Paso Rosales e Irigoyen: es fluido el egreso de turistas argentinos y paraguayos hacia Brasil pero en menor cantidad que el año pasado

El paso fronterizo habilitado nuevamente al tránsito turístico desde los últimos días de diciembre, entre San Pedro Misiones y Paraíso en Santa Catarina Brasil, registra menor movimiento que en el inicio de la temporada veraniega pasada. Lo mismo sucede entre Bernardo de Irigoyen y Dionisio Cerqueira, que funciona las 24 horas y todo el año.

Desde el 27 de diciembre que el Puente Internacional Comandante Rosales, que cruza el rio Pepirí Guazú y une a San Pedro (Misiones) con Paraíso (Santa Catarina), volvió a tener tránsito turístico. Ya que suele haber todo el año tránsito vecinal fronterizo, que no requiere registrar el ingreso al país vecino, pero que para viajar más lejos es un trámite necesario y solo lo realiza la Policía Federal Brasilera.

El horario disponible para poder cruzar el puente es de 7 a 19. Con esta alternativa, las distancias para llegar a las playas del vecino país se acortaron unos 150 kilómetros aproximadamente. Sin embargo las restricciones cambiarias y el impuesto del 30% a la compra de divisas extranjeras, y al gasto con tarjetas afuera del país, parecen haber desalentado a muchas familias que planificaron sus vacaciones en las playas del sur brasilero.

Es así que tanto en Rosales, como en Bernardo de Irigoyen se nota una notable disminución en la cantidad de cruces, si se lo compara con años anteriores. Lo que se puede ver en estos dos pasos fronterizos es que hay muchos ingresos de brasileños que van a hacer turismo en Corrientes, Salta, Córdoba y otras Provincias

Hoy en día armar el presupuesto para vacacionar en Camboriú, Florianópolis o Itapema, es todo un desafío. Una familia tipo (cuatro personas) debe tener en cuenta que el alquiler de un departamento cuesta en promedio por día, unos 350 reales (al cambio oficial más impuesto del 30% son aproximadamente 7350 pesos), el combustible sale 4,50 reales el litro ( unos 95 pesos), y a eso hay que sumarle gastos de alimentación dentro y fuera del alojamiento, algún paseo y hasta posibles contingencias de salud o mecánicas.

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