Un argentino podría enfrentar hasta ocho años en prisión por dañar las ruinas de Macchu Picchu

 

Finalmente se supo que uno de los argentinos fue quien daño y defecó en las ruinas incaicas de Macchu Picchu. Por ello, permanecerá detenido en Perú acusado por daños en el patrimonio cultural, delito por el que puede enfrentar hasta ocho años de prisión.

La situación del argentino Nahuel Gómez, de 28 años, se agravó después de que los otros cinco turistas que también fueran detenidos lo indicaran como el único responsable de la agresión al centro arqueológico peruano. De esta manera, el grupo de viajeros conformado por un chileno, una francesa, un brasileros y dos argentinos serán deportados a sus respectivos países. Gómez, en tanto, permanecerá en el distrito mientras continúen las investigaciones por la presunta extracción ilegal de bienes culturales.

Hasta el momento, el juzgado de instrucción de Machu Picchu dispuso la comparecencia cada 10 días y el pago de una caución al imputado de 3000 soles (54.133 pesos), quien deberá permanecer en la provincia de Urubamba hasta que se resuelva su situación procesal. Durante la diligencia, el visitante no aceptó su responsabilidad y su abogado apeló la medida.

Actuación de la embajada argentina

» El consulado contrató a un abogado para que asista a los tres ciudadanos argentinos y mientras Retamal y Sactiva quedaron en libertad, no se les levantaron cargos y es probable que no se les aplique una sanción migratoria; Nahuel Gómez tiene que comparecer ante la Fiscalía de Machu Picchu y ahí se verá qué sanción se le aplica», dijo a Télam un vocero de la Embajada argentina en Perú.

En cuanto a la posibilidad de que Gómez sea expulsado del país, el diplomático aseguró que «es una decisión que corre por cuenta de las autoridades migratorias» porque el joven afronta una «causa penal por daño al patrimonio arqueológico» en «abierta violación a la legislación local».

«Estamos verificando que se respete el debido proceso y que estén cuidados, pero este tipo de actitudes son indefendibles. Vemos muchas veces que, con tal de no pagar o para experimentar una aventura, hay argentinos que vulneran un circuito fuertemente protegido por las autoridades peruanas», dijo.

El vocero hizo un llamado a respetar la legislación local porque «este tipo de conductas nos hacen quedar muy mal y generan una ola de rechazo muy fuerte a los turistas argentinos», como ya ocurrió en 2017 cuando un grupo de 11 argentinos fueron detenidos por pintar un graffitti en un muro incaico de la ciudad de Cusco.

Qué pasó

El grupo de seis turistas ingresó al centro arqueológico sin haber pasado por ningún control y sin identificarse, el último domingo a las 7 de la mañana, una hora prohibida para el ingreso al lugar. Al tomar conocimiento de la situación, las autoridades policiales detuvieron al grupo y los trasladaron a la comisaría del lugar.

Tras la detención, luego de una evaluación realizada por el jefe del Parque Arqueológico de Machu Picchu, se supo que una roca del Templo del Sol se había sido extraída y golpeado el piso. «Se comprobó la fractura de un elemento lítico, que se desprendió de un muro cayendo y provocando una hendidura en el piso», informaron tras la inspección.» Además, como si el daño no hubiese sido suficiente, se encontraron restos fecales en una zona adyacente.

Otros incidentes

No es la primera vez que Machu Picchu sufre un deterioro por la acción humana. En el año 2000, fue dañado el famoso Intihuatana o reloj solar de piedra de los incas mientras se filmaba un aviso publicitario de cerveza, al caer el brazo de una grúa en un extremo de la estructura.

El centro arqueológico de Machu Picchu fue construido antes del siglo XV por los incas y por sus características arquitectónicas y la historia que lo rodea, atrae la atención de miles de turistas de todo el mundo. En 1983, la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad y en 2007, fue elegido como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo.

 

(LaNación)

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