“Llevé tijeras, papeles de colores y pegamento porque tenían que hacer manualidades. Es importante que los chicos tengan creatividad y se entretengan en estos días», dijo María Caballero, hace 20 años es maestra en Santa Fe.
En casi todo el mundo las clases están suspendidas por la cuarentena obligatoria. Y se conocen historias de docentes que hacen todo lo posible por seguir conectadas con sus alumnos.
Es el caso de María Caballero, quien lleva 20 años en el rubro, trabaja en una escuela rural de Santa Fe.
Varios de sus alumnos no cuentan con internet en sus hogares o tampoco poseen computadora, haciendo del proceso pedagógico un verdadero desafío.
Caballero, para proporcionar una educación digna, camina una vez a la semana más de diez kilómetros para llegar al campo donde viven sus alumnos y entregarles los materiales de estudio.
«Como no hay clases y los chicos no tienen internet ni teléfonos, se me ocurrió dejarles la tarea colgada en bolsitas en las tranqueras. Cuando pasa una semana, voy y las retiro con los deberes hechos. Hablamos a la distancia, y ellos me preguntan lo que no entendieron y nos quedamos charlando un ratito. Ellos me extrañan, y yo a ellos», relató la maeastra.
“Llevé tijeras, papeles de colores y pegamento porque tenían que hacer manualidades. Es importante que los chicos tengan creatividad y se entretengan en estos días», comentó.
Fuente: Telefe Noticias
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