Deuda externa: Argentina presenta oficialmente la oferta a los bonistas

El ministro Martín Guzmán adelantó que «es la única propuesta que puede hacer la Argentina». Los acreedores esperan este viernes los detalles del plan.

 

Tras el anuncio público con un marcado tono político, este viernes será el turno de las cuestiones técnicas de la propuesta de reestructuración de la deuda. Los acreedores esperan los detalles de la oferta de pago que el Gobierno presentará ante la comisión de valores de los Estados Unidos y comenzará así un período de negociaciones de 20 días.

 

El ministro de Economía Martín Guzmán advirtió que es la «única propuesta que puede hacer la Argentina» y buscó así marcar la cancha a los bonistas, al sugerir así que no hay margen para ajustar el programa de pagos.

 

El trazo grueso de la oferta incluye tres años de plazo de gracia sin abonar ni un solo dólar. Desde 2023, entonces, comenzarían a pagarse el capital y el interés de la deuda con quitas de 5,4% y 62%, respectivamente. Y con tasas de interés de 0,5% que subiría año a año.

 

La letra fina estuvo fuera de la presentación de este jueves en la Residencia de Olivos. La intención del Poder Ejecutivo fue presentar con un colchón de apoyo político oficialista, opositor y federal. Con la presencia además, de los dos referentes más relevantes de la coalición de Gobierno, la vicepresidenta Cristina Kirchner y el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

 

 

La posición de los inversores ante la oferta de Guzmán comenzará a definirse desde este viernes cuando se conozcan, entre otros aspectos, qué características tendrán los bonos nuevos que se emitirían para el canje. Con todos los datos, los tenedores de la deuda podrán calcular cuál es la tasa de «descuento» (exit yield) y determinar si es conveniente o no tomar la propuesta oficial.

 

Para llegar a un acuerdo definitivo, a grandes rasgos el Gobierno debería contar con el aval de dos tercios de los bonistas. De ser así, el pacto se trasladaría automáticamente al resto.

 

El plazo de negociación se extendería, entonces, hasta el 6 de mayo. En el medio, el 22 de abril el Gobierno tiene en la agenda un vencimiento de bonos externos por U$S500 millones que, se descuenta, no pagará por estar en pleno diálogo para realizar el canje.

 

Si el evento de impago sucede, se activará una cuenta regresiva de 30 días. Es el plazo de gracia que tienen los títulos públicos antes de que la falta de pago sea considerado oficialmente un default.

 

La reacción de los mercados será una de las claves de este viernes para comprobar cuál fue la recepción de los bonistas al anuncio de este jueves. Si bien se esperaba una quita alta -como terminó siendo para el caso de los intereses, no así del capital- esto podría ser «beneficioso» solo para una parte de los tenedores de la deuda.

 

El Gobierno definió a la reestructuración de la deuda como «fundacional» en su programa económico, que se vio trastocado por la expansión del coronavirus. Una eventual resolución favorable con los bonistas no hará terminar el capítulo de la deuda.

 

Todavía quedará en el horizonte un arreglo con el principal acreedor de la Argentina, que es el Fondo Monetario Internacional. El Estado debe devolver U$S44.000 millones del crédito que tomó Mauricio Macri. Guzmán pedirá tres años de plazo de gracia antes de girar un dólar a Washington. Para llegar a esa discusión, de todas formas, queda un camino largo.

 

(Fuente: TN)

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