Se trata de Gustavo Ledesma y Selva Bareiro, quienes en diciembre último comenzaron su experiencia Work & Travel la cual debía haberse extendido hasta abril. Les tomó cinco días llegar a territorio argentino y actualmente se encuentran cumpliendo con la cuarentena obligatoria.
Gustavo Ledesma, de Posadas, y Selva Bareiro, de Eldorado, le contaron a Misiones Online la verdadera odisea que les tocó vivir en los últimos días cuando debieron mover cielo y tierra para regresar a la Argentina desde los Estados Unidos, donde se habían ido a trabajar a finales de 2019.
Mediante un programa de Work & Travel ambos jóvenes se trasladaron desde la Tierra Colorada hacia Norteamérica, donde trabajarían durante la temporada invernal. El período inicialmente era de cuatro meses y luego tenían un quinto mes libre, el que tenían pensado utilizar para visitar otros lugares. Sin embargo, a raíz de la pandemia de coronavirus, sus planes se modificaron drásticamente.
Selva Bareiro y Gustavo Ledesma.
A mediados de marzo sus superiores les habían comunicado acerca de las medidas que tomaría la Argentina para evitar la propagación del COVID-19 y que por ello tenían que volver lo antes posible. No obstante, ambos tomaron la decisión de continuar allí. El pasado 18 de marzo, hace una semana, el sitio donde se desempeñaban decide cerrar sus puertas, por lo que no tuvieron otra opción.
En ese momento los misioneros intentan comunicarse con la aerolínea a la que le habían comprado sus boletos de regreso, ya que la fecha debía adelantarse. Al frustrarse todo intento de reprogramación, reservaron nuevos vuelos los cuales tenían una escala en Sao Paulo, Brasil.
Desafortunadamente el aeropuerto donde debían salir cerró ya que se produjo un sismo en las proximidades, por lo que el vuelo se canceló. Para intentar solucionar el problema, los derivaron a otro vuelo el cual habría sido el definitivo para regresar a casa, pero a raíz de las demoras lo perdieron. En consecuencia, también perdieron el vuelo interno en Brasil que los conectaría desde Sao Paulo a Foz de Iguazú.
Ante la situación, y todavía en Estados Unidos, la aerolínea que les vendió los boletos los proveyó de alimento y alojamiento hasta tanto saliera el vuelo. Por otra parte, la empresa que los trasladaría en Brasil pudo reubicarlos en otro avión dos días después.
Gustavo y Selva, finalmente, pudieron llegar a la Argentina el lunes 23 en horas de la noche, cuando ingresaron desde el paso fronterizo Foz-Puerto Iguazú.
“Habían momentos en que nos reíamos para no llorar. Era desesperante que nos cancelaran un vuelo tras otro. No podíamos salir de la ciudad y entonces decidimos contar nuestra experiencia a través de Instagram. La gente nos empezó a contestar: nos decían que estemos tranquilos y nos mandaban fuerzas”, relató Gustavo.
Paso fronterizo Foz – Puerto Iguazú.
Controles sanitarios
Durante la travesía que les tocó vivir, y mediante los archivos que nos enviaron, se los puede ver utilizando guantes de látex y barbijos. Indicaron que para concretar su ingreso al país les hicieron completar una planilla con sus datos personales, en carácter de Declaración Jurada.
Los misioneros junto a otro compañero argentino con residencia en la provincia de Buenos Aires.
Allí debían especificar en qué países/ciudades estuvieron en los últimos 15 días, les solicitaban asimismo un teléfono de contacto y el domicilio donde iban a realizar la cuarentena obligatoria. Además les consultaban si presentaban síntomas de coronavirus, los cuales tenían que especificar en el mismo escrito.
Luego de completar los papeles, les tomaron la temperatura y, por último, pasaron al área de Migraciones y Aduana. Automáticamente tras su ingreso, ya en Puerto Iguazú, los jóvenes se dirigieron hasta Eldorado, ciudad donde reside uno de ellos y sitio donde se encuentran cumpliendo con la cuarentena.
Según precisaron, allí no tienen contacto con nadie más ya que decidieron aislarse totalmente. Actualmente cursan el segundo día.
A.B.V.
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