A cinco años de su fallecimiento, cuáles son las principales hipótesis de la muerte de Alberto Nisman

Aún con los mismos elementos, los especialistas dan distintas teorías.

 

Un informe sostiene que Alberto Nisman fue golpeado, drogado y sostenido por dos personas mientras le disparaban de rodillas durante la madrugada del domingo 18 de enero de 2015. Otro reporte, basado en las mismas pruebas forenses, asegura que el fiscal se paró frente al espejo, desenfundó el arma y se disparó con las dos manos. Mismos elementos, distintas interpretaciones que arrojan hipótesis que cambian rotundamente la historia de Nisman. Y del país entero.

 

El segundo fue realizado por la Policía Federal. El primero por la Gendarmería Nacional. El 18 de julio de 2017 Mauricio Macri asistió la incineración de 2 toneladas de cocaína en el edificio Centinela. Mientras hablaba para las cámaras, detrás del exmandatario se coló la imagen de uno de los elementos que más incomodan al Gobierno actual: la representación del baño en el que Alberto Nisman apareció muerto.

 

Según reconstruye Cecilia Di Lodovico en TN.com, Las placas de durlock verde de la maqueta que aparece en las fotografías indican que la construcción recién comenzaba en las instalaciones destinadas a la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de Gerndarmería.

Dos años y medio más tarde, la nueva ministra de seguridad Sabina Frederic apuntó contra la obra que el Comandante (arquitecto) Horacio José Cordani ejecutó a escala a pedido de la Justicia federal y puso en duda el peritaje.

 

«Se montó un escenario y eso está dentro del edificio Centinela», dijo la funcionaria al anunciar que revisará el informe oficial que sostiene que el extitular de la UFI-AMIA fue asesinado.

 

«Nunca vi una cosa así«, se sumó Alberto Fernández poco después. El Presidente tildó de «absurdo» el estudio y dijo que «parece carecer de todo rigor científico».

 

Se trata de una de las pruebas más importantes que sostiene la hipótesis del fiscal Jorge Taiano contra Diego Lagomarsino, procesado como partícipe necesario del homicidio de Nisman.

 

En el interior del cubículo, Gendarmería mostró por qué llegó al resultado «homicidio» y por qué contradice, al mismo tiempo, las conclusiones de la Policía Federal y del Cuerpo Médico Forense (CMF).

 

El arma que se usó en la escena

 

En este punto no hay discusión. El tiro que provocó la muerte de Alberto Nisman fue disparado de la pistola marca Bersa, modelo 62, calibre .22 LR con la identificación numérica 35099.

La vaina servida encontrada en la escena fue percutida por el arma que le entregó Diego Lagomarsino a su jefe.

 

La personalidad del fiscal

 

Es otro aspecto en el que hubo coincidencias entre todas las partes. Gendarmería concuerda con las conclusiones de la junta pericial que fue realizada el 26 de agosto de 2016. Coincidieron que Nisman «era una persona ordenada y prolija; cuidadoso de su apariencia física y vestuario; exigente consigo mismo, y con los demás; dedicado prioritariamente a su profesión y función; ansioso; competitivo; reservado en sus afectos, con vida social mayormente referida a lo familiar; inteligente; estudioso; perfeccionista”.

 

No arribaron a un diagnóstico de personalidad, por inexistencia de documentación como la historia clínica, antecedentes de tratamiento psicológico y/o psiquiátrico y de informantes calificados y objetivos.

 

Sin embargo, «el grupo de personas entrevistadas y de las constancias de autos que se analizaron, no es posible inferir elementos de valor psicopatológico que permitan deducir que el occiso cursaba -al momento de su muerte- un síndrome o trastorno psíquico asociado a conducta autodestructiva».

 

Es decir, que no encontraron indicios suicidas en la personalidad de Nisman.

 

Ketamina: comienza a delinearse la hipótesis de homicidio

 

Los médicos del Cuerpo Médico Forense (CMF) que realizaron la autopsia encontraron trazas de cafeína, alprazolam y un metabolito derivado del clonazepam. Nisman era consumidor habitual de psicofármacos, por lo que ninguna de estas sustancias llamaba la atención.

 

Dos años más tarde, a través de un análisis cromatográfico del pool de vísceras, detectaron ketamina. Esa diferencia empezaba a esbozar la principal hipótesis del peritaje cuestionado por el jefe de Estado.

