Coronavirus: en medio de la pandemia, desde China aseguran que en pocos meses concretarían la llegada a Marte

Enviará un complejo robot de seis ruedas y complejos sistemas científicos. Años atrás lo hicieron primero la URSS y luego EE.UU. La desafiante y costosa iniciativa china es interpretada como una señal política para exhibir que el golpe de la crisis, que contrajo a niveles históricos su economía, no detiene a la potencia.


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La República Popular de China ha decidido desafiar en el espacio los estragos que la pandemia de coronavirus ha provocado a su economía exhibiendo que mantiene sus capacidades confirmando que este año o inicios el próximo colocará como estaba planeado un complejo robot en la superficie de Marte. Esa hazaña tiene solo los antecedentes de experimentos similares de Estados Unidos y de la desaparecida Unión Soviética.

 

No se conoce el costo del proyecto. China enfrenta en el actual el peor año de su historia moderna desde la “reforma y apertura”, el modelo capitalista que se puso en marcha en la última mitad de la década del ’70 bajo la dirección de Deng Xiao Ping y que convirtió al Imperio del Centro en la segunda economía mundial.

 

La misión ha sido nombrada «Tianwen 1″, según un informe de la cadena CNN que citó a la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA), la versión de la NASA de la República Popular. Un comunicado de ese organismo difundido las últimas horas indicó que el nombre del programa de exploración marciana significa «búsqueda de la verdad celestial«. La designación fue tomada de un poema extenso del antiguo literato chino Qu Yuan.

 

La CNN consignó que China completó su pruebas del módulo de aterrizaje para viajar a Marte en noviembre del año pasado, manteniendo al país en camino para una misión de exploración no tripulada al planeta rojo durante los meses que restan de 2020 o inicios de 2021. La fecha no es precisa. El informe oficial alude a “los próximos meses”.

 

La posibilidad de que la crisis económica obligara a postergar el proyecto era tenida en cuenta por los analistas. China ya sufrió una contracción de -6,8% en el primer trimestre del año y avanza a un crecimiento magro en torno al uno por ciento en todo el 2020 según los pronósticos del Fondo Monetario Internacional. Ese golpe económico es similar al que están sufriendo todas las potencias del Norte Mundial y la periferia.

 

En ese sentido, la decisión de Beijing de mantener el calendario del ambicioso vuelo espacial es una medida política y vista como una señal al mundo de que el gigante asiático no ha perdido fuerza en su intención de ganar espacios de influencia en el mundo. El gobierno de Xi Jinping ha venido cabalgando sobre la crisis que se inició con el primer brote de la enfermedad en la ciudad de Wuhan a comienzos de año, intentando exhibir que controló la pandemia y que su estructura es de mayor eficiencia que en el occidente democrático, según repiten los medios controlados por el partido comunista chino. Esa estrategia se inscribe, además, en la rivalidad establecida con EE.UU. por las guerras comerciales y la batalla por el liderazgo tecnológico mundial.

 

Es así que la agencia espacial remarcó que la misión a Marte se realizará «en los próximos meses«, manteniendo el calendario original que llega hasta julio de 2021.

 

En diciembre de 1971, la sonda Mars 3 transmitió durante varios minutos desde la superficie del planeta rojo. Despachada por la antigua Unión Soviética, se convirtió en la primera nave espacial en sobrevivir por un breve lapso a un aterrizaje en Marte. Pocos años después, llegó el turno de Estados Unidos que depositó en el planeta las sondas Viking 1 y Viking 2 que permanecieron activas por varios años. El modelo más parecido a lo que prepara China, es el Mars Pathfinder, un robot que la NASA logró colocar en 1997 en una zona del planeta llamado Ari Valley. El punto de aterrizaje fue bautizado Sagan en honor al famoso astrofísico y divulgador Carl Sagan. El robot trabajó durante dos meses enviando fotografías y videos a la Tierra que fueron un suceso en la televisión.

 

La sonda china pretende continuar ese camino aprovechando la modernización de las tecnologías. Estudiará el suelo, la estructura geológica, el ambiente y la atmósfera de Marte. El equipo que llegará a la superficie será una sonda robótica compuesta por un orbitador, un módulo de aterrizaje y un rover de seis ruedas, que tendrá paneles solares y llevará 13 instrumentos científicos, según informó el Centro Espacial chino. La administración dijo que la sonda aterrizará en Marte antes de julio de 2021, después de lo cual la máquina de 200 kilogramos (441 libras) funcionará durante unos tres meses.

 

La CNN agregó que el año pasado, China anunció que había abierto una base de simulación de Marte en la cuenca de Qaidam de Qinghai, una región hiperárida en el oeste de China que es el desierto más alto de la Tierra y durante mucho tiempo considerado uno de los mejores paralelos con la superficie marciana en nuestro propio planeta.

 

China llegó tarde a la carrera espacial: no envió su primer satélite al espacio hasta 1970, justo después de que Estados Unidos puso al primer hombre en la luna. Pero en las décadas posteriores, ha inyectado miles de millones de dólares y otros recursos en investigación y capacitación. Además de la misión a Marte, ha estado buscando activamente la exploración lunar y recientemente sorprendió al mundo. La sonda Chang’e-4 fue la primera de la historia de los viajes espaciales que logró alunizar con éxito en el llamado lado oscuro de la luna a comienzo del pasado enero. Un logro histórico para el programa espacial de China.

 

Los planes preliminares están en marcha para una misión lunar tripulada en la década de 2030. Si tiene éxito, esto haría de China solo el segundo país, después de Estados Unidos, en poner un humano en la luna.

 

Fuente: Clarín

A.V.B.

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