Joven posadeña incursiona en el rap con el nombre artístico «Kreiluz»

Natalia Balbuena tiene 22 años y busca convertirse en una referente del movimiento urbano con el nombre artístico de «Kreiluz». Descubrió el rap en 2012 y considera que debería haber más espacios en la ciudad para este tipo de expresión urbana.

En 2012 comenzó a rapear, aunque de niña quería ser una cantante tradicional, pero -admite- sentía que no tenía buena afinación. Hasta que un día, su hermano le mostró en una netbook «del Programa Conectar Igualdad» -aclara- a un grupo de chicos que hacían Freestyle, y supo que se podía cantar haciendo rap, y desde ese momento comenzó a practicar, a contar lo que sentía, y a formarse.

«Cuando me di cuenta que tenía seguridad, tomé la decisión que podía manejarme profesionalmente. Porque a veces admiramos a los grandes artistas, sin darnos cuenta que nosotros también lo podemos intentar», cuenta la rapera que realizó un taller de Rimas de Freestyle, en el local del PC, en el marco del Proyecto «Cultura en Alpargatas», del Frente Popular Agrario y Social.
El freestyle se caracteriza por ser rap creado en el momento, improvisando sobre lo que se ve o se siente, sin dejar de clavar las palabras sobre un ritmo y manteniendo un flow constante.



Cuesta dedicarse al rap de manera profesional

La joven cuenta que probó realizar otras tareas; pero desde más chica se dio cuenta de que por más que tuviera un trabajo estable, al encontrar una vocación que la apasiona, nada le importaba más que dedicarse a eso, y decidió dejar lo que estaba haciendo y dedicarse al rap de manera profesional en un cien por ciento.
«Al principio fue complicado porque sentía un poco de miedo. Vengo de una familia humilde, soy de Villa Urquiza, y había que ganarse la vida. Tuve que hacerme respetar en un sector bastante machista; pero seguí trabajando, perfeccionándome porque es la única manera de lograr resultados.
Sé que cuesta, porque una se dedica a esta música, sin contar con un ingreso fijo, y hay que trabajar mucho; pero bueno, es lo que elegí, resolví jugarme y en ese camino estoy», expresa.

El feminismo también llegó a esta música

«Kreiluz» destaca que lo importante es entrenar, y escuchar música siempre y mucho rap. Tratar de ver lo que transmiten otros artistas; qué los llevó a estar ahí, qué pasos dieron. «Aprendo mucho escuchando, viendo videos, tutoriales, documentales, y así voy aprendiendo diariamente», dice.
Ante la pregunta si admira a alguna o algún cantante en especial, responde que le gusta mucho Beyoncé. «Disfruto de subir a un escenario y rapear, cantar y bailar. Me gustaría ser una artista completa, poder brindar un espectáculo mostrando lo que me apasiona. Sobre todo en Misiones, porque llevo a mi barrio siempre en el corazón».
Cuando la joven comenzó a crecer en el rap, pudo salir hacia otros lugares. Y en ese camino se encontró también con la euforia del feminismo.
«Al principio no fui muy consciente de lo que sucede, hasta qué pasan ciertas cosas que me hicieron ver la realidad; por ejemplo empecé a ver situaciones de discriminación sólo por ser mujer, cuando antes pensaba que era natural.
Pero me di cuenta que pasaba solamente con nosotras, y además es imposible no ver cómo fue despertando la sociedad. Estamos en un siglo donde todas estamos abriendo los ojos, hablando, pidiendo ayuda y ayudando, y eso me apasiona: ayudar y más si se trata de mi género», enfatiza.

El rap es una herramienta que ayuda

Para la joven, es una herramienta para ayudar: está en las plazas, en las calles, y ayuda, «a una misma para desahogarse, y a muchos chicos para salir de las drogas, de la depresión, de problemas que aquejan a los chicos en situación de calle.

Pero no solamente es útil en los barrios donde generalmente se rapea, también pasa con los pibes y pibas que pertenecen a sectores altos; así me di cuenta de que los problemas no sólo están en la pobreza, sino que son propios del ser humano, y ahí está la posibilidad del rap para ayudar», expresa.
En Misiones el rap está creciendo nivel personal en cada uno de los jóvenes que lo cantan; pero no a nivel profesional. «Sabemos que en la provincia hay chicos muy talentosos que se preparan mucho; pero no hay eventos para demostrar que somos profesionales, no hay organismos de Cultura que inviertan en nosotras y nosotros.
En Buenos Aires hay muchas personas haciendo eventos, canales que difunden, revistas, diarios, todo para que el artista crezca. Acá crecemos en habilidad porque entrenamos, nos preparamos, pero no tenemos eventos, muchos no nos ven, ni saben que estamos.
No hay un espacio que nos permita vivir de esto. Por ejemplo yo soy rapera, escribo mis canciones; pero muchas veces no tengo lugares donde cantar, no hay eventos que me abran puertas para poder sustentarme con mi trabajo artístico.
Creo que el nuevo ministro de Cultura de la provincia (Joselo Schuap), también debería apuntar a eso», comentó la cantante del movimiento urbano que está creciendo.

(C.P-A.S)

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