¿Qué es el Día Púrpura y por qué se celebra hoy?

El Día Mundial para la Concienciación de la Epilepsia, también conocido como “Purple Day”, se celebra todos los años el 26 de Marzo.  Durante esta fecha la gente se anima a llevar ropa de color púrpura o un lazo púrpura, con el objetivo de informar y concienciar a la población sobre las precauciones que hay que tomar ante un ataque epiléptico.

 

El ‘Día Púrpura’ fue ideado en 2008 por Cassidy Megan, niña canadiense afectada por la enfermedad, con el objetivo de desterrar los viejos y falsos mitos sobre esta condición y afirmar a los pacientes de que no se encuentran solos.

 

Existen más de 50 millones de personas que padecen epilepsia en el mundo. Los pacientes con epilepsia deben hacer frente a un grave estigma social derivado del desconocimiento. No es una enfermedad psiquiátrica o mental, sino que es una patología neurológica que ocasiona un problema físico, derivado de un funcionamiento anormal esporádico de algunas neuronas.

 

En ocasiones, la epilepsia se identifica equivocadamente como una enfermedad mental o como una discapacidad. Por este motivo, quien padece epilepsia puede llegar a tener problemas de relaciones personales y de integración social. Es necesario que la sociedad comprenda en qué consiste la epilepsia, y aprenda a tratar a aquellos que la padecen sin ningún tipo de discriminación.

 

La OMS y sus asociados reconocen que la epilepsia es un importante problema de salud pública. Con el lema “Sacar a la enfermedad de las sombras”, la OMS, la Liga Internacional contra la Epilepsia y la Oficina Internacional para la Epilepsia han dirigido una Campaña Mundial contra la Epilepsia para proporcionar mejor información, aumentar la sensibilización y fortalecer los esfuerzos públicos y privados por mejorar la atención y reducir el impacto de la enfermedad.

 

En muchos países se han llevado a cabo proyectos para reducir la falta de tratamiento y la morbilidad de las personas con epilepsia, capacitar y educar a los profesionales sanitarios, acabar con la estigmatización, identificar posibles estrategias preventivas y elaborar modelos que integren el control de la epilepsia en los sistemas de salud locales. Combinando varias estrategias innovadoras, estos proyectos han demostrado que existen formas simples y rentables de tratar la epilepsia en entornos de escasos recursos.

 

 

A.C.

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