Coronavirus: niños, niñas y adolescentes en estado de vulnerabilidad y el sufrimiento en tiempos de pandemia

A las restricciones mundiales por el avance del Covid 19 se suma la imposibilidad de llamadas telefónicas para alertar sobre situaciones de abuso al convivir todo el tiempo con el agresor o el núcleo familiar violento. En Misiones, la línea 102 ya comenzó con guardias mínimas de 8 a 12 en su sede de Félix de Azara 1321 “y el teléfono disponible las 24 horas”, contó Carolina Caspary.

 

La provincia de Misiones ya lleva un mes de aislamiento entre el período de emergencia sanitaria y epidemiológica y el decreto presidencial que obliga a casi todos a permanecer en sus casas por la pandemia del Covid 19. La medida, que protege la salud de los argentinos y erosiona la economía en aquellos rubros que no están exceptuados de la cuarentena, también dificulta a un grupo etario sensible en situación de vulnerabilidad permanente comprendido por niños, niñas y adolescentes.

“A partir de esta semana comenzamos con guardias mínimas de 8 a 12 horas en la Línea 102, en nuestra sede de calle Félix de Azara”, contó a Misiones OnLine Carolina Caspary, la directora de la institución que recibe las denuncias y se ocupa de la contención de la población más joven de la Provincia. “En todo este tiempo de cuarentena estuvo y sigue estando activa la línea telefónica para llamadas las 24 horas”, agregó. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por atender cada caso e intentar contener a la distancia, los profesionales que trabajan en el área admiten que, en tiempos de pandemia, la víctima, en la mayoría de los casos, convive con el agresor y no tienen margen para realizar las llamadas.  Si bien existen otras vías para comunicarse con el grupo de profesionales que trabajan en la Línea 102 como las redes sociales oficiales, los niños y adolescentes prefieren expresarse con más libertad en una entrevista cara a cara, situación que ahora es imposible, mientras continúe al aislamiento social obligatorio.

La situación ya fue advertida mundialmente por la directora Ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, quien en una declaración del pasado 9 de abril, pidió que los niños no sean las víctimas ocultas de la pandemia. “En estos momentos, el mundo está unido en una batalla común contra un enemigo invisible. Sin embargo, mientras centramos toda nuestra atención en encontrar el modo de evitar o tratar la Covid 19, estamos dejando a un lado las graves consecuencias-las repercusiones ocultas-a las que tendremos que hacer frente mucho después de la presente pandemia. Eso debe cambiar”, advirtió Fore.

La autoridad de Unicef adelantó parte del Programa de Acción Mundial para atender a los niños en tiempos de coronavirus, entendiendo que corren serios riesgos de contraer la enfermedad. Además, expuso sobre el otro gran problema: la explotación, violencia y abuso. “Por anteriores crisis de la salud, sabemos que los niños están más expuestos al peligro de ser víctimas de explotaciónviolencia y abuso cuando cierran las escuelas, se interrumpen los servicios sociales y se restringen los desplazamientos. Por ejemplo, el cierre de las escuelas durante el brote del ébola en África Occidental de 2014 a 2016 contribuyó al repunte del trabajo infantil, el abandono, el abuso sexual y los embarazos de adolescentes. Además, la forma de violencia más común a la que se enfrentan los niños tiene lugar en el hogar. En una mayoría de países, más de dos de cada tres niños son víctimas de castigos violentos por parte de sus cuidadores. ¿Qué pasa cuando esos niños no pueden irse de su casa y se encuentran aislados de sus maestros, sus amigos o los servicios de protección? Y mientras millones de niños recurren a la tecnología digital para conectarse con el mundo exterior, ¿cómo nos aseguramos de que están a salvo del peligro y de las potenciales consecuencias dañinas de internet? Es fundamental que haya un movimiento social para erradicar la violencia y el abuso de niños similar al movimiento que pretende eliminar la violencia que sufren las mujeres. Cuanto antes nos pongamos en marcha, antes podremos mejorar el mundo”.

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Lo que observa Fore en su declaración, se ajusta a la situación por la que atraviesa la probación infanto-juvenil en Misiones en tiempos de cuarentena, “porque muchas veces en un entorno violento en el hogar, las personas que trabajan son las que por ahí vulneran a los más pequeños entonces cuando salen de las casas, las víctimas se animan a llamar para denunciar la situación, pero ahora conviven todo el tiempo con el potencial agresor”, sumó Caspary desde la línea 102.

Ante esta situación, bajó el número de llamadas pero no de casos y mientras dure la cuarentena, la problemática se agravará, a menos que el grupo etario en situación de vulnerabilidad, se incluya entre los “exceptuados” y accedan a un salvoconducto para ser asistidos por los profesonales que trabajan en la línea 102.

 

 

 

DG

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