Los rayadores del río Uruguay, emblema y símbolo de una campaña ambiental que se fortalece por la conservación de la especie

El bajo río Uruguay, es principalmente donde se observan estas colonias de aves, siendo cinco los lugares más importantes. En Argentina, la colonia más grande se encuentra en los Bancos del Caraballo, en Isla Dolores, pero su presencia se extiende hasta el Uruguay. Desde hace varios años llevan adelante un trabajo conjunto entre varias ONG´s de ambos países, para lograr preservar a los rayadores que eligen los bancos de arena, espacios naturales de gran belleza escénica y playas muy apacibles, que también son sitios de recreación y esparcimiento muy frecuentados por lugareños y turistas.

 

 

A través de una alianza con Aves Argentinas, la centenaria organización ambientalista que impulsa su Programa Bosque Atlántico, compartimos en forma semanal algunos de los secretos sobre la biodiversidad de las especies de aves del país, y de nuestra Maravilla Natural Argentina, la Selva Misionera. Exclusivo de Misiones Online.

Hoy te contamos de la campaña que realizan un grupo de ONG´s para la conservación de un habitante de los bancos de arena, el «Rayador».

En río Uruguay recorre 1.800 km, desde su nacimiento en la confluencia de los ríos Canoas y Pelotas en Brasil hasta su desembocadura, en la zona conocida como Punta Gorda. Luego vierte sus aguas al Río de La Plata y, desde allí, al mar. En su transcurrir recorre distintas regiones y  diversos ambientes, actuando como corredor biológico, a modo de cinta transportadora de la biodiversidad, llevando no solo lleva semillas y fauna, sino también arrastrando sedimentos y nutrientes.

Desde la geografía el río se divide en tres tramos:  alto Uruguay, la porción media y por último el bajo Uruguay. Estos últimos 500 km finales del río tienen una dinámica particular, su pendiente respecto al nivel del mar es casi nula, por lo tanto las aguas se lentifican, el cauce se ensancha y la energía dinámica del río disminuye, favoreciendo la deposición de sedimentos en suspensión, dando origen a islas y grandes bancos de arena.

Todos los años, en la temporada de primavera – verano, los bancos de arena se tornan más importantes aún y especiales, dado que en ellos, distintas especies de aves acuáticas instalan sus colonias mixtas reproductivas. Sus nidos son muy simples, y  consisten en unas pequeñas excavaciones en la arena, casi sin aporte de otros materiales externos. Están ubicados muy cerca uno de otros, pero determinando espacios definidos, ya que defienden tenazmente de intrusos y depredadores. Allí depositan entre dos y cuatro huevos y crían a sus pichones, en ambos casos presentan una coloración que los camuflan perfectamente en ese medio.

Las especies más representativas son: Atí (Phaetusa simplex), Gaviotín chico común (Sterna superciliaris), Chorlito de collar (Charadrius collaris) y Rayador (Rynchops niger).

Fotografía: Aníbal Noro

 

El bajo río Uruguay, es principalmente donde se observan estas colonias, siendo cinco los lugares más importantes. de norte a sur: Bancos del Caraballo (es la colonia más grande) que pertenece a la Argentina, como la Isla Dolores; mientras que el Banco del Varillal, la Isla Almería  y el Banco Grande en los Esteros de Farrapo, se encuentran  en territorio uruguayo.

Estos bancos de arena son espacios naturales de gran belleza escénica y  playas muy apacibles, por lo cual son sitios de recreación y esparcimiento muy frecuentados por lugareños y turistas. Si juntamos gente, y a veces mucha gente, y más aún en plena temporada reproductiva, los resultados no son los mejores para las aves.

Aquí es donde entramos nosotros, desde algunos años distintas organizaciones, uruguayas y argentinas, estamos trabajando en una campaña de información denominada Rayadores del Río Uruguay. Sabemos que en la gran dinámica natural todas las especies son importantes, pero en este caso tomamos al Rayador como emblema y símbolo de la campaña.

 

Fotografía: Aníbal Noro

 

Es un ave muy carismática, afín a los Gaviotines, y fácil de reconocer. De tamaño medio, de pico a cola tiene una longitud  de unos 40 cm, y con alas largas y estrechas que alcanzan una envergadura  de 1,3 m, con un peso estimado de 350 gr.  Presenta una coloración parda oscura en el dorso o lomo, y una coloración ventral blanca, y cortas patas anaranjadas – rojizas. Pero sin dudas, su característica más notoria es su extraordinario pico, que esta comprimido lateralmente y presenta la mandíbula inferior mucho más larga que la superior. Esta última posee además un surco para encajar en la inferior a modo de un abrelatas. Es bien colorido, siendo rojo con la base negra.