 

«La ketamina es un agente hipnótico y analgésico; produce un estado de inconsciencia llamado “anestesia disociativa”, que deriva de la fuerte sensación de disociación con respecto al ambiente que experimenta el sujeto a quien se le administra esta droga», escribieron los gendarmes.

 

Según esta teoría, la presencia de esta sustancia permitió que la voluntad de Nisman fuera «abolida pero con conservación de su tono muscular, lo cual habría facilitado el posicionamiento de la víctima dentro del baño para la posterior maniobra homicida, mediante el mecanismo denominado “Sumisión Química«.

 

La trayectoria del disparo

 

Es una de las diferencias más claras con los médicos que realizaron la autopsia que establecieron que la trayectoria que recorrió la bala fue de derecha a izquierda, ligeramente de adelante hacia atrás y ligeramente de abajo hacia arriba.

 

En disidencia, los peritos de Gendarmes afirmaron que fue de derecha a izquierda, de atrás hacia adelante y ligeramente de abajo hacia arriba.

 

La trayectoria es importante porque determina la inclinación del arma al momento del disparo y la posición del tirador.

 

La ausencia de rastros de pólvora

 

Los informes periciales de la asesoría pericial de La Plata y del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de la Provincia de Salta, sobre los adhesivos de carbono obtenidos de las manos de Nisman arrojaron resultado negativo en ambas manos. Los gendarmes infieren, en consecuencia, que Nisman no utilizó las manos para efectuar el disparo.

 

La defensa de Lagomarsino destaca que sí se detectaron algunas partículas de la deflagración de pólvora. El dato es cierto pero la combinación de bario, plomo y antimonio no se presentan en el grado suficiente para resultar categóricos sobre la existencia de un disparo.

(Diego Lagomarsino)

 

Para los peritos de Sandra Arroyo Salgado, que se apartó de la querella, la ausencia de pólvora resultaba la prueba más acabada de que Nisman no disparó el arma.

 

¿Nisman sostuvo el arma? Hay tres hipótesis diferentes que se explican por las manchas de sangre.

 

La data de muerte

 

Gendarmería consideró que la muerte de Nisman «debería haberse producido aproximadamente a las 02:46 hs. del día 18 de enero del 2015«. La exactitud de la data de muerte es uno de las conclusiones más criticadas del informe de la fuerza de seguridad.

 

Los peritos llegaron es estimación en base a los niveles de potasio en humor vitreo, teniendo en cuenta la edad y la temperatura del ambiente donde ocurrió el disparo.

 

En cambio, el CMF ubica la muerte entre la mañana y la media tarde de ese mismo día.

 

Fractura del tabique y golpes

 

La División Médico Legal de Gendarmería detectó una fractura del tabique de Nisman que no vieron los forenses desde el Cuerpo Médico Forense ni los médicos de la querella Osvaldo Raffo y Julio Raviolli, al inicio del caso. Tampoco la notaron durante una junta médica convocada por Viviana Fein ante las contradicciones entre los peritos.

 

Durante ese estudio sí observaron dos golpes que no fueron registrados en la autopsia: uno en la cara interna del tobillo interno y un hematoma en la cabeza.

 

Los peritos de Policía Federal no dieron entidad al moretón de la pierna y estimaron que la lesión en la cabeza podía corresponderse al momento de la caída, tras el disparo.

 

Gendarmería atribuyó todas las lesiones a «la acción de reducción» de los asesinos. Creen que «pudo haberse desarrollado en el interior del departamento» pero no lograron determinar con exactitud el lugar debido a que «todo el departamento no fue considerado al momento de la inspección ocular como escena del hecho».

 

Manchas de sangre

 

Las diferentes interpretaciones de las impresiones hemáticas en la escena entre la Policía Federal y Gendarmería determinan la postura que había adoptado el fiscal en el momento del disparo y en la posición final del cuerpo y el arma. Se trata de dos hipótesis diferentes: la primera habla de un auto disparo (PFA) y la segunda de un homicidio (Gendarmería).

