Apasionados frente a los dragones

Las personas son seres sociales. Vivimos en comunidad, en sistemas sociales. Respondemos a una cultura vivimos en un mundo conectados.

 

Por siglos los hombres se han dedicado a armar fronteras, definir límites. Grandes guerras en todos los siglos por poner fronteras. Por identificar razas, colores. Dividir por mucho tiempo fue una forma de reinar.

 

Las murallas ya no son cuentos

 

Como en cuentos de la edad media, estamos atravesando una realidad en donde los castillos, las doncellas y los grandes caballeros entran en acción. Aquí no hay luchas individuales, ni historias de amor que tengan solo dos personajes.

 

En esta historia no hay una única doncella rescatada desde la más alta torre, como una cruzada unilateral, individual, en estos rescates, en esta lucha hay muchas vidas vinculadas.

 

El famoso enemigo ya no respeta el castillo, a la realeza, no se trata de estratos sociales, sino que este dragón viene sin identificar qué lugar se ocupa en el reinado.

 

Esta cruzada no se da solamente entre dos personas, entre el alma de un noble caballero y una persona en espera en la más alta torre.

 

El noble caballero llegara lo más rápido, liberara más batallas siempre que esté más relacionado. ¿Relacionado con quién? ¿O con qué? Relacionado con la naturaleza, relacionado con su propósito y relacionado con todas las personas que pueden servir para el propósito.

 

Las personas vivimos buscando un propósito, un sentido y este sentido lo damos en tanto que nos reconocemos con el otro. En tanto miremos al otro y reconozcamos que no importa que tanto definamos los limites. No importa que tan alta sea una muralla. El mundo en el que habitamos nos une más allá de las fronteras, mas allá de los idiomas.

 

En momentos de responder hacia una misma circunstancia que no importa en qué ciudad vivas, en qué provincia en qué país. Hay cosas que nos unen a todos y nos corresponde a cada uno de manera individual.

 

Castillos virtuales

En momento en el que no era tan fuerte la muralla, ni tan distintos los estratos sociales, nos toca a todos reconocer y aprender nuevas maneras de eliminar las barreras, bajas las puertas del castillo y empezar a reconocernos que podemos aprender a estar juntos conectados de una manera distinta, ya no son los aridos terrenos, ni grandes corceles, en tiempos donde no volamos, ni nos embarcamos en colectivos.

 

Es momento de viajar desde casa, en momento de estar alejado pero más conectado que nunca. En la era digital, en el momento de decir no sabemos qué va a pasar , pero si sabemos que cada uno de nosotros responde para el bienestar del otro. En palabras de Phil Bosmans “Tengo ojos para descubrir a los demás. Oídos para escucharlos. Pies para acercarme a ellos, manos para tendérselas y un corazón para amarlos”.

 

En tiempos de era digital y en momentos de elegir quedarnos en casa le agregaría a las palabras de Phil Bosman tengo un celular para llamar, una carta por escribir, una plataforma virtual para no alejarme sino para mostrarnos que estamos presentes y que nos amamos hoy más que nunca.

 

Podemos aprender nuevas maneras de estar juntos, aprender a reconocer a los trabajadores que aun hoy siguen conquistando sus dragones todos los días. Dado que su misión no es rescatar solo una doncella sino a todos a la comunidad. Estamos rodeados de nobles caballeros que día a día están luchando por defendernos de los dragones.

 

Veamos en el dragón la oportunidad de conquistar. Apasionados por lo que queremos hoy más que nunca estamos enlazados unos con otros y verlo es reconocer el inicio de la oportunidad. Oportunidad para aceptar, oportunidad para aprender a amarnos y reconocernos sin fronteras.

 

 

 

Por Natalia Ferreira

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