El surfer Federico Llamas volvía de vacaciones desde Brasil cuando lo detuvieron en la panamericana por no cumplir con la cuarentena obligatoria que dispuso el Ejecutivo para evitar el brote del Coronavirus.
A más de una semana del hecho, le pidió a la Justicia que le devuelva la camioneta con la que se viajó a Ostende y sus tablas de surf. Todos esos elementos fueron secuestrados y embargados como parte de la causa penal en la que quedó imputado.
El fiscal federal de San Isidro Federico Iuspa y el juez federal Lino Mirabelli rechazaron el pedido del joven porque aclararon que el vehículo y la tablas podrían ser decomisados ante una eventual condena de Llamas.
El martes 24 de marzo, Llamas fue detenido en su Ford Explorer en uno de los controles que la Prefectura Naval hacía en la Ruta Panamericana para cumplir con el aislamiento. Luego, Prefectura lo escoltó hasta su casa en el barrio porteño de Flores, donde debía cumplir un estricto aislamiento de 14 días.
Sin embargo, una de las cámaras de seguridad registró que ese día viajó a Ostende, donde estaba su madre. Ante esto, el juez ordenó su detención y quedó con la obligación de hacer el aislamiento en esa ciudad.
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El juez Alejo Ramos Padilla secuestró la camioneta del joven. Además, le trabó un embargo de $500.000 sobre sus bienes, entre ellos las tablas de surf. Al cumplir con las medidas urgentes, el magistrado le envió la causa a su par de San Isidro.
Su defensa, a cargo del abogado Roberto Herrera, sostuvo que al estar en aislamiento ninguna de las medidas dictadas en la causa tenía sentido que continuara y que además fueron dictadas por el juez de Dolores que ya no interviene más.
Fuente: Radio Mitre
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