La aventura hacia la frontera norte de Pinamar comenzó cerca de las 21. La gente vestida de blanco se bajaba de sus autos y se subía a los jeeps que iban y venían sin descanso para trasladar a las 200 personas que formaron parte de la cena, y las otras 200 que fueron después de comer.
Al llegar, dos hogueras pequeñas señalaban la entrada a Nómade, en el parador Renata Beach, una estructura de madera y vidrio que nace de la arena y se fusiona con la playa y los médanos, uno de los lugares más concurridos de la noche del 31 de enero. Al ser un lugar alejado de las luces de la ciudad el mar estaba a oscuras, pero imponía su presencia con el ruido de la rompiente y las olas que llegaban intermitentes hacia lo orilla.
Las mesas estaban distribuidas entre un salón cerrado y una carpa beduina que le daba un toque arábico. Subiendo unos escalones estaba la barra, una pieza de madera circular hecha de manera artesanal y atravesada por un pino en el centro, uno de los árboles que, desde hace años, son característicos de la zona.
Sin brindis frente al mar y con casi todo reservado en los restaurantes
El pronóstico de mal clima atentó contra la típica postal de festejos en la playa. Por otra parte, comer afuera cuesta entre $ 3.500 y $ 7.900 por persona actualmente.
El pronóstico de mal clima amenazó desde temprano la típica postal de festejo de Año Nuevo en esta zona de la costa a la que los turistas llegaron «antes» y en masa. Es esa escena, bien «de Pinamar», en la que en las casas alquiladas se ven amigos frente a un asado o a familias degustando platos fríos, casi apurados por cumplir el rito de llevar la heladerita y brindar frente al mar después de las 12.
Por las nubes, el frío, y quizás la lluvia, muchos buscaron opciones más cercanas al mar y que los liberen de tener que cocinar, lavar y quedarse «encerrados» en vacaciones. Eso sí, los que ya no reservaron en un restó, la tuvieron complicada.
La frase «en Pinamar no entra un alfiler» -con la que los lugareños hablan de los visitantes que llegaron el sábado 28 en lugar del clásico arribo del 30 de diciembre- también se traduce en «no entra un cubierto». En los restaurantes los menús varían entre una cena estilo bodegón hasta otra frente al mar con champagne francés. Van de los $ 3.500 y $ 7.900 por persona.
En cuanto a la pirotecnia, Pinamar delimitó el uso a una zona de médanos y piden que los turistas denuncien a los que no lo cumplan
Hay una app para avisar si se utilizan en zonas residenciales o de bosques. Habrá multas de hasta 60 mil pesos.
En Mar del Plata, la ordenanza 21622 prohibió el uso de pirotecnia sonora en todo el partido de General Pueyrredón. Fue el lunes 23 de diciembre, justo en la víspera de Nochebuena.
La Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA) apeló la ordenanza, pero la Justicia marplatense rechazó el recurso y la prohibición se mantuvo firme.
AVD
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