La historia de «Supermatch», el programa que marcó a una generación

Arrancó por Telefe en 1992 para cubrir la grilla de verano, pero se quedó por varios años más y vivió en el recuerdo. Conocé la historia.

 

Nueve de la mañana. Las noticias culminaron y los chicos copan la TV de casa apenas se levantan en sus vacaciones de invierno. Comienza a sonar la melodía de «YMCA», el hit de los Village People. Pero el estribillo tiene otra letra. No es el que suena en cada fiesta de casamiento. En realidad es el inicio de «Supermatch», una idea 100% argentina surgida a partir de retazos de otros programas extranjeros de juegos. Había nacido como un «relleno» veraniego, pero terminó repitiéndose por décadas y marcó la infancia de una generación, que cada temporada pide su regreso. Sin embargo, en esta época, ya no será posible repetirlo en la TV.

 

Marcela Duarte es productora de Telefe. Fue la encargada de llevar las riendas de un proyecto que se emitió originalmente en 1992 por insistencia de Gustavo Yankelevich, gerente de programación del canal 11. Era sencillo: viejos capítulos de dos programas de juegos en los que competían varios equipos (colorado, amarillo, azul y verde). El más nuevo era «It’s a Knock out» y había sido emitido en Australia entre 1985 y 1987. El otro era «Telematch», que salió al aire en los ’70 en la TV de Alemania y Telefe también lo había pasado en la década del 80. Pero ahora eran los 90, la pelea entre los canales era mucho más dura y, con esos elementos y un presupuesto acotado, la productora tenía que crear un ciclo de entretenimientos que estuviera a la altura del canal más visto del país.

 

«Yo venía de radio Energy. Había llegado a Telefe hacía poco porque Romina Yan era oyente de mi programa y le gustaba lo que hacía, entonces me hizo el contacto para hablar con Cris (Morena) y Gustavo (Yankelevich). Hice una ultima versión de ‘Jugate conmigo’ y cuando terminó eso me llamó Marcela para Supermatch», contó a Clarín Ronnie Arias, uno de los locutores que le aportó el humor característico al bizarro ciclo. Lo acompañaba Juan Carlos Mendizábal y también Victoria Sus, una actriz que formó parte del elenco de «Evita», el mítico film protagonizado por Madonna, junto a distintos locutores y humoristas (uno de ellos fue Alejandro Korol) que fueron rotando durante los seis meses en los que se grabaron las voces para todos los episodios.

 

«Nosotros agarramos ese material y le hicimos toda una gran edición. Usábamos los episodios que estaban en mejor calidad primero y después emparchábamos con los más viejos. Lo convertimos en un programa completamente diferente, renovado a la tele de los 90, con otro ritmo, más dinámico», apuntó Duarte, que por entonces era Jefa de Producción de Telefe.

 

Un enorme trabajo de edición transformó ese producto viejo y lejano para la audiencia argentina, en un novedoso programa con una marcada identidad nacional. «Lo aggiornamos todo. Todas las tablas, los puntajes y los colores que se veían en pantalla se los agregamos nosotros. Era una manera de generar contenido para que los relatores comentaran. La presentación con esas flechas y letras también la creamos nosotros», rememoró Duarte.

 

«Era ‘comedy impro’, no había nada. Veíamos el video y hablábamos y se grababa. Era todo improvisación. Era ir y sentarse frente a un monitor a delirar, era como de fumados. Cada tanto se escuchaba a La Duarte, decir: ‘No, Ronnie. Te fuiste a la mierda, vamos de nuevo que ésto es un programa para chicos’. Y me miraban todos con un odio… El límite lo ponían pero estaba para romperlo, entonces era desafiarnos a ver quién iba un poco más lejos cada vez. Yo todo lo llevaba al doble sentido. En un momento de un colegio mandaron una carta quejándose porque algunos chistes eran subidos de tono. Así que estuvimos dos semanas grabando como si fuéramos religiosos», recordó Arias, quien manifestó su intención de volver en caso de que así se pudiera.

 

Pero el deseo no se hará realidad en esta época por el mal estado de los archivos y la imposibilidad de convertirlo. «Se quiso repetirlo nuevamente, pero no se pudo porque quedó en otro sistema y al pasarlo a digital no quedaba en buena calidad. Las imágenes se fueron arruinando y por eso tampoco hay mucho material en internet. Pero quedó en la gente y en su nostalgia y se volvió inolvidable, de culto. Hoy sigue vigente en el recuerdo de miles de chicos de distintas edades que lo vieron durante años», concluyó Duarte.

 

 

Fuente: Los Andes

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