La Bombilla, el complemento de un buen Mate

La bombilla es uno de los utensilios más importante para disfrutar de un buen mate o tereré. Ante el avance del virus, de conocimiento público, la idea es mantener la higiene de este utensilio. Sigamos compartiendo la mateada, pero cada uno con su bombilla. Cuidarnos es cuidar a lo que más queremos.

“Los aborígenes adoptaron diversas formas para disfrutar de las propiedades de la yerba mate. Primero masticaban las hojas frescas, apenas partidas, y extraían así su líquido expulsando luego sus restos. Este fue un método muy utilizado, principalmente por los guaraníes y los charrúas. Más tarde comenzaron a colocar las hojas frescas dentro de recipientes de calabaza, de donde extraían el líquido filtrando las hojas con los dientes, tarea que no resultaba nada difícil después de practicar varias veces. Al descubrir el tallo leñoso y hueco de la caña, la denominaron Temimbitehá o tacuapí, voz que encierra dos significados: tacuá, “caña hueca”, y apí, “cuero cabelludo sin pelo o superficie lijada o lisa”, resumiendo su significado en el de caña hueca alisada.

 

Para la elaboración de esta bombilla se tomaba la parte media de la tacuara, entre nudo y nudo, denominada canuto. Se buscaban las que poseían dimensiones de cinco milímetros de ancho por veinte milímetros de largo. Se mantenía como base el nudo de la parte inferior para impedir que la yerba subiera por el tubo y se hacían agujeros en el nudo para lograr filtrar la infusión. Estas cañitas fueron rebautizadas por los conquistadores, que castellanizaron su denominación, asociándola a una “bomba” (máquina capaz de subir o desplazar agua). Finalmente se utilizó el diminutivo bombilla, como se conoce hoy en día a todas las variantes.

 

En Brasil se mantiene la denominación bomba, y en Paraguay mombilla o mombillape. Las bombillas, por más que varíen su estilo, estética y diseño, cumplen la primordial función de llevar la infusión desde el mate a la boca. Uno de los materiales más nobles para fabricarlas es la alpaca. Las más económicas de lata o hierro se denominaron quemadoras, por transmitir el calor. Para solucionar el inconveniente de quemarse los labios debido a la utilización de bombillas de metal, se resolvió aplastar gradualmente el extremo superior de la bombilla, anteriormente cilíndrico, para que adoptara una forma similar a la de una ranura, de manera que el agua llegara en forma de cinta líquida refrigerándola. Esta innovación facilitó también la absorción, ya que los labios adoptaban la forma de la boquilla.

 

En las bombillas de caña este inconveniente no existe: el extremo que se lleva a la boca mantiene su forma y en algunos casos se hace un corte sesgado para que se adapte mejor en la boca. Es interesante destacar la creencia de la gente respecto de la boquilla recubierta de oro. Se pensaba que frenaba la transmisión de enfermedades y tan arraigada fue esta idea que aún hoy se le practica a las bombillas de lata un baño de cromo, que en lo único que recuerda al oro es el color. Este color se impuso como sinónimo de calidad y prestigio, es por ello que actualmente las bombillas de hierro llevan un baño dorado en su boquilla.

 

El fuste es la parte cilíndrica que une el filtro con el pico. En las bombillas de caña tacuapí, el fuste es decorado con trenzas de fibras vegetales, cuero o pinturas. En las de metal, principalmente las de alpaca, se practica la técnica de cincelado o grabado. O bien se incrustan objetos de ornamentación. En Brasil se denomina pasador o botao de rosa (botón de rosa) a este decorado.

 

Partes de la bombilla

 

El aro, que en sus comienzos se utilizó para unir el fuste y pico de la bombilla, hoy se utiliza en bombillas de una misma pieza solo como decoración.

 

El filtro o paletilla es el extremo inferior de la bombilla que va sumergido en la infusión. Es el fragmento que más se ha prestado a las experimentaciones, por lo que existen varios tipos de filtro con características que los hacen más adecuados para ciertos mates o ciertos cebadores. Lleva el nombre de coco, colador, apartador, filtro o paletilla.

 

El salto evolutivo llegó de la mano del metal para su fabricación. La paletilla surge gracias a la maleabilidad del metal. A diferencia del coco, este filtro diferencia dos caras: la que se recuesta sobre la pared del mate sigue siendo esférica o semiesférica, la otra es plana o levemente cóncava. Esto permite utilizar la propia bombilla para las tareas de acomodar la cebadura, ya sea ensillar el mate o bostearlo, que antes se hacía con la mano. Esta característica lo hace muy apreciado por los bebedores de mate amargo.

 

La lira, que recuerda al instrumento musical homónimo, es el muelle metálico de la bombilla, recubre al tubo de metal donde están hechos los orificios. En Uruguay se la denomina bombilla gaucha o bombilla patria. Ya se utilizaba a mediados del siglo XIX en Europa para tomar té, mientras que en América, al mismo tiempo, se la prefería para tomar mate”. (Texto de El Libro de la Yerba Mate. Autora: Karla Johan, Lorenzo, Editorial Del Nuevo Extremo).

 

Higiene de la bombilla:

 

Sumergir la bombilla de alpaca, metal, o acero quirúrgico en un recipiente que contenga agua y tres cucharaditas de bicarbonato de sodio, llevar al fuego y dejar hervir el agua durante quince minutos. Luego lavar la bombilla con abundante agua, repetir este proceso cada quince días.

 

Por: Karla Johan Lorenzo
Sommelier de Yerba Mate
www.sommelierdemate.com

 

 

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