en un momento como este, y se siente desbordado, con una angustia constante,o  la vida se le hizo muy complicada, y es momento de consultar.

El riesgo de la subjetividad debe ser atendido tanto en adultos, adultos mayores, como en niños, que dependen de sus padres o cuidadores.

 

No responder a la sobreinformación en un momento así, es un primer tamiz para uno mismo. Un resguardo para no sobrecargarse, estar advertido pero saber que será momentáneo es otro.

El corte del lazo social, aunque las tecnologías virtuales brinden un soporte que en estos momentos es inmenso y nada rechazable, no logra equiparar lo real del contacto cuerpo a cuerpo y cara a cara.

Nuevamente, apostar al contacto a través del celular, del tono de la voz en una llamada, zoom o alguna otra plataforma, y la videollamada son las formas “ultimísimas” de atravesar estos momentos.

No obstante, la palabra se hace necesaria, la calidez de la palabra, ante la restricción del contacto. Sostener la palabra con aquellos a quienes queremos, optando por un equilibrio y un cuidado de la privacidad de cada quien puede ser una vía para atravesar esta tormenta de arena.

 

No se trata entonces de sobrecargarnos, se trata de moderar los lazos pero mantener los que a cada quien se le tornen fundamentales.

Apostamos a la invención personal frente a tantas recomendaciones de qué hacer porque cada psiquismo y cada cuerpo siente de manera distinta y particular, lo que deja por fuera una solución que abarque a todos.

La tarea se nos presenta para que cada uno sea su inventor, su artista, y que logre sobrepasar esto de la forma que pueda: arte, religiosidad, estudio, trabajo, parejas, amigos, descanso, y cuantas otras opciones que brinden placer, siempre oscilando para no agotar, y quedar ubicado dentro de lo que se repele.

Ya no será el contacto del abrazo, de la caricia o de la sonrisa -ahora tapado por el barbijo-, sino la calidez de la palabra, hasta que esto pase.

 

 

Lic. Franco Pozzobon (*)

Lic. En Psicología, Psicoanalista.

Maestrando en Psicoanálisis (UBA), tesis entregada y en proceso de corrección. Doctorando en Psicología (UBA). Ex concurrente Hospital Psicoasistencial José T. Borda (CABA). Diplomado en Abordaje Clínico y Social de la Discapacidad (UCSF). Posgrados en Centro de Salud Mental N º 3 Dr. Arturo Ameghino (CABA), Hosp. General de Agudos Dr. Cosme Argerich (CABA) y Hosp. Psicoasistencial J. T. Borda (CABA) Autor de “Clínica y Teoría Psicoanalítica: Psicosis, Psicosomática, Subjetividad” (EAE, 2019).

Publicó diversos artículos en Congresos y Jornadas.

Docente en Universidad de la Cuenca del Plata y Universidad Católica de las Misiones.

Realiza su Práctica Clínica en Posadas, Misiones.

E-mail: [email protected]

 

 

 

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