Se reavivó el debate sobre los presos políticos y Alberto Fernández promete no cambiar su postura

El presidente Alberto Fernández no modificará su posición respecto de la polémica sobre si hay «presos políticos» en la Argentina, pese a la presión de dirigentes del oficialismo y de organismos de derechos humanos para que convalide en esos términos las denuncias sobre detenciones de dirigentes afines al kirchnerismo.

 

En la Casa Rosada afirman que el Presidente no se molestó con las declaraciones de la ministra de Mujer, Géneros y Diversidad, Elisabeth Gómez Alcorta, que sostuvo que la dirigente jujeña Milagro Sala es una «presa política». Pero señalaron que Fernández no hará gestiones ante el Poder Judicial para modificar esa situación.

 

«Es una cuestión semántica. En el fondo estamos de acuerdo», minimizó la cuestión el Presidente, cuando lo consultaron sobre las declaraciones de Gómez Alcorta, y recordó que la ministra había sido abogada de Sala. Fernández, en cambio, se molesta con quienes le exigen que adopte una actitud más activa para lograr la liberación de Sala y otros detenidos. «¿Qué quieren que haga?», dice, y recuerda que durante la campaña insistió una y otra vez sobre la existencia de «detenciones arbitrarias».

 

En el entorno del Presidente detallan que, sin interceder ante el Poder Judicial, hizo una gestión ante el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. La primera vez que se vieron, después del 10 de diciembre, Fernández le señaló que, por aplicación del nuevo Código Procesal, las condiciones de la prisión preventiva se habían modificado y que «sería prudente» tenerlo en cuenta en el caso de Sala. «Me respondió que en Jujuy la Justicia es independiente», relató el Presidente.

 

Esta semana se reavivó el debate sobre si los encarcelamientos de dirigentes kirchneristas acusados de corrupción o por otros motivos se trataban de «detenciones políticas». El origen fueron definiciones del jefe de gabinete Santiago Cafiero en Radio Continental, quien en una entrevista insistió con la idea de que había «detenciones arbitrarias» y prefirió no hablar de «presos políticos».

 

«Para nosotros no hay presos políticos en la Argentina, lo que sí hay son detenciones arbitrarias. Sí entendemos que todas esas cuestiones, en el marco de los procedimientos que ya existen y que ya están con recursos presentados, la Justicia deberá determinarlas».

 

El kirchnerismo duro le replicó. Desde su prisión domiciliaria, Julio De Vido estalló: «Cuánto déficit de formación política, qué superficialidad insoportable». Y abundó a través de las redes sociales: «Quisiera saber dos cosas: primero ¿qué opinaría si Cristina Kirchner hubiera sido desaforada y estuviera presa? y luego, si eso hubiera sucedido, ¿cree que usted sería jefe de Gabinete?».

 

También habló sobre el tema Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, quien dijo: «Me duele que quieran minimizar la situación de los detenidos por razones políticas. Es algo triste y molesto».

 

Cafiero volvió a hablar ayer: «No tengo dificultad en estar envuelto en ninguna discusión. Creo que tenemos que tener en claro que en la Argentina existió la persecución política, una organización respecto al lawfare, pero lo cierto es que los procedimientos judiciales están siendo llevados adelante y es algo que lo tiene que determinar la Justicia».

 

 

Fuente: La Nación

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