 

La denominada «franja central» de 22 centímetros de extensión sobre el vanitory es una de las principales disidencias. Para los federales, la sangre fue expulsada por la boca del fiscal al momento del disparo, lo que demuestra que estuvo parado frente al espejo. Para los gendarmes, esa misma mancha es producto del tiro. Sostienen que a esa altura estaba la cabeza de Nisman, ubicado por los asesinos en posición de «rodilla a tierra».

 

Aunque la querella en algún momento pensó en la posibilidad de dos homicidas dentro del baño, luego lo descartó y no llegó al expediente. Habla de uno solo. Gendarmería estableció que Nisman no tocó el arma y que hubo dos victimarios: mientras uno lo sostuvo, el otro le disparó.

 

La sangre en las manos también tiene tres interpretaciones. Al igual que la defensa, para la PFA hubo doble empuñadura del arma, es decir, que Nisman la tomó con ambas manos. El informe elaborado por el perito Daniel Salcedo de la querella de la exmujer del fiscal, el homicida tomó la mano del fiscal para disparar y simular un suicidio. Para los gendarmes, las manos exhiben un patrón de «transferencia», producto de la manipulación del cuerpo por parte de los asesinos.

 

«La dinámica más probable del hecho» para Gendarmería

 

Al final del informe de 388 páginas, la junta de peritos gendarmes ofrecen la secuencia del supuesto asesinato en el interior del baño de las Torres Le Parc de Puerto Madero. En ese lugar ubica a tres personas: la víctima (Alberto Nisman) y dos victimarios desconocidos. Uno de ellos manipula el arma, el otro «asiste y manipula el cuerpo de la víctima».

 

Reducido por los golpes y la ketamina, Nisman es obligado a entrar al cuarto. A partir de este momento, dividen la secuencia en cuatro tiempos.

 

Tiempo 1: el Victimario 2, junto al cuerpo con vida de la víctima, lo posiciona con la pierna derecha apoyada en el piso y la pierna izquierda flexionada, es decir “rodilla a tierra” con el torso erguido, ubicado frente a la bañera, próximo con su hombro derecho al vanitory y sobre la alfombra, al mismo tiempo el Victimario 2 se ubica en cuclillas sobre el lateral izquierdo apoyado en el flanco izquierdo de Nisman, sujetándolo por debajo de las axilas a modo de abrazo

 

Tiempo 2: el Victimario 1, se ubica parado y por detrás de Nisman, próximo al vanitory, quien con su mano izquierda tomaría del cabello de la víctima, y sosteniendo el arma con la mano derecha apoya la boca del cañón en la zona parieto temporal derecho, generando la trayectoria ya establecida, efectuando el disparo y la eyección de la vaina.

 

Al mismo tiempo, se produce la lesión y provoca la expulsión en forma de retroproyección de la sangre que genera los patrones hemáticos hallados en el vanitory. Luego, se dirige a la puerta del baño y ubica el arma en el sector donde fuera hallado, abandonando el recinto y cerrando la puerta.

 

Tiempo 3: Inmediatamente luego del disparo, y mientras el Victimario 1 se aleja del vanitory, el Victimario 2, se posiciona por detrás de la víctima sin soltarlo, producto de la manipulación genera los patrones hemáticos de caída vertical sobre el borde de la mesada, las manijas de las cajoneras, pierna izquierda, en las prendas de vestir de la víctima y la alfombra.

 

Seguidamente, ubicando a la víctima de espalada a la puerta, y frente al espejo procede a lanzar hacia atrás el cuerpo. Durante la dinámica de la caída hacia atrás, la fuente sangrante generaría los patrones hemáticos hallados en la zona interior de la puerta y aproximadamente a 60 cm de altura, para luego impactar en la zona próxima a la puerta de acceso, generando así los patrones hemáticos hallados en la zona baja de la parte interna de la puerta de acceso, piso, base del bidet y zona circundante.

 

Tiempo 4: El victimario 2 procede a la manipulación del cuerpo para colocarlo en la posición final, realizando diversas acciones, entre las cuales toma ambas manos de la víctima, y finalmente, tomando los recaudos necesarios, a los fines de evitar la alteración de los patrones hemáticos existentes en el piso próximo a la puerta, abandona la zona del hecho.

 

Parado frente al espejo, la secuencia de la muerte para la Policía Federal

 

Esa hipótesis es totalmente contraria a la de la Policía Federal que coincide en sus conclusiones con los peritos de Lagomarsino.

 

(Fuente: TN)

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