El billete de $5 y la demanda de dinero

Hace unos meses era difícil conseguir cambio, pero de repente aparecen billetes de cinco pesos por todos lados: kioscos, supermercados, estaciones de servicio, hasta en los bancos, que deberían reemplazarlos por monedas.

Lo que sucede es que al ponerle fecha límite de valor (dejarán de circular el 29 de febrero) todo el mundo se los quita de encima. Esto se conoce como disminución de la demanda del billete de cinco pesos. El proceso se acelera día a día, todos lo entregan en los pagos y algunos ya no los aceptan, porque el último que se lo quede en la mano deberá ir a hacer cola al banco para que se lo cambien por una moneda dura (de metal).

En síntesis, disminuye la demanda del billete de $5 hasta que el 1ro. de marzo la misma será igual a cero. Nadie lo aceptará y el que lo tiene deberá reemplazarlo en 30 días.

Usé esta analogía para identificar el problema que tenemos con nuestro Peso, no solo con el billete de cinco. Para 2020 se estima que la inflación será de un 40%, es decir que si tengo $100 en enero, a fin de año me quitarán un 40% del valor y podré consumir lo que hoy me cuesta $60. En el caso del billete de $5 sé que a fin de febrero le quitarán el 100% de su valor, en el otro, estimo que me quitarán un 40%.

¿Que resulta de esto? Disminuye la demanda de Pesos. No quiero guardar algo que a fin de año valga casi la mitad. Entonces busco alternativas para resguardar mi valor, o lo gasto ahora o lo cambio por una moneda dura (Dólar, Euro). Un plazo fijo tradicional rinde 30% anual, con lo que perdería un 10%.

Quedó demostrado que la inflación no es sólo un proceso monetario. El año pasado casi no se emitió Pesos y fue más de 50%. En cambio, Estados Unidos no para de emitir dólares y sus precios no varían más de 3% al año. Hay una alta demanda de dólares a nivel mundial.

La baja demanda de Pesos, con aumento de emisión (oferta de Pesos), cepo cambiario, un mercado cerrado a las importaciones y falta de inversión productiva, terminará alimentando la inflación. Los bienes que hay aumentarán de precio ya que los empresarios no tienen incentivos de invertir más para producir más en el mediano plazo. En el corto plazo, hay capacidad ociosa, empresas que pueden aumentar la producción con el personal y la maquinaria que tienen actualmente, por eso vemos una disminución del índice de inflación para estos primeros meses del año.

Lo único que puede cambiar el rumbo inflacionario que tenemos es la generación de confianza, mejorar las expectativas y brindar seguridad jurídica para aumentar la producción (lo que generará trabajo). Los precios bajan si la gente cree que van a bajar y aumenta la demanda de dinero. Pesos que se ahorran, automáticamente se prestan, y el aumento de inversiones se multiplica con créditos accesibles. Por ahora, todo Peso ahorrado se presta al Estado y nada queda para los privados.

Por Federico Pipet, especialista en Mercado de Capitales

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