Estas aves se alimentan casi exclusivamente de peces, para atraparlos utilizan de un modo muy particular su extraordinario pico: volando muy bajo sobre el agua con la  mandíbula inferior dentro o en contacto con la superficie, dibujando una raya sobre la misma, de ahí su nombre vulgar.

Atrapan los peces por medio del tacto, tienen muchas terminaciones nerviosas sensibles que le permiten detectar cuando su pico  entra en contacto con un pez, y entonces con un rápido giro de la cabeza lo cierran, atrapando la presa.  A veces recorre cierta distancia, incluso varios ejemplares cerca unos de otros, y luego giran para repetir el comportamiento sobre el mismo trayecto ya recorrido, buscando peces que podrían acercarse al “surco” ya trazado.

Mayormente, suele pescar al atardecer, y durante gran parte del día permanecen asentados en las playas y bancos de arena.

 

Fotografía: Aníbal Noro

 

Volvamos a la campaña, las actividades que desarrollamos esta dirigidas a informar a los usuarios de estos espacios naturales sobre las medidas a tomar respecto a las aves y sus colonias de cría. Informamos de diferentes maneras, utilizamos los medios de difusión local y regional, entregamos material en mano (volantes) con recomendaciones, instalamos carreteles informativos en la rampas de salida de lanchas de todas las ciudades cercanas a los bancos de arena que albergan colonias, instalamos carteles y delimitamos el área que utilizan las aves. Todas estas actividades se realizan en el verano,  pero fuera de la temporada estival  continuamos con las actividades realizando charlas y talleres en establecimientos educativos y para público en general.

También se realizan monitoreos en los bancos de arena para seguir el desarrollo de las colonias, lo que nos ha servido  para recabar información que nos ayuda a redirigir las acciones. De esta manera, pudimos detectar que uno de los mayores problemas que enfrentan las aves es la presencia mascotas que la gente lleva, y los perros generan terrible destrozos.

Además, el accionar desaprensivo de algunas personas que manipulan pichones y huevos, y los juegos de playa que se realizan dentro del área de nidificación son también un problema, ya que por ejemplo, los pelotazos rompen nidos, dañas y hasta matan aves.

Fotografía: Aníbal Noro

 

Esta última temporada se registró un récord en cuanto a la concurrencia de personas a los bancos de arena, mucho turismo llegó a esta región del río Uruguay, pero a diferencia de otros años, pero tuvimos un récord de registro en pichones y juveniles de aves, quiere decir que algo de lo que se está haciendo está llegando. La gente se manejo con más cuidado y respetó las indicaciones.

Desde hace cinco temporadas no se registraban pichones en el banco del Varillal por ejemplo, donde los huevos no llegaban a eclosionar, dada el impacto de las actividades humanas, pero este año hubo un número importante de pichones en ese lugar, lo que nos pone muy contentos y alienta a seguir, y estamos muy agradecidos a la gente que respeta.

La organizaciones que participamos de la campaña son: Gensa Paysandú, Paysandú Nuestro y Aves de Uruguay, de la vecina República Oriental del Uruguay: y COA Güira Pira, CEyDAS y Sudeste. Explora, de la Argentina.  Además de tener el acompañamiento de ong´s como Aves Argentinas, se suman organismos del estado como el  Parque Nacional El Palmar, la Secretaria de Ambiente de Entre Ríos y desde el Uruguay el SNAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas).

Hay un hecho histórico, más que interesante, y oportuno de comentar.  En 1987, Aves Argentinas por entonces Asociación Ornitológica del Plata,  destacó la importancia del Banco Caraballo para la conservación de las aves. Sus autoridades, firmaron un Convenio por el cual se creaba un refugio privado en la Estancia La Pellegrini. Las gestiones fueron realizada en el contexto del recién creado CIPA (Consejo Internacional para la Preservación de las Aves), nombre o figura que antecede a la entidad global que hoy conocemos como BirdLife International, y de la cual Aves Argentinas, es miembro pleno.  Por entonces la conservación en tierras privadas, o la conservación voluntaria, como se la va denominando en la actualidad, era  muy incipiente, pero Aves Argentinas, ya fue pionera en la iniciativa.

Una consecuencia muy positiva en la cual estamos todos involucrados es lo que sucedió con el SNAP y la organización Gensa Paysandú principalmente, se está trabajando y avanzado muy fuerte para  declara Parque Nacional la zona del Complejo de Islas del Queguay donde se incluye el banco del Varillal, todo un logro. Seguimos trabajando y redoblando esfuerzos.

 

 

Por Guillermo Treboux, con colaboración de Alejandro Di Giacomo / Aves Argentina

 

 

DL / PE

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas