A 10 años de la tragedia del Paraná: reviví testimonios de quienes estuvieron en el cruce del río

8 guerreros se alzaron para siempre, con corazones de oro y valentía, no le tuvieron miedo a la muerte, por un hermano dieron la vida” dice la canción de Ezequiel Guerrero, y es así, 8 personas perdieron la vida en el mítico “Cruce del Paraná” en la nublada mañana del sábado 16 de enero del año 2010.  15 minutos habían pasado cuando los piragüeros y nadadores habían salido desde club Pacú Cuá en Encarnación y se encontraron con las barcazas sojeras que provocó que la fiesta del deporte sea una triste historia.

 

https://www.youtube.com/watch?v=mkG7nxtb7uc

 

Víctor Sessa, Fernando Solé Mases, Eugenio Raúl Seró, Sebastián Ruzecki, Nicolás Levequi, Manuel Leiva, Mauro Bacigalupi y Luis Saide, perduran en la historia por ser parte de la peor tragedia de la historia del deporte misionero.

 

 

Como todos los 16 de enero en la Costanera de Posadas, se reunieron familiares y amigos de los fallecidos en el cruce de “Aguas Abiertas” para recordar como lo hacen desde hace una década.

 

A las 10.20 se escuchó los campanazos, y minutos más tarde el Padre Alberto Barros brindó una misa en la capilla Stella Maris a metros del río Paraná. Luego los familiares y amigos se dirigieron hacia la orilla de la costanera, bajo la intensa lluvia que cayó sobre la capital provincial, para arrojar flores al río.

 

 

Gustavo Breitembruch entrenador, Facundo Briñocoli, participante del cruce y Raimundo Amores, sobreviniente de aquel episodio se animaron a recordar con detalles cómo fue la trágica competencia de “Aguas Abiertas”.

 

El cruce del río Paraná está muy metido en el ADN del posadeño, probablemente del misionero en sí, fue toda la vida una tradición y no nace como una cuestión competitiva, nace simplemente como el desafío de cruzar el río, en Posadas, casi que me animo a decir en Misiones, es el único evento capaz de opacar a otro evento multitudinario como es el fútbol, era el cruce del río Paraná”, remarcó Gustavo Breitembruch sobre qué significaba el cruce del Paraná.

 

 

Mauro con el jet ski fue el primero que llegó y en segundo lugar llegamos nosotros con la lancha que estábamos y fuimos los primeros que comenzamos con el rescate, era tratar de actuar lo más rápido posible para rescatar y a los que estaban llegando tratar de sacarle que no entren a la zona y que se agarren a la lancha. Capaz que duró 5 minutos eso, pero la sensación era interminable”, explica el entrenador de como fue el momento del rescate de los participantes.

 

 

Uno no se va olvidar nunca de la sensación de lo que viviste en el momento, de la desesperación, eso no lo podes sacar nunca de tu cabeza no lo vas a olvidar, es más, ni siquiera uno quiere olvidar, pero bueno, es parte de lo que nos pasó y creo que tampoco es olvidar sino recordar y también que sirva para transferir y para tratar que cuestiones como estas no vuelvan a pasar más”, confesó y continúa comentando “no hay forma de que nada nos devuelva  lo que perdimos ahí, simplemente intentamos superar y quizás tratar de entender que el río no tuvo la culpa”, añadió el entrenador Breintembruch.

 

 

Por otro lado, Facundo Briñocoli, participó de cruce del Paraná con apenas 17 años y recordó cómo se vivía la competencia días antes a la tragedia “el cruce tenía algo muy especial, toda la semana los medios, el club, los amigos, la familia todos te estaban fogoneando, era como un superclásico” comparó  y sigue “al momento previo compartimos con los chicos que entrenamos juntos en el club y recuerdo que antes de cruzar al Paraguay se había comenzado a nublar y a picar el río y dijimos -va estar pesada la carrera-”, dijo.

 

 

El campeonato misionero Aguas Abiertas se tiene que volver a hacer, en los arroyos que tenemos en la provincia tranquilamente se puede llegar a hacer, yo sueño con que el cruce se vuelva a realizar y que sea una verdadera fiesta”, cierra Facundo.

 

Raimundo Amores fue uno de los tantos que sobrevivieron a aquella trágica mañana y explicó cómo fueron sus minutos debajo de la barcaza sojera “Tengo el recuerdo vivo, eran mis amigos lo que estaban ahí, pasaron 10 años pero como lo tengo ahí en la memoria”, confiesa y recuerda la mañana previa a la partida desde el club Pacú Cuá “ teníamos muchas ganas de nadar, salimos con todas las expectativas de un nuevo cruce, llegamos a Encarnación y nos dieron la charla técnica – Mauro Bacigalupi– me acuerdo que dio la charla y dijo que si teníamos un problema levantemos la mano que íbamos ser auxiliados”, señala.

 

 

Yo me acuerdo que vino Mauro con la moto de agua y estábamos todos ahí en la desesperación y me tiró la mano, yo creo que fui la última persona que le tocó la mano Mauro, pero no me pude sujetar, creo que dos dedos le lleguen a agarrar. Me preparé para lo peor, me encomendé a Dios y a la Virgen porque era desesperante la situación”, finaliza Raimundo.

 

 

Nota con video de la gentileza de Carlos Poczynik, Matías Aranda y Raúl Valenzuela. 

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