Comienza en Estados Unidos la dura negociación con el FMI

Sergio Chodos se reunirá con Georgieva y Cubeddu. Buscan una «tercera posición»: un acuerdo por fuera de un stand by y de un facilidades extendidas.

Esta semana comenzarán formalmente las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por la manera en que sel país devolverá los u$s44.000 millones que le debe al organismo por los stand by firmados en junio y septiembre de 2018. Será, cuando Sergio Chodos comience entre el miércoles y el jueves su gestión como director del Cono Sur en Washington dentro del FMI, y se reúna con la directora gerente Kristalina Georgieva primero y el venezolano Luis Cubeddu después; y le plantee el mensaje que desde Buenos Aires les envió Alberto Fernández. Esto es, que se acepte de parte de la Argentina un simple plan de pagos, sin quitas (no cabe otra alternativa) y con intereses convenientes; y por fuera de los dos clásicos tipos de acuerdos que desde el Fondo se aplican con los países deudores: el stand by y el facilidades extendidas. El primero es el que está vigente y es imposible de renegociar y, mucho menos, de pagar. El segundo, con tasas más bajas y plazos más extendidos en el tiempo sería, en teoría, el más conveniente para el país.

Sin embargo, autoriza al Fondo a reclamar e imponer reformas estructurales en la economía de los países, incluyendo modificaciones de raíz de los sistemas previsionales, laborales, financieros y, lógicamente, la exigencia de equilibrios fiscales y comerciales plenos y por escrito. Para el Gobierno de Alberto Fernández, pedidos de este tipo son políticamente imposibles de aceptar en las negociaciones y mucho menos de implementar. Es por esto que la propuesta que llevará Chodos a Washington se trataría de una “tercera posición”, basada en la aceptación de la deuda total y el pedido de un simple plan de pagos con un tiempo de luz para poder rearmar la estructura fiscal y financiera de la economía argentina, bajo la promesa de que el nuevo modelo económico se sostendrá con superávits gemelos y el sostenimiento de la recaudación impositiva por arriba de la inflación. Se sabe que, en principio, la propuesta será rechazada. Pero que será un buen punto de inicio para la negociación general.

La ventaja que tiene Chodos en su misión es que estos términos de discusión no son nuevos para él. El nuevo representante ante el FMI ya formó parte del equipo de Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen, cuando estos eran ministros y viceministros de Economía y encabezaron la primera discusión fuerte con el FMI en septiembre de 2003, cuando se discutió el primer acuerdo con el organismo luego de la crisis de 2001. La gestión fue exitosa y hubo una fumata final que luego generó los términos del acuerdo que en 2006 se firmó con los acreedores privados internacionales.

La actuación de Chodos y el mantenimiento de la fidelidad a Néstor Kirchner primero y Cristina de Kirchner después le permitió permanecer en la estructura del poder luego de la salida de Lavagna. Fue secretario de Finanzas durante las gestiones de Felisa Micelli, Miguel Peirano y, con problemas de relación personal, con Martín Lousteau. Luego de la reestatización de las AFJP, manejó la primera versión del poderoso Fondo de Garantías Sustentable (FGS). Luego ocupó un sillón en el primer directorio del Banco Central con Mercedes Marcó del Pont como presidenta y, finalmente, en septiembre de 2012, fue designado para ocupar el sillón argentino en el Fondo Monetario. Tenía una misión: sondear la posibilidad de que el país volviera a colocar deuda externa voluntaria a un dígito de interés en los mercados financieros mundiales, utilizando el sillón en Washington como plataforma de lanzamiento. La llegada de Axel Kicillof al Ministerio de Economía en lugar de Hernán Lorenzino y el agravamiento del juicio con los fondos buitre impidieron la quimera.

Permaneció en Washington hasta que el enviado de Alfonso Prat Gay, Héctor Torres, ocupó su lugar, puesto que luego que desempeñado por Gabriel Lopetegui, un enviado de Nicolás Dujovne. Mientras tanto, Chodos se volcó al sector privado, comenzó a mantener una relación académica y financiera con Guzmán, por esos tiempos integrante estrella del equipo de Joseph Stiglitz. Se dice que la relación entre el experimentado Chodos y el novato (en la tónica de funcionario público) Guzmán es, en estos tiempos, casi simbiótica. La van a necesitar. La comunicación directa entre ambos egresados de la Universidad de Columbia (aunque el ministro es economista de origen y Chodos, abogado) será fundamental para el momento en que comiencen las negociaciones directas dentro de la sede del FMI, donde el Gobierno de Alberto Fernández se jugará gran parte del éxito de su gestión.

Guzmán y Chodos saben otra cosa. Que ellos podrán hacer una tarea titánica y, eventualmente, exitosa en términos económicos y financieros. Pero que para que el board del FMI apruebe cualquier propuesta serán necesarios los indispensables votos de los Estados Unidos. Será esa responsabilidad directa del Presidente quien, en el momento adecuado, tendrá que hablar, seriamente, con el norteamericano del apoyo de su país a la Argentina. Se coincide que el único que puede entablar esa gestión será el Jefe de Estado argentino.

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