Delfina H. vive y trabaja en Munich, vino de vacaciones junto a su esposo a la Argentina para visitar familiares y amigos pero la situación de emergencia epidemiológica por el coronavirus la hizo atravesar una verdadera odisea para volver a su hogar.
Delfina H. – Misiones Online
Luego de 3 cancelaciones y varios días de intentos sin éxito de comunicarse con las aerolíneas por medio de redes sociales y números de atención, totalmente saturados, se dirigió al aeropuerto de Ezeiza. Allí las filas para que los viajeros solucionen sus situaciones superaban las 4 horas de espera.
La opción que pudieron darle fue la de hacer conexiones en Río de Janeiro y Londres para posteriormente llegar al destino final en Múnich. Algo que llama poderosamente la atención es que en los aeropuertos no había filtros ni medidas a la hora de realizar el abordaje. Inclusive los trabajadores aeroportuarios no utilizaban siquiera barbijos ni guantes.
En Alemania el estado no es tan alarmante por parte del estado, ya que no hay medidas restrictivas sino más bien recomendaciones a la población, que en la medida de lo posible trabajen desde sus casas en la modalidad «home office».
SDLF